
Alejandro Pandra nos dejó el viernes 18 de julio en horas del mediodía, mientras manejaba su auto por la ciudad de Buenos Aires.
Su vida, ennoblecida por la militancia en el peronismo, significó precisamente eso, militar para honrar la vida y vivir de un modo íntegro y sin retaceos. No militar para ninguna ventaja personal sino como servicio al prójimo. Eso fue su vida y su peronismo, la única forma en que pueden concebirse.
Su pasión, desde hace ya muchos años, fue la de caminar en el pensamiento dedicado a un tema central, el de la pertenencia de los hombres a una Patria, a un cobijo, a un destino común. Pero mucho más que eso, la Patria ya no fue la del lugar de su nacimiento, su búsqueda era encontrar la Patria Grande, la del destino común americano.
Múltiples trabajos y propuestas en esa dirección fueron los testimonios incansables que nos dejó hasta el último día de su vida. Su gran aporte es ser luz en el camino de la integración.
Uno de esos trabajos y tal vez el menos conocido, fue al que tituló “Un cuento fantástico inconcluso”. Una pequeña joya, de una profundidad y de una percepción de lo por venir que asombran.
Un sueño y una ilusión ubicados temporalmente en el año 2025, en la ciudad de Santo Domingo, República Dominicana, que es la sede episcopal de y para América desde 1816 y en donde se desarrolla, nada más y nada menos que la proclamación de Asamblea General Constituyente de la Confederación de Naciones Soberanas de América. ¡O sea la llegada a la ansiada unidad continental! ¡Quien no sueña con ese momento! ¿Para que vivimos y trabajamos en nuestros tiempos sino es para reencontrarnos con lo que siempre fuimos y de cara al futuro? Ese fue su sueño.
Hoy y a once años de esa fecha, se nos va Alejandro. Pero los objetivos están trazados y las avenidas se abren, como picada en la selva, con dificultad, sembradas de peligros y de enemigos, pero se abren. Los tipos como Alejandro, los trabajadores del pensamiento como él, han hecho una tarea inmensa que es luz en ese camino.
Alejandro: tal vez ese 2025 podrá o no ser la fecha de la llegada a destino, pero una cosa es segura, tu cuento fantástico dará paso a la realidad y lo que durante tanto tiempo fue inconcluso por fin un día será una tarea concluida. Si o sí. Ese es nuestro destino. Gracias Alejandro, hasta siempre.
Roberto Maffeis
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