Historia de las ideas políticas en Argentina

 

HISTORIA DE LAS IDEAS POLÍTICAS EN ARGENTINA
 

por Vicente D. Sierra

RESUMEN

HISTORIA.

  1. No es posible separar al hombre de la Historia, como tampoco es posible separar a la Historia del hombre. La historiografía argentina ha hecho tal separación.
  1. Es por eso que en Argentina no se trata de “revisar” la historia, sino de hacerla.
  1. La historia está en relación con las necesidades actuales y la situación presente. Debemos comprender el pasado en sus relaciones con el presente para encontrar la ruta de destino.

PERSONA.

  1. El español sabe que su trabajo no es una mercancía, no se cotiza en ningún mercado, no está sujeto a las leyes de la oferta y la demanda, o sea, sabe que la energía creadora del hombre no se mide con dinero.
  1. El concepto de libre albedrío es aporte del catolicismo, esto trae como consecuencia que el Hombre es anterior al Estado. Aristóteles no podía concebir al hombre como anterior al Estado por carecer de sentido histórico, propio de la mentalidad griega.
  1. El concepto de libre albedrío formulado por el catolicismo es el fundamento de la libertad política. Libertad política que fue efectiva en España y América.
  1. Los derechos de los trabajadores, vacaciones pagas, jornal de ocho horas, etc. fueron promulgados ya por Felipe II.
  1. Cuando aparece el cristianismo no hay pueblo mejor preparado que el español para recibirlo. La negación de la personalidad y la consiguiente omnipotencia del poder, que constituían las bases del Estado en el mundo antiguo, caían abatidas por la nueva buena que establecía conceptos, basados en una novísima concepción del hombre, en una concepción – y he aquí uno de los hilos misteriosos de la historia- típicamente senequista, es decir, española, del hombre. San Pablo dice que todos son hijos de Dios, tienen la misma naturaleza y el mismo destino, y que, por consiguiente, la libertad es condición esencial de la naturaleza humana. No hay razón para que un hombre gobierne más que otro –dice hablando a los Corintios- por propia naturaleza; idea que, luego desarrollará San Agustín en “LA CIUDAD DE DIOS”. San Mateo registra la distinción de la potestad espiritual de la temporal, cuando recoge las palabras del Hijo de Dios: “Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”. ¿Qué significa todo esto? Simplemente que se proclamaba el valor del individuo como ser de fines absolutos, y por ello, la igualdad fundamental y la fraternidad auténtica de todos los hombres, bajo la paternidad universal de Dios; consagrando, por consiguiente, la inviolabilidad de la vida humana, el menosprecio de las riquezas y la estimación del trabajo
  1. Después del concilio de Trento, ya no es un peligro religioso el que amenaza a Europa, es también un peligro político y es España la que se pone al frente para evitarlo. España salva lo mejor de la cultura de Occidente hasta donde es posible hacerlo. Francia, conducida por un nacionalismo sin visión universalista, detiene la acción española y Europa entra por las vías del absolutismo en política y del racionalismo en filosofía. Esto desemboca en el ideario liberal-capitalista, con sus derivados, el socialismo y el comunismo, que amenazan destruir cuanto la persona humana ha forjado como demostrativo de su dignidad y fuerza creadora. España seguía estando en la hispanidad, donde el hombre sigue creyéndose imagen y semejanza de Dios, y no un número de los registros electorales o de las listas de purga de cualquier sindicato soviético.
  1. Porque lo que se salva en Trento frente a Lutero, que se burlaba del libre albedrío, es el hombre. Lo que se debate es nada menos que la unidad moral del género humano. Si hubiese prevalecido cualquier tendencia contraria, se habría producido en los países latinos una división de clases y pueblos, análoga a la que subsiste en los países nórdicos.
  1.  Mientras el escritor político protestante coloca al Estado sobre la sociedad y a la sociedad sobre el hombre, el católico colocará en primer término al hombre como causa de la sociedad y del Estado. Por lo cual se explica que los pueblos hispanoamericanos no hayan sido nunca sinceramente liberales. No lo pueden ser porque tienen plena conciencia de la libertad.
  1. La modernidad, convencida de la racionalidad de la especie se ha terminado dando un barniz de razón a todas las cosas, inclusive al sentimiento y al instinto, en los cuales vive el hombre mucho más tiempo de su vida que dentro de la racionalidad. Este predominio de la razón ha separado al ser de las fuentes mismas de la vida. Una de las consecuencias de este proceso de regresión, al que se llama de progreso es que el hombre ha perdido el sentido de los principios universales, sustituyéndolos por fórmulas que tienen vigencia mediante una falsificación deliberada de la historia y una disminución vertical de toda cultura desarrollada en profundidad.
  1. Cuando el derecho natural se borra, los hombres caen bajo el influjo de la pasión y pierden entereza para aplicar al caso particular los principios conocidos por modo universal.
  1. El hombre necesita saber por qué y para qué y con qué garantías se somete al Estado, y éstas no son solamente las que señala una Constitución, sino las que indica la justicia.
  1. Los fines del Estado no son asequibles a los gobernantes que carezcan de ideas claras sobra la naturaleza y el destino del hombre y sus caminos de perfección.
  1. En la dispersión ideológica acerca del Estado, los hombres se encuentran enfrentados y todos fallan: lo mismo Kant que Marx, Wilson que Lenin, es en el problema del fin. Kant es unilateral, Marx olvida la esencia misma del hombre; en Wilson los árboles no deja ver el bosque, o sea el capitalismo, y Lenin conduce a la esclavitud porque no ve sino al ser biológico. Todos ellos, han llegado hasta el átomo pero antes han desintegrado el espíritu. En fuerza de afirmar la razón negaron la fe, sin comprender que si creemos es, justamente, porque tenemos alma racional.
  1. La concepción del fin del Estado está ligada estrechamente al fin que se tenga del hombre.
  1. Si se concibe la persona humana aislada de la persona divina, el Estado procurará utilizarlo como un medio sin preocuparse de sus fines. En cambio, si se reconoce al ser humano ligado con lo divino, el Estado será un medio para que el hombre realice sus fines.
  1. Si hacemos del hombre un ser ejemplar de la escala zoológica, el concepto de Estado no será el mismo que si vemos en él a un ser iluminado por la luz de la razón y con un destino eterno.
  1. Lo esencial, en los pueblos hispánicos, es que, por tradición, saben al hombre portador de valores eternos y de un fin propio y sobrenatural. Porque el hombre es esencialmente, una realidad de orden espiritual. Por eso es PERSONA.
  1. El hombre debe reconocer que es un ser imperfecto, limitado. Su autonomía es relativa. Puede trazarse un programa de vida, pero sabe que corre el riesgo de no poder eludir sus consecuencias, tanto en el orden natural como en el sobrenatural.
  1. Si el hombre se somete al Estado no es porque le asegure el orden, ni la libertad política, ni alimentación, sino porque le asegura el cumplimiento de sus fines terrenos y eternos.
  1. La crisis actual se explica en cuanto que el hombre ha perdido la conciencia de sus fines y las formas estatales se desarrollan en el vacío de la pasión y los sentimientos o en la frialdad intelectualista de las teorías.
  1. El español que emprende la conquista de América posee un sentido absoluto de la personalidad humana, de cuyos derechos es un celoso defensor. Sabe que las libertades interesan en la medida en que pueden ser ejercidas y no en la medida en que pueden ser promulgadas.
  1. El Estado es un medio para alcanzar el bien común; y el bien común no es otra cosa que el cumplimiento de los fines de la persona humana.
  1. El hombre de tradición hispana sabe que nada, por mayoría que alcance a ser, será capaz de alterar los principios del derecho natural y como tiene de la libertad y la igualdad una noción que ha surgido de un análisis profundo de la naturaleza humana, los fines de las sociedad y la razón de ser de la autoridad, vive en un sentimiento democrático puro, natural, que no vincula a ninguna institución sino a principios esenciales que deben ser, y lo son, respetados desde el rey, por todos.
  1. El hombre hispano siente que participa de la ley Eterna, de la que separó a otros hombres el protestantismo y sus derivados racionalistas. El liberalismo, para disimular su despotismo, crea fórmulas alrededor de la “voluntad general”; el español sabe que la voluntad general no basta para modificar la ley Eterna, ni para crear un nuevo derecho. Cree en la mayoría para considerar el menester administrativo de su vida municipal, pero no para darle una norma a su vida.

ESTADO.

  1. Ha tenido en España y América, funciones muy limitadas y carece de poderes para inmiscuirse en circunstancias normales, en la vida social y cultural. Esta herencia española se mantuvo vigente en América.
  1. Para España, el Estado no es un ente superior al Hombre, con lo que se demuestra la esencia de su catolicidad.
  1. Aristóteles, que consideraba al Estado más importante que el individuo, “porque el todo precede a la parte”, aceptan que el estado goza de una prioridad lógica y que antecede al individuo, sin comprender que hasta la lógica, tan fuerte en el estagirita, falla en cuanto considera al efecto como anterior a la causa. Aristóteles era un hombre del mundo griego, es decir, de un mundo sin sentido de lo histórico y sin conceptos sobre el libre albedrío, que el hombre de Occidente recién reconoce por el cristianismo, que lo dota de un sentido de su personalidad sin cuya vigencia es imposible todo concepto positivo sobre la libertad política”.
  1. En la actualidad se ha perdido el sentido de la razón de ser del Estado; es decir, si los derechos de este no se escriben en leyes, constituciones, decretos, no hay nada que fuerce a respetar el derecho de los demás, a los que viola, a pesar de esas leyes, constituciones y decretos.
  1. Para el mediocre Montesquieu, el fin del Estado “Es la libertad política, el sentido de la seguridad y de la paz de espíritu del ciudadano”. Para justificar los mandatos del Estado se recurre a razones de su origen como si fueran expresión de la voluntad del Estado.
  1. El hombre necesita saber por qué y para qué y con qué garantías se somete al Estado, y éstas no son solamente las que señala una Constitución, sino las que indica la justicia.
  1. La justificación del Estado no puede hacer a partir de la explicación de sus funciones. No basta asegurar la paz si no sirve para la perfección de los súbditos.
  1. Los fines del Estado no son asequibles a los gobernantes que carezcan de ideas claras sobra la naturaleza y el destino del hombre y sus caminos de perfección.
  1. El fracaso del liberalismo produjo nostalgia del orden y desengaño del individualismo, pero como toda reacción, fue más allá de lo que debía y cayó en el totalitarismo, desagüe de su desesperación. Fue posible porque el pueblo había sido antes, reducido a masa.
  1. El Estado tiene “fines superiores” a los individuos que los componen, dirá Mussolini. Pero no aclara cuales son esos fines en su relación con el hombre.
  1. La naturaleza del fin de un Estado es de gran importancia para su constitución, y es revelador comprobar que las obras de derecho constitucional omiten tomar en cuenta este factor.
  1. La concepción del fin del Estado está ligada estrechamente al fin que se tenga del hombre.
  1. Si el hombre se somete al Estado no es porque le asegure el orden, ni la libertad política, ni alimentación, sino porque le asegura el cumplimiento de sus fines terrenos y eternos.

COMUNIDAD Y LIBERTAD POLITICA.

  1. Toda autoridad humana es limitada.
  1. No puede haber autoridad política absoluta.
  1. La fuente de la autoridad política es la comunidad.
  1. Todo derecho positivo es costumbre. Las leyes quedan establecidas cuando se promulgan, pero tienen que ser confirmadas por las costumbres de quienes viven bajo ellas.
  1. En Francia e Inglaterra las instituciones organizan su sistema representativo en base a los estamentos; en España en base a las autonomías comunales, según un régimen de fueros y privilegios.
  1. Ya en los siglos XIV en adelante, con Marsilio de Padua, Guillermo de Occam, Nicolás de Cusa, se sostiene que todo imperio y reino tienen su origen en la elección. Ya se insinúa la democracia individualista. No hay originalidad en los contractualistas del siglo XVII.
  1. El español durante más tiempo que el inglés o el francés, tienen un concepto de la libertad política más aguzado y exacto que el de un liberal del siglo pasado, puesto que sabe que su trabajo no es una mercancía, no se cotiza en ningún mercado, no está sujeto a las leyes de la oferta y la demanda, o sea, sabe que la energía creadora del hombre no se mide con dinero.
  1. El estudio de las instituciones políticas en América debe hacerse teniendo en cuenta los antecedentes de un pueblo con un claro sentido de las libertades políticas, con un profundo sentimiento autónomo y localista, consecuencia del concepto que tiene sobre el valor de la persona humana.
  1. La España del siglo XVII gozaba de una libertad política superior a la de cualquier otro país europeo. De esa libertad de pensamiento en España nada da mejor idea que la obra de Quevedo, suficiente para demostrar que eso del terror en que la población vivía al pensar en la Inquisición es una historieta inventada por los liberales para hacer creer a los hombres de hoy que gozan de extraordinaria felicidad por no tener que temer al Santo Oficio.
  1. Mientras en Europa el absolutismo llega a su apogeo, en España permanecen los conceptos medievales sobre libertad política, que separa lo hispano de lo europeo. Esta mentalidad es la que llega a América.
  1. En España, a fines del siglo XVI, las Cortes se reunían cada tres año para presentar sus agravios a Felipe II. Innumerables escritos de dominicos y jesuitas aparece la importancia del tema político. En Soto, Vitoria, Suárez, Molina, Marian y otros.
  1. Según Suárez, la autoridad política deriva de un modo remoto de Dios, pero su origen próximo está en la comunidad misma, y sujeto a las condiciones que la comunidad le haya impuesto.
  1. Bossuet para educar al Delfín de Francia enseñaba: que el rey tiene la autoridad legislativa completa y se extiende ésta incluso, hasta poder alterar las normas del derecho consuetudinario. En España, el P. Mariana enseñaba al hijo de Felipe III que, el príncipe está sujeto a las leyes y que, si usara injusta y tiránicamente de su autoridad, podía ser resistido y depuesto.
  1. Diego Covarrubias, obispo de Segovia, afirma en el s. XVI: todo poder temporal y toda jurisdicción civil corresponde a la comunidad y que no se puede crear ningún gobierno sin tiranía, salvo por la comunidad. El gobernante no es nombrado por Dios, la sucesión hereditaria de la monarquía es resultado de la costumbre, nacida del consentimiento tácito del pueblo.
  1. El español que emprende la conquista de América posee un sentido absoluto de la personalidad humana, de cuyos derechos es un celoso defensor. Sabe que las libertades interesan en la medida en que pueden ser ejercidas y no en la medida en que pueden ser promulgadas, y guiado por su sentimiento religioso, se siente amparado por el Estado, en quien ve a un organismo destinado a lograr el bien común.

PUEBLO.

  1. El régimen liberal considera “pueblo” a los representantes de determinadas clases sociales. Siendo la democracia liberal el reinado de las mayorías, quienes gobiernas no son éstas, sino las minorías. Esto es así ya en la Constitución de EEUU.
  1. El concepto de “pueblo” separado de un concepto de “hombre”, de “persona” conduce a malos caminos. El “pueblo” es libre durante la elección de los parlamentos, elegidos éstos, vive en servidumbre, ya no es nada. (Rousseau).
  1. No es lo mismo “pueblo” que “muchedumbre”. En España y América no hay muchedumbres, no hay jefes populares que se encaran con las autoridades para reclamar medidas de gobierno; pero cuando los hombres libres actúan lo hacen con un sentido social y no privado.
  1. Es por ello que no importa quien hace las leyes, sino si ella está de acuerdo con la costumbres.
  1. No bastan las instituciones jurídicas para explicar el sentido del derecho de un pueblo, si no se le conoce a fondo en su espíritu.
  1. Ya Felipe II estableció las vacaciones de empleados y obreros y ordenó que se paguen aunque no trabajen los días de fiesta. La igualdad ante la ley fue principio que tuvo en América vigencia y que Felipe II hizo cumplir. (PARTIDAS).
  1. El concepto de “masa” surge como reacción al individualismo liberal. “Pueblo” es anterior a la “masa” que no tienen posibilidades de surgir en una sociedad donde predominan normas sociales de vida, es decir, un sentido solidario inspirado en el bien de la comunidad.
  1. La proclamación del valor de la “Persona” impide que surja la formación de las masas políticas, ya que ellas son una degeneración de lo popular. Basar la democracia en las masas es el error del liberalismo. Lo que menos representa a la democracia es la ley de las multitudes.
  1. La separación de clases es un sistema que la Iglesia encontró en la humanidad; se apoyó en él utilizándolo a los fines de estructurar una sociedad basada en un sistema particular de equilibrio social. Hoy en día el sistema de clases no existe “legalmente”, pero es más efectivo de lo que se supone.
  1. Ortega y Gasset, refiriéndose al talante del pueblo español dirá: “Aquí lo ha hecho todo el pueblo, y lo que el pueblo no ha podido hacer se ha quedado sin hacer”.
  1. Los historiadores liberales han confundido en los españoles llegados a América, la fidelidad española como un signo de falta de sentido de la libertad. Han confundido la fidelidad consciente con el sometimiento que caracteriza “la fidelidad” de otros pueblos de Europa.  Así por ejemplo: En España un cambio de religión porque el príncipe o señor lo resuelve, como ocurrió en Alemania en los días de la lucha religiosa, es incomprensible.
  1. En España no se registra una minoría dirigente, como es común en Francia o Inglaterra, y no por carencia de personalidades destacadas, sino por exceso de personalidad aún en el más humilde de los nativos.
  1. El pueblo (en España) tiene una importancia de que carece en otras regiones de Europa, por lo cual, es el primer país del viejo continente que adquiere un sentido de lo nacional y se organiza con las formas del estado moderno, sin claudicar de sus principios ideológicos fundamentales; cosa que no sucede en otros países que deben penetrar en los caminos de la herejía para llegar al mismo resultado.
  1. Porque lo que se salva en Trento frente a Lutero, que se burlaba del libre albedrío, es el hombre. Lo que se debate es nada menos que la unidad moral del género humano. Si hubiese prevalecido cualquier tendencia contraria, se habría producido en los países latinos una división de clases y pueblos, análoga a la que subsiste en los países nórdicos. Allí, las clases sociales que se consideran superiores estiman como una especie inferior a las que están debajo, y cuyos pueblos consideran a los otros y también a los latinos con absoluto desprecio.
  1. El fracaso del liberalismo produjo nostalgia del orden y desengaño del individualismo, pero como toda reacción, fue más allá de lo que debía y cayó en el totalitarismo, desagüe de su desesperación. Fue posible porque el pueblo había sido antes, reducido a masa.

CONQUISTA DE AMERICA.

  1. La conquista de América es una empresa típicamente española, por lo mismo que es popular. El estado no traza planes, las empresas descubridoras se gestan por particulares, las poblaciones se levantan donde los conquistadores las asientan.
  1. La característica esencial de la conquista de América por España es su carácter misional y asimilista, mientras que el de las conquistas coloniales de Gran Bretaña tienen un puro sentido comercial. España, que vive un ideario de independencia, o sea, de valoración humana, busca adaptar los hombres a él; Inglaterra, que practica un ideario de agresión, individualista, pues ha substituido la personalidad por la individualidad, trata sólo de explotar a los naturales de las tierras de conquista al mismo tiempo que el misionero español les dice que son iguales a Dios. El liberalismo prohíbe a los ingleses mezclarse con la religión, las ideas y costumbres de los hindúes; pero es, en realidad, una posición egoísta. El español le dice al indio que es un hombre libre y al hacerlo le abre el camino de todos los procesos políticos (…) que si tuvo defensores por los abusos que con ellos pudieron cometerse, no fueron indígenas, ni extranjeros, sino españoles.
  1. La visión del hombre que presenta la fe católica, es la del pecador que se redime por Cristo, pero que supone el libre albedrío para alcanzar la vida eterna. No existe el fatalismo protestante, que supone que el hombre sólo se salva por la fe. El inglés que llega al norte del continente y cree que su justificación se debe a los méritos de Cristo, no se va a sacrificar para decir a los indios que pueden salvarse, que son iguales ante Dios y que tienen derecho a la libertad para hacer obras que los salven; prefiere exterminar a los indios para explotar con menos riesgos sus tierras.
  1. El colono inglés elimina pieles rojas en el norte de América, mientras al sur, el español procura convertirlos a su fe, y lo hace porque no cree que su salvación sea simple cuestión de fe o plan trazado por la Providencia, sino porque sabe que necesita esforzarse para salvarse.
  1. A partir de fe católica, y el libre albedrío del hombre para salvarse, se explica la denuncia, aunque exagerada, de un Fray Bartolomé de las Casas, que grita el maltrato dado a los indios, en los que ve a hombres iguales a sí mismo, y aspira idealmente a actuar en ellos aún fuera de las enseñanzas de la realidad.
  1. Los escritores protestantes, crearon la “leyenda negra” antiespañola en base a las denuncias de Bartolomé de las Casas, pero la subsistencia de las razas originales en América, y el extraordinario mestizaje que predomina en su población, dicen la verdad de que el indio fue respetado y, como tal, se procuró su asimilación a la cultura de Occidente.
  1. No existe en los Reyes de España en los siglos XV, XVI y XVII, afanes imperialistas, aunque sí, “Vocación de Imperio”. No le basta a España la conquista para justificar su actuación en América. Sino que se apela a los “Justos títulos” que España podía invocar para proseguir la conquista del Nuevo Mundo.
  1. El español que emprende la conquista de América posee un sentido absoluto de la personalidad humana, de cuyos derechos es un celoso defensor. Sabe que las libertades interesan en la medida en que pueden ser ejercidas y no en la medida en que pueden ser promulgadas.

FUEROS-LIBERTAD CIVIL.

  1. Los fueros eran privilegios otorgados por los reyes o señores conteniendo normas para la vida jurídica de la comunidad favorecida con ellos. Los primeros provienen de los siglos VIII, IX y X.
  1. Las leyes tendían a que los pueblos se gobernaran por sí mismos, según sus antiguas costumbres. Es así como los pueblos conservaron sus antiguas instituciones tradicionales o las modificaban en cada lugar según sus necesidades.
  1. Los grandes principios que informan la vida política contemporánea, la libertad de la persona, la unidad de fuero, la igualdad de derechos civiles y políticos, en suma, tuvieron su primera realización práctica en la esfera limitada por los muros del Municipio.
  1. Durante los siglos XII y XIII se advierte que la vida municipal determina una extensión cada vez mayor de la libertad civil y aparecen las primeras manifestaciones orgánicas de gobernarse a sí mismas de parte de las poblaciones, lo cual alcanza en Castilla una importancia que no se advierte en otros pueblos del continente europeo.
  1. Los concilios de Toledo, dotaron a España el régimen de su modelo Parlamentario mucho antes que en el resto de Europa.
  1. Es común creer entre los constitucionalistas que la división de poderes es invención de Montesquieu, sin embargo la historia demuestra que los liberales crearon instituciones para realizar ideas viejas.
  1. NOS, QUE VALEMOS TANTO COMO VOS, OS HACEMOS NUESTRO REY Y SEÑOR, CON TAL QUE GUARDEIS NUESTRO FUEROS Y LIBERTADES; Y SI NO, NO (palabras del Acto de Justicia Mayor de Aragón, en el acto solemne de coronación).

TOLERANCIA RELIGIOSA. REFORMA.

  1. En el siglo XVI, España fue la única nación más tolerante de todas. La inquisición no es invención española, sino un instrumento del Santo Oficio Romano, que fue España uno de los últimos países en aceptar, pues durante la Edad Media la Inquisición actuó en todos los de Europa, menos en ella.
  1. La historia de la Inquisición demuestra que el organismo español fue el más tolerante, hecho fácil de advertir, frente a la intolerancia de la Inquisición Romana o de al “Inquisición” Protestante, que no decimos que existiera como organismo, pero que existió en sus efectos. El anabaptista Félix Maur, ahogado a instancia de Zwinglio; Miguel Server, quemado vivo por Calvino; el canciller Crell, al que se le dio tormento y luego fue decapitado; Henning Brabant, horrorosamente mutilado y muerto por mantener negocios con el diablo. Keplero, el célebre astrónomo, perseguido; Tomás Moro y el obispo Wolsey, mandados matar por Enrique VIII, son algunos ejemplos de la “Inquisición” protestante.
  1. España no cuenta con una Noche de San Bartolomé, que decora la historia de Francia; en cambio, puede mostrar a aquel gran humanista, el cardenal Cisneros, ofreciendo en 1514, en la “COMPLUTENSE”, el texto griego del Nuevo Testamento, dos años antes que Erasmo hiciera lo mismo. Mientras la Sorbona de París manda quemar vivo al traductor de Erasmo, en España pululan los eramistas a tal punto que, entre ellos, se cuenta al propio Carlos V. En pleno siglo XVII, el P. Mariana escribe un libro para educación del heredero de Felipe IV, y el Parlamento de París ordena quemarlo en la plaza pública, por ser contrario a los derechos absolutos del rey.
  1. España es el único país del mundo que ha resuelto en su seno el problema judío y que, como dice Maurice Legendre, tiene un elemento semítico perfectamente asimilado. España no persigue a los judíos, no crea ghetos, ni mantiene hoteles, como en Estados Unidos, que prohíben la entrada a los judíos. Les ofrece la conversión y a los que la aceptan los dota de todas las condiciones de los españoles; casan con las españolas y forman una sola familia, un solo hogar, una sola nación. Cuando bajo los Reyes Católicos se expulsa a los judíos, sólo sale de la península una minoría incorruptible, intransigente, ciertamente intolerante, a la que antes se le ha ofrecido la posibilidad de convertirse y no la ha aceptado.
  1. Se habla de que en España comienza la “contra-reforma”. Tal movimiento nunca ha existido. Al fines de la Edad Media, Europa siente la necesidad de reformar la Iglesia, algo ya expresado en el humanismo del siglo XIII. Es una revolución religiosa que determina en Alemania el luteranismo, en Inglaterra el anglicanismo, en Francia el calvinismo y el galicanismo y en España el ILUMINISMO; que pronto invade las fronteras vecinas frente al evangelismo protestante.
  1. A esta invasión ILUMINISTA de España, se la ha llamado CONTRAREFORMA, pero es un equívoco, ya que el protestantismo nunca fue una REFORMA. Es en España quien enfrenta la verdadera REFORMA contra lo que sólo fue una herejía.
  1. “Cien veces lo he leído por mis ojos y, sin embargo, no me acabo de convencer de que se acuse a la Inquisición de haber puesto trabas al movimiento filosófico y habernos aislado de la cultura europea. Abro los INDICES y no encuentro en ellos ningún filósofo de la antigüedad, ninguno de la Edad Media, ni cristiano, ni árabe, ni judío; veo permitido en términos expresos la GUÍA DE LOS QUE DUDAN, de Maimónides, y en vano busco los nombres de Averroes, Avempace y deTofail; llego al siglo XVI y hallo que los españoles podían leer todos los tratados de Pomponazzi incluso el que escribió contra la inmortalidad del alma, pues sólo se les prohíbe el DE INCANTATIONIBUS, y podía leer íntegros a casi todos los filósofos del Renacimiento italiano, a Marsilio Ficino, a Nizolio, a Campañella, a Telesio ¿qué más? Aunque parezca increíble, el nombre de Giordano Bruno no está en ninguno de nuestros INDICES como no está el de Galileo (aunque sí en el INDICE ROMANO, que no tenía vigencia en España), ni el de Descartes, ni el de Benito Spinoza, y sólo para insignificantes enmiendas el de Bacon (…) No se prohibió jamás una sola línea de Copérnico, Galileo y Newton (…) Descartes para seguir con sus trabajos tuvo que expatriarse de Francia, y cuando apareció su DISCURSO DEL METODO, en Holanda, fue denunciado por ateo y perseguido en la Universidad protestante de Utrech, por Vostius, refugiándose en Suecia. La inquisición española no incluyó en sus INDICES obra alguna de Descartes”
  2. Es inútil separar a España del movimiento cultural europeo de los siglos XVI y XVII, por la simple razón, y por cierto irracional, de que en ella no prendió la herejía.
  1. Es en España donde mejor recepción tiene la obra de Erasmo. Es el propio Erasmo quien en 1527 reconoce que es España la nación que le parece más tolerante.

PROTESTANTISMO-CAPITALISMO.

  1. Al romperse los frenos morales de la Edad Media, que contenían las ansias de lucro, se inicia un período de predominio de las tendencias económicas, que culminan con el desarrollo del gran capitalismo como fuerza rectora de la vida social, las naciones protestantes lograrán ser más ricas que las católicas.
  1. Hábiles intelectos demostrarán que el sistema económico capitalista así desarrollado es poco menos que natural, y hasta regidos por leyes poco menos que científicas, la incapacidad de los pueblos católicos se exhibirá con magníficas comprobaciones estadísticas y hasta alguna doctrina vinculada a la falta de capacidad de los de origen hispánico para la práctica del liberalismo político, suponiéndose que a ello se debe su incapacidad para la gran economía moderna. Es justamente la apreciación de lo injusto del capitalismo lo que determina la falta de fe en la ideología liberal, que se apoya más en la actividad económica individualista que en doctrina alguna de puro valor político.
  1. Hacia el s. XVI, la acción de la Iglesia tendió a la protección del campesino y del artesano de los prestamistas (usureros) y monopolistas, pero ya no pudo hacer lo mismo cuando la economía comenzó a adquirir formas impersonales. La iglesia protestante en cambio, creó la doctrina que necesitaba para congeniar con el capitalismo. “El comercio nacional, la buena moral y el buen gobierno no son más que partes de un plan general esbozado por la Providencia” (Dean Tucker)
  1. En la modernidad, la sociedad recibe sus directivas de la física, de la estadística, de las matemáticas, en vez de recibirlas de la religión y la moral. La sociedad deja de ser una comunidad de almas, pues Locke se encarga de que se la vea como una empresa comercial en la que todos somos socios.
  1. A partir del capitalismo, el derecho más importante es el de “propiedad”, que da a sus poseedores privilegios especiales, dejando al resto de los hombres el derecho moral a la caridad de sus superiores, esquema social que adquiere carácter religioso pues la Iglesia Protestante dice que la voluntad divina no quiere el alejamiento de la vida mundana, sino el desempeño consciente de los deberes de cada uno en el mundo, sobre todo en el mundo de los negocios, donde se pueden desarrollar las más altas virtudes religiosas y morales.
  1. Esta fusión entre lo económico y lo religioso, adquiere su completa fisonomía en Inglaterra, constituyendo una verdadera teocracia, en el sentido que limita la auténtica libertad del hombre por la presión de la economía, aunque proclame libertades políticas a diestro y siniestro.

 

  1. Mientras el escritor político protestante coloca al Estado sobre la sociedad y a la sociedad sobre el hombre, el católico colocará en primer término al hombre como causa de la sociedad y del Estado. Por lo cual se explica que los pueblos hispanoamericanos no hayan sido nunca sinceramente liberales. No lo pueden ser porque tienen plena conciencia de la libertad.

 

  1. La herejía luterana al resquebrajar los lazos morales que habían tenido maniatada la economía al interés social, la liberta y le permite dar los primeros pasos hacia las formas del capitalismo individualista. La nueva economía necesita para su desarrollo reforzar los poderes del estado, para así, afianzar la primera etapa de acumulación de capitales al amparo del Estado.

SENTIDO ESPIRITUAL DEL IMPERIO ESPAÑOL.

  1. Es un lugar común señalar el absolutismo de los Reyes Católicos y de los Austrias. Nada tiene que ver el imperialismo con Fernando, Carlos V y Felipe II. Cuando tratan del Imperio se refieren a la reconstrucción de algo que asegure la unidad moral de la humanidad, una acción espiritual, extraña a los actos imperialistas de las potencias protestantes.
     
  2. Nada más extraño al absolutismo que los Reyes Católicos y sus sucesores inmediatos. La acción de estos soberanos es centralizadora, distinto del absolutismo. Es necesario en su tiempo, forjar la unidad nacional española como base para la empresa ecuménica de defender la cohesión espiritual de Europa, y frente a la atomización medieval que, en España, por el régimen foral, había llegado a su máximo, deber afirmar principios de unidad, que no son principios absolutistas.
  1. El levantamiento de los Comuneros, falsamente presentada, es una reacción de los restos de feudalismo contra un imperativo histórico ineludible. Su hubieran triunfado los ideales disgregadores de los Comuneros es probable que América española no fuera española, y los mestizos indigenistas que hoy pululan en ella, no tendrían ocasión de reivindicar el derecho de ser regidos por algún Moctezuma de habla inglesa.
  1. ¡El absolutismo de Felipe II! El absolutismo de aquel monarca que castigó a un funcionario de América por haber cumplido una Real Orden, sabiendo que era perjudicial para la comunidad. Felipe II, siguiendo la labor iniciada por Fernando e Isabel, y seguida por Carlos V, tuvo que constituir la nación española, y es claro que sus actos de gobierno tenían que resultar, por centralizadores, contrario a la libertad dispersa de los pueblos y villas con legislaciones propias.
  1. Como Felipe II, también tuvo que ser duro el dictador Rosas que se propuso, y logró, unificar el sentimiento de argentinidad, y sin cuya actuación andaríamos a vuelta de cada esquina trenzados en luchas intestinas, por creer con los liberales que bastan algunas instituciones para organizar un país, darle personalidad y nacionalidad.
  1. Existen hechos concretos que demuestran que Carlos V no aspiró nunca a un imperialismo, sino a un “Imperio Cristiano”, cosa bien distinta. A) al coronarse en Alemania, Carlos formula su primera declaración imperial. Allí no acepta el imperio para ganar nuevos reinos, pues le sobran, lo acepta para cumplir la muy trabajosa obligación de desviar grandes males de la religión cristiana y para acometer la empresa contra los infieles enemigos de la fe católica. B) En Worms, Carlos enfrenta a Lutero. Atormentado, pasa la noche escribiendo una declaración político-religiosa, en la que enérgicamente afirma estar determinado a defender la cristiandad, empleando para ello su propia vida. Se le incita a que lleve adelante una política imperialista, pero lo que Carlos desea es un IMPERIO CRISTIANO. C) En 1526, con motivo del saco de Roma y prisión del Papa. Carlos coloca los deberes católicos o universalistas del imperio por encima de los intereses del Papa mismo. D) En 1528, al anunciar a la Corte su decisión de emprender viaje a Italia, afirma en su discurso que no aspira a tomar lo ajeno, sino conservar lo heredado y llama tirano al príncipe que conquista lo que no es suyo. E) Después de la victoria de Pavía sobre Francia, se lo quiere convencer a Carlos de dividir Francia y sumar a su corona alguna de sus porciones, pero esta opinión es combatida por otros que le aconsejan un tratado de clemencia, de reconciliación con Francia, es decir, nada de tendencia a la monarquía universal, sino el IMPERIO DE PAZ CRISTIANA.
  1. Es porque la Conquista de América ha tenido un sentido misional que se entiende el surgimiento de un “Derecho Internacional”, estructurado por Victoria y Suárez. Nada que se parezca a absolutismo, nada que se confunda con la tesis que admite la monarquía francesa o inglesa en el siglo XVII.

ABSOLUTISMO POLITICO.

  1. España es el único país de Europa que en s .XVII resiste al Absolutismo. Es por ello que los tratados de Derecho Político no mencionan a España. Incluso, para ocultar esta realidad se ha inventado el Absolutismo de los Reyes de la Casa de Austria.
  1. Nada más extraño al absolutismo que los Reyes Católicos y sus sucesores inmediatos. La acción de estos soberanos es centralizadora, distinto del absolutismo. Es necesario en su tiempo, forjar la unidad nacional española como base para la empresa ecuménica de defender la cohesión espiritual de Europa, y frente a la atomización medieval que, en España, por el régimen foral, había llegado a su máximo, deber afirmar principios de unidad, que no son principios absolutistas.
  1. El capitalismo necesita para su desarrollo reforzar los poderes del estado a los fines de poder realizar, bajo su amparo, las primeras etapas de acumulación de capitales.
  1. La monarquía absoluta surgió por determinadas necesidades y las sirvió. Desapareció cuando las hubo servido. Las tendencias racionalistas y utilitaristas surgidas del falso Renacimiento quedaron asentadas con el racionalismo y el pragmatismo filosófico, el liberalismo en política y el capitalismo en economía.
  1. El absolutismo comienza como forma teológica. La autoridad política deriva de Dios y resistir al príncipe es resistir a Dios. Esta fue la base del “derecho divino de los Reyes”, creación netamente protestante, combatido por los teólogos católicos.
  1. El absolutismo teológico era una doctrina ya antigua, pero en la medievalidad, el príncipe estaba sometido a las leyes y que si bien su potestad derivaba de Dios, era divina sólo en cuanto actuaba como expresión de la justicia.
  1. Wycliff, en el siglo XIV y luego con más fuerza Lutero, proclamaron la doctrina de la “no resistencia” al príncipe, en mérito de que su autoridad era divina. Es el francés Bodino quien, en 1586, expone en forma sistemática la doctrina del absolutismo.
  1. Bodino parte del concepto de indivisibilidad de la soberanía. Era representante del TIERS ETAT, y sólo la monarquía absoluta podía librar a la clase industrial de las interferencias del feudalismo. Expone dos concepciones: a) la sociedad política tiene que ser regida por una autoridad suprema, que esté fuera del derecho positivo y por encima de él, porque es su fuente. Esta autoridad es la MAIESTAS. b) la autoridad, que es indivisible, sólo se apoya en la cabeza del príncipe; no la comparte ni con los nobles ni con el pueblo.
  1. Bodino apoya su teoría sólo en argumentos, ya que no encuentra ejemplos, pues en España las leyes se hacían ROGATIONE POPULI, y no podían ser anuladas sino en asambleas del pueblo, encontrándose sólo en Francia un gobierno que se acerque a su ideal propuesto.
  1. Llegamos a fines del siglo XVI, con la enunciación por parte de Inglaterra y Francia, de la doctrina absolutista. La primera en base al “derecho divino”, la segunda en bases seculares. Ambas triunfan en el siglo XVII, donde la doctrina alcanza su máximo desarrollo en la literatura y en los hechos políticos de toda Europa, menos en España.
  1. Ya en el siglo XVII, es Jacob I de Inglaterra, quien publica un tratado titulado “THE TRUE LAW OD FREE MONARCHIES”, donde sostiene que el rey es la fuente de toda ley y está por encima de todo derecho, porque es señor sobre toda persona que habite en los mismos –países- y tiene poder de vida y muerte sobre cada una de ellas. A su vez, FILMER en su obra “PATRIARCHA” de 1681, rechaza la doctrina de que los hombres sean naturalmente libres y que están en libertad de implantar la forma de gobierno que más les agrade.
  1. La obra de Jacob I tuvo opositores, entre ellos al francés Card. Bellarmino y al español Francisco Suárez, cuyas obras fueron quemadas por orden del Parlamento de París, junto con las obras del P.Martín Becán y las de Gaspar Sciopius, luterano converso al catolicismo. En España, Felipe II aprobaba la obra de Suárez.
  1. Bossuet para educar al Delfín de Francia enseñaba: que el rey tiene la autoridad legislativa completa y se extiende ésta incluso, hasta poder alterar las normas del derecho consuetudinario. En España, el P. Mariana enseñaba al hijo de Felipe III que, el príncipe está sujeto a las leyes y que, si usara injusta y tiránicamente de su autoridad, podía ser resistido y depuesto.
  1. Hobbes será quien, defenderá en principio del Estado absoluto, no sólo del monarca absoluto. No hay nada que sea semejante al derecho natural o a la justicia. “Las nociones de derecho e ilegalidad, justicia e injusticia, están fuera de lugar. Donde no hay poder común (es decir, en la condición natural del hombre) no hay ley; donde no hay ley, no hay injusticia”. El soberano no está sujeto a ninguna ley, ni divina, ni humana.
  1. Mientras en Europa el absolutismo llega a su apogeo, en España permanecen los conceptos medievales sobre libertad política, que separa lo hispano de lo europeo. Esta mentalidad es la que llega a América.
  1. En España, a fines del siglo XVI, las Cortes se reunían cada tres año para presentar sus agravios a Felipe II. Innumerables escritos de dominicos y jesuitas aparece la importancia del tema político. En Soto, Vitoria, Suárez, Molina, Marian y otros. A esto, los pensadores liberales llamaban el “Absolutismo de los Austrias”.
  1. Según Suárez, la autoridad política deriva de un modo remoto de Dios, pero su origen próximo está en la comunidad misma, y sujeto a las condiciones que la comunidad le haya impuesto.
  1. Diego Covarrubias, obispo de Segovia, afirma en el s. XVI: todo poder temporal y toda jurisdicción civil corresponde a la comunidad y que no se puede crear ningún gobierno sin tiranía, salvo por la comunidad. El gobernante no es nombrado por Dios, la sucesión hereditaria de la monarquía es resultado de la costumbre, nacida del consentimiento tácito del pueblo.
  1. Un siglo más tarde, cuando Felipe V llega de Francia a gobernar   España, Luis XIV en sus consejos le dice: Los reyes son señores absolutos y tienen naturalmente dominio pleno y libre de todos los bienes propios, es decir, según las necesidades del estado. Esta ideología se extiende a España durante el siglo XVII. Comienza a prender en la monarquía española una tendencia hacia el absolutismo, como consecuencia de la influencia de hechos exteriores.
  1. Poco a poco, dirá Mártir Rizo en pleno s.XVII y frente a Felipe IV, los príncipes han ocupado la libertad de los pueblos y nada puede hacerse “ya” contra el desarrollo de la máquina estatal. Rechaza el absolutismo del Estado y se conforma con un cierto “mal menor”, es decir, el abuso de poder por parte de los reyes, porque según él, “ya no es posible volver al pasado”; a lo sumo intentar detener el crecimiento del estado en el punto que ha alcanzado.

DEMOCRACIA.

  1. Para un hombre de mentalidad liberal resulta poco menos que imposible que pueda haber existido idea alguna de democracia sin una Constitución, y sin un determinado número de instituciones que valora consubstanciales con ella.
  1. Entre la institución del voto y el sentido del derecho natural del hombre medieval, considera mejor guardián de los derechos del pueblo al voto, en virtud de lo cual se llega a algo sin embargo el liberal no acepta, y es que la verdad esté en relación con el número de los que creen en ella.
  1. En la actualidad se ha perdido el sentido de la razón de ser del Estado; es decir, si los derechos de este no se escriben en leyes, constituciones, decretos, no hay nada que fuerce a respetar el derecho de los demás, a los que viola, a pesar de esas leyes, constituciones y decretos.
  1. El hombre de tradición hispana sabe que nada, por mayoría que alcance a ser, será capaz de alterar los principios del derecho natural y como tiene de la libertad y la igualdad una noción que ha surgido de un análisis profundo de la naturaleza humana, los fines de las sociedad y la razón de ser de la autoridad, vive en un sentimiento democrático puro, natural, que no vincula a ninguna institución sino a principios esenciales que deben ser, y lo son, respetados desde el rey, por todos.
  1. El liberalismo, para disimular su despotismo, crea fórmulas alrededor de la “voluntad general”; el español sabe que la voluntad general no basta para modificar la ley Eterna, ni para crear un nuevo derecho. Cree en la mayoría para considerar el menester administrativo de su vida municipal, pero no para darle una norma a su vida.

 

 

 

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