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El 30 de marzo de 1920, en Ushuaia (Tierra de Fuego), nació José María Castiñeira de Dios, hijo de José Castiñeira Moreda y de Rosa de Dios.
En diversas circunstancias ha evocado su niñez en la isla cuando era una comarca con “cincuenta o sesenta casas de chapa y madera, convivía con sus padres y abuelos, sus amigos lo nombraban “el Gallego”, soportaban intensos fríos y veían “pasar el tren con los presos que iban a buscar la leña al bosque”.
En 1927 se trasladó la familia a un pueblo situado al sudoeste de la provincia de Buenos Aires nombrado Tres Picos -porque estaba al pie del Cerro homónimo que es el de máxima altura en el sistema de la Ventania-, localidad cercana a la Villa Ventana en el partido de Tornquist, Estación del Ferrocarril General Roca.
En estos primeros años del siglo veintiuno, datos estadísticos indican que desciende la población, registrados 98 habitantes en el 2001 y 82 habitantes en el Censo Nacional de Población, Vivienda y Familias realizado el 27 de octubre de 2010.
José María Castiñeira de Dios cursó hasta tercer grado del nivel primario en la escuela rural de Tres Picos, donde en la actualidad es visible una antena Directiv…
http://www.juan23.edu.ar/actualidad/institucional/full_pertenecer.
Como aún suele suceder, los vaivenes económicos generan desplazamientos de personas y “tras la quiebra del almacén familiar” cuando tenía doce años de edad, José María Castiñeira de Dios llegó a la ciudad de Buenos Aires.
Tiempo de crisis económica y política; en París el 29 de abril de 1932 el salteño Gral. José Félix Uriburu, primer presidente de facto en la serie de los trece que con violencia interrumpieron el mandato de los electos por los ciudadanos y que variables períodos detentaron el poder hasta diciembre de 1983.
Como aún suele suceder con los alumnos de escuelas rurales -aunque las experiencias revelan que están más formados que en las grandes escuelas urbanas-, ha comentado José María Castiñeira de Dios que “en la escuela donde lo iban a inscribir, no le reconocieron sus estudios. Salió llorando del colegio y ahí se lo encontró un maestro que escuchó su historia e intercedió para que lo admitieran.
El niño poeta sintió profundas emociones al conocer a ese virtuoso MAESTRO y así lo expresó:
“Me acercaba a vos como a un árbol, para recibir al menos tu sombra”…
Tiempo de adolescencia y de notoria influencia de su maestro Leopoldo Marechal porque como él ha reconocido, “comenzó a garabatear versos y a los quince años sus primeros poemas” y hasta los dieciocho años le acercaba sus versos que luego recibía con correcciones y sugerencias, entre ellas que no los publicara hasta que en 1938 presentó algunos en los Juegos Florales de Bahía Blanca y el jurado integrado por Eduardo Mallea, Francisco Luís Bernárdez y Álvaro Melián Lafinur le otorgó el “Premio al poeta laureado”. Era el comienzo de sin cuenta reconocimientos en distintos ámbitos, durante tres cuartos de siglo continuando en la actualidad…
Casi como una paradoja, Castiñeira de Dios varias décadas después recordó la prohibición de Leopoldo Marechal de no publicar sus versos hasta 1938, cuando recibió el Premio al poeta laureado y siete décadas después, sonriendo comentó:
“Yo ahí estaba en cuarto año y me habían aplazado en Literatura”.
Dos años después de aquella primera distinción en los Juegos Florales Bahienses, en 1940 el escritor Manuel Gálvez decidió fundar la Asociación de Escritores Argentinos y eligió como secretario de esa entidad a José María Castiñeira de Díos, quien como él lo ha expresado desde los dieciocho años andaba con algunos poemas bajo el brazo. Sabido es el fueguino por nacimiento y bonaerense por adopción, a fines de la descalificada “década infame” trabajaba en una imprenta que estaba por declarar la quiebra, tenía veintiún años y con apuro impulsó la impresión de su poemario Del ímpetu dichoso publicado en 1942, según sus comentarios un libro “lleno de metáforas, cuanto más rimbombantes y gongorinas, mejor”.
Desde 1944, el poeta José Castiñeira de Dios -humanista cristiano- ya había percibido la trascendencia de algunos principios expresados en torno a la soberanía y a la justicia social, tiempo del evidente esbozo del movimiento nacional promovido y conducido por el Coronel Juan Domingo Perón siendo Secretario de Trabajo y Previsión, vicepresidente de la Nación y ministro de Guerra (con algunas funciones ad-honorem. En aquel tiempo, Castiñeira de Dios integró el entusiasta grupo de aproximadamente cincuenta hombres que organizaron la “Junta Pro-Candidatura del Coronel Perón”.
Responsable colaborador de María Eva Duarte de Perón durante su intensa acción social desarrollada desde la Fundación. Creador de la “Peña de Eva Perón”.
En 1951, Castiñeira de Dios publicó su libro Campo Sur como reflejo del arraigo expresado en la poesía gauchesca y “tiene como novedad la aparición de la anécdota en su poesía”. Tiempo de incertidumbre entre los argentinos…
Declinaba la salud de Eva, la primera… durante el invierno de 1951; la tenaz María Eva Duarte de Perón, quien con su insistencia y sus acciones logró que en el Congreso Nacional sancionaran la Ley Nº 13.010 sancionada en el Congreso Nacional el 9 de septiembre de 1947.
Tiempo de avances en la organización de la Rama Femenina del Partido Peronista y de campaña electoral siendo el Gral. Juan Domingo Perón candidato a la reelección, en funciones desde el 4 de junio de 1946. Alzamiento del Gral. Benjamín Andrés Menéndez el 28 de septiembre de 1951 intentando derrocar al presidente Gral. Juan Domingo Perón.
El 24 de febrero de 1952, reelección del presidente Perón.
Es oportuno destacar que en el Congreso Nacional durante la sesión del 7 de mayo de 1952, por votación especial se otorgó a Eva Perón el reconocimiento como Jefa Espiritual de la Nación, única hasta la actualidad.
Anunciado su tránsito a la inmortalidad, el 26 de julio de 1952 a las 20:25…
Tras el torbellino histórico de septiembre de 1955 cuando comenzó el exilio del entonces “depuesto” presidente argentino General Juan Domingo Perón, por decisión del generador y líder del Justicialismo, José María Castiñeira de Dios fue Miembro del Comando Táctico de la Resistencia.
Soportó persecuciones y como señal de profundas vivencias, estallaron los poemas que son LUZ… ¡una lumbre que perdura!
José María Castiñeira de Dios aún no había celebrado su trigésimo cumpleaños cuando comenzó a desempeñar sucesivas funciones en ámbitos dependiente de la Presidencia de la Nación.
1950-1952:
– Subsecretario de Cultura de la Nación.
– Presidente del Instituto Nacional Sanmartiniano.
– Presidente de la Comisión Nacional de Cultura y Presidente de
la Comisión Nacional de Cultura ante la UNESCO.
Sabido es que durante las presidencias del doctor Hipólito Yrigoyen perteneciente a la Unión Cívica Radical (1916-1922 y 1928-1930), fue calificado como “populista” por las posibilidades de participación que generó entre los sectores más postergados. El Coronel Juan Perón durante el gobierno de facto siendo presidente el Gral. Edelmiro Julián Farrell fue primero la máxima autoridad en el Departamento del Trabajo -meses después transformado en Secretaría de Trabajo y Previsión-, ministro de Guerra y vicepresidente de la Nación; había conducido las acciones de recuperación tras el terremoto de San Juan a principios de 1944, impulsó y logró mejoras en las condiciones laborales de los trabajadores rurales y empleados; tras su detención y envío a la Isla Martín García a principios de octubre de 1945 coincidiendo con el día de su cumpleaños, revelado el reconocimiento masivo de los trabajadores en la jornada del miércoles 17 de octubre cuando una movilización exigía su presencia y el presidente Farrell dispuso que lo acercaran a la Casa Rosada donde fue invitado a hablar desde uno de los balcones para serenar los ánimos de los manifestantes.
Creada la Subsecretaría de Cultura de la Nación (1948), el 28 de mayo de 1948 mediante un decreto se creó la Junta Nacional de Intelectuales (incluido el Reglamento Interno), cuyo antecedente sería -entre otros propósitos-, la propuesta del periodista uruguayo Elías Castelnuovo quien el 3 de marzo de 1947 envió una carta con tal sugerencia dirigida al destacado escritor Manuel Gálvez Balugera, Miembro de la Academia Argentina de Letras,
El periodista, poeta y ensayista Elías Castelnuovo (1893-1982), vivió en la Argentina desde 1905; anarquista e integrante del Partido Comunista de la Argentina hasta que desde 1946 tiempo del impulso del movimiento nacional justicialista participó en diversas agrupaciones de la nombrada “izquierda nacional”. Nominado para el Premio Nóbel de Literatura en 1933/34. Por sus aportes culturales nombrado en 1973 Doctor Honoris Causa por la Universidad de Buenos Aires.
Correspondía a la Subsecretaría de Cultura de la Nación conducida por José María Castiñeira de Dios, coordinar la labor de todas las dependencias culturales: Comisión de Cultura, Biblioteca Nacional y Comisión de Bibliotecas Populares; todos los Museos Nacionales; Comisión de Monumentos y Lugares Históricos y el Teatro Cervantes.
La intensa labor de José María Castiñeira de Dios respondía a los lineamientos del Primer Plan Quinquenal -primera vez que un gobierno establecía objetivos y sucesivas metas en todas las áreas- y era coherente con lo expresado por el Presidente Perón: “Ni la inteligencia ni el saber pueden estar reservados a una sola clase social”.
Entre quienes apoyaron tales transformaciones culturales se destacó el escritor Leopoldo Marechal, en 1932 el primer maestro de Castiñeira de Dios cuando llegó a Buenos Aires tras cursar tres años en la escuela rural de Tres Picos situada al sudoeste de la provincia. Sabido es que Marechal en una nota referida a aquella etapa de notables cambios socio-culturales y económicos, expresó lo que era una insoslayable realidad (hechos que se concretaron en sucesivas gobiernos y en distintas jurisdicciones:
“En los movimientos revolucionarios que, como el nuestro, sacuden todas las fibras del país, es frecuente y hasta inevitable que algunos estratos inferiores de la cultura salgan a la superficie y se abroguen derechos que, en esa materia, sólo confieren la capacidad y el talento creador. Si el nuevo Estado trabaja con esos elementos, los mejores, al quedar desplazados de la vía estatal, realizan por la vía privada hechos de cultura muy superiores en calidad a los que cumple el Estado.”
Raúl Scalabrini Ortiz y Arturo Jauretche adhirieron a la política impulsada por el presidente Perón, también algunos integrantes del grupo de Boedo integrado en 1920: los escritores Elías Castelnuovo, Nicolás Olivari y César Tiempo, comunistas que no dudaron sobre los cambios sugeridos y adhirieron a programas del gobierno nacional.
Escritores calificados como “nacionalistas” comenzaron a organizar la Asociación de Escritores Argentinos (ADEA) y luego crearon el Sindicato de Escritores Argentinos. Como sigue siendo tendencia en la actualidad, en aquel tiempo algunos grupos de artistas, profesionales y científicos no participaron en los proyectos gubernamentales.
La Junta de Intelectuales esbozó el Estatuto del Trabajador Intelectual que generó un extenso debate sin conclusiones, por lo cual el subsecretario José María Castiñeira de Dios anunció la disolución en 1949, año de la reforma de la Constitución Nacional de 1853, nuevo texto sancionado en el Congreso Nacional derogado por decreto por quienes detentaron el poder desde septiembre de 1955), y el casi legendario Ministerio de Justicia e Instrucción Pública desde 1949 fue reestructurado al crearse por primera vez en el país, el Ministerio de Educación de la Nación siendo el doctor Oscar Ivanissevich el primero con tales funciones. La apertura del Teatro Colón para la presentación de diversas expresiones folklóricas, los programas de extensión cultural desarrollados en escenarios instalados en espacios verdes, fueron innovaciones rechazadas por quienes preferían canto lírico, óperas y ballet.
Fue durante el períodos 1946-1955 cuando hubo un continuo desarrollo editorial y el miércoles 17 de octubre de 1951 se realizó la primea transmisión de televisión en la argentina, en el entonces privado Canal 7, con la licencia LR3-TV.
Jaime Yankelevich, Enrique Susini (realizador de la primera transmisión radial a principios de la década del ’20-, Gerardo Noizeaux y Oscar Orzábal Quintana, el 17 de octubre de 1951 manejaban las tres cámaras de televisión ubicadas en el balcón del segundo piso del Banco Nación. Eva Perón recibió la “Medalla a la Lealtad Peronista (Grado Extraordinario)” como reconocimiento por su renuncia a la candidatura a la vicepresidencia de la Nación tras el Cabildo Abierto del 22 de agosto de 1951, “considerando que dicha actitud es el supremo ejemplo de desinterés, lealtad, renunciamiento, humildad, abnegación y patriotismo, virtudes fundamentales de la ética peronista”. (Habían recibido el año anterior la medalla de metal esmaltado -de menor tamaño-, Philippe Takla ministro de Economía del Líbano, el jefe de Prensa y Difusión de la Presidencia Raúl Apolo; en años siguientes varios deportistas, el poeta y escritor Alberto Vacarezza (autor “Don Hilario Derrumbe” humor político alusivo a obras del gobierno nacional); la devolvieron el físico alemán Ronald Richter director del Proyecto Huemul (fracasado proyecto de energía atómica) y el Gral. Dalmiro Videla Balaguer, en septiembre de 1955 unido al grupo de militares que exigió y logró la renuncia del presidente Perón, por lo cual la Comisión de la autodenominada Revolución Libertadora en el punto 74 del irónico documento “Nadie hizo más que Perón”, destaca que tal medalla premiaba “la delación y la obsecuencia”. Continuidad de esa entrega desde las “62 Organizaciones” sindicales; en la provincia de Santa Fe después de diciembre de 1983 en la sede del Partido Justicialista (Calle Crespo frente a la Plaza España), la recibieron algunos “ex legisladores y ex funcionarios”; a comienzos de 1986 la recibí de manos del subsecretario de Cultura Néstor Norberto Zapata -por el quehacer literario de difusión y participación ad honorem en sucesivos proyectos-, iniciativa de todos los sectores internos de la Rama Femenina promovida por la diputada Belkys Benítez (M.C. f. 14-08-2013 a los 77 años, madre de Daniel Marzzusi).
El presidente de la Nación General Juan Domingo Perón aquel 17 de Octubre de 1951 – Día de la Lealtad y evocación de la trascendental jornada de octubre de 1945, ante la cámara de televisión aludió a su esposa María Eva Duarte de Perón diciendo:
“¡COMPAÑEROS!… Como la señora está un poco débil, para no esforzarse demasiado que le puede hacer mal, guarden el más absoluto silencio mientras ella les dirige la palabra.
MIS QUERIDOS DESCAMISADOS… Éste es un día de muchas emociones para mí.
Con toda mi alma he deseado estar con ustedes y con Perón, en este día glorioso de los descamisados. Yo no podré faltar nunca a esta cita con mi pueblo en cada 17 de Octubre.
Yo les aseguro que nada ni nadie hubiese podido impedirme que viniese, porque yo tengo con Perón y con ustedes, con los trabajadores, con los muchachos de la Confederación General del Trabajo una deuda sagrada; y a mí no me importa si para saldarla tengo que dejar jirones de mi vida en el camino. Tenía que venir y he venido para darle las gracias a Perón, a la Confederación General del Trabajo, a los descamisados y a mi pueblo.
A Perón que ha querido honrarme con la más alta distinción que pueda otorgarse a un peronista y con lo que acaba de decir esta tarde, que yo no terminaré, ni entregándole mi vida, de pagarle para agradecerle lo bueno que siempre fue y que es conmigo.
Nada de lo que tengo, nada de lo que soy y nada de lo que pienso es mío, es de Perón.
Yo no le diré la mentira acostumbrada; yo no le diré que no la merezco… Sí, la merezco mi general. La merezco por una sola cosa, que vale más que todo el oro del mundo; la merezco porque todo lo hice por amor a este pueblo. Yo no valgo por lo que hice, yo no valgo por lo que he renunciado, yo no valgo por lo que soy ni por lo que tengo. Yo tengo una sola cosa que vale, la tengo en mi corazón, me quema en el alma, me duele en mi carne y arde en mis nervios: es el amor por este pueblo y por Perón. Y le doy las gracias a usted, mi General, por haberme enseñado a conocerlo y a quererlo. Si este pueblo me pidiese la vida, se la daría cantando, porque la felicidad de un solo descamisado vale más que mi vida.
Tenía que venir, para darle las gracias a la Confederación General del Trabajo por la distinción que significa el homenaje de laurear una condecoración, que es para mí el más querido recuerdo de los trabajadores argentinos.
Tenía que venir, para agradecerle el que hayan dedicado los trabajadores y la CGT a esta humilde mujer este glorioso día. Y tenía que venir para decirles que es necesario mantener, como dijo el general, bien alerta la guardia de todos los puestos de nuestra lucha. No ha pasado el peligro. Es necesario que cada uno de los trabajadores argentinos vigile y que no duerma, porque los enemigos trabajan en la sombra de la traición, y a veces se esconden detrás de una sonrisa o de una mano tendida. Y tenía que venir, para agradecer a todos ustedes, mis queridos descamisados de todos los rincones de la Patria, porque han sabido jugarse la vida por Perón. Yo estaba segura que ustedes sabían -como lo han sabido ser-, la trinchera de Perón. Los enemigos del pueblo, de Perón y de la Patria, saben también desde hace mucho tiempo que Perón y Eva Perón están dispuestos a morir por este pueblo.
Ahora también saben que el pueblo está dispuesto a morir por Perón.
Yo les pido hoy, compañeros, una sola cosa: que juremos todos, públicamente, defender a Perón y luchar por él hasta la muerte. Y nuestro juramento será gritar durante un minuto para que nuestro grito llegue hasta el último rincón del mundo: ¡La vida por Perón!
Que vengan ahora los enemigos del pueblo, de Perón y de la Patria.
Nunca les tuve miedo porque siempre creí en el pueblo. Siempre creí en mis queridos descamisados porque nunca olvidé que sin ellos, el 17 de Octubre hubiese sido fecha de dolor y de amargura, porque esa fecha estaba destinada a ser de ignominia y de traición. Pero el valor de este pueblo lo convirtió en un día de gloria y de felicidad.
Yo les agradezco, por fin, compañeros, todo lo que ustedes han rogado por mi salud. Se los agradezco con el corazón. Espero que Dios oiga a los humildes de mi Patria, para volver pronto a la lucha y poder seguir peleando con Perón, por ustedes, y con ustedes, por Perón hasta la muerte. Yo no quise ni quiero nada para mí. Mi gloria es y será siempre el escudo de Perón y la bandera de mi pueblo y aunque deje en el camino jirones de mi vida, yo sé que ustedes recogerán mi nombre y lo llevarán como bandera a la victoria. Yo sé que Dios está con nosotros, porque está con los humildes y desprecia la soberbia de la oligarquía. Por eso, la victoria será nuestra. Tendremos que alcanzarla tarde o temprano, cueste lo que cueste y caiga quien caiga.
Mis descamisados: yo quisiera decirles muchas cosas, pero los médicos me han prohibido hablar. Yo les dejo mi corazón y les digo que estoy segura, como es mi deseo, que pronto estaré en la lucha, con más fuerza y con más amor, para luchar por este pueblo, al que tanto amo, como lo amo a Perón. Y les pido una sola cosa: estoy segura que pronto estaré con ustedes, pero si no llegara a estar por mi salud, cuiden al general, sigan fíeles a Perón como hasta ahora, porque eso es estar con la Patria y con ustedes mismos. Y a todos los descamisados del interior, yo los estrecho muy, pero muy cerca de mi corazón y deseo que se den cuenta de cuanto los amo.”
Rememoro que a mediados del siglo veinte hubo “censura”, los diarios y periódicos de la época aludían a críticas a artistas que eran discriminados e incluso fueron detenidos, docentes exonerados.
En la provincia de Santa Fe, por decisión gubernamental cesó la distinguida MAESTRA Olga Cossettini, quien con su hermana Leticia habían logrado notables experiencias pedagógicas en la denominada Escuela Serena, que estaba funcionando en la ciudad de Rosario, en realidad un proyecto de educación por el Arte que desarrollaban con la presencia de destacadas personalidades -incluso de otros países-, encuentros con aquellos niños que siendo adultos expresaron sus testimonios en el interesante documental La Escuela de la Señorita Olga, dirigido y producido por el perseverante cineasta rosarino Mario Piazza.
Interrumpida la segunda presidencia del General Juan Domingo Perón al comenzar el movimiento cívico-militar del 16 de septiembre de 1955.
Cuatro días después ofreció su renuncia ante las amenazas de bombardeos sobre las destilerías y ciudades con riesgos de una posible guerra civil; comenzó su exilio en distintos países y sólo pudo retornar casi diecisiete años después.
José María Castiñeira de Dios durante la etapa de la resistencia, publicó su libro El leño verde en 1962, tiempo de la presidencia del doctor Arturo Umberto Illia.
Cercano el final de la primera década del siglo veintiuno, publicó Obra 1938-2008 incluyendo ese poema como tercero y último en capítulo titulado Poemas paternales. Rememoró emocionado:
“Esto es así: lo escribí cuando mi hijo tenía doce años y comenzó a sentir unos dolores en el cuerpo justo cuando cayó sobre Buenos Aires el drama de la poliomelitis. Escribí los poemas durante las cuatro noches en vela que pasé hasta que me dijeron que eran dolores de crecimiento. Después los publiqué en el diario Democracia”…
Relacionado con ese poema, Castiñeira recordó cuando un hombre estaba discutiendo con él por asuntos laborales y se sorprendió al escuchar su nombre.
Le preguntó si era el poeta y en ese momento ¡la sorpresa!… porque sacó de su billetera un recorte de una hoja de diario amarillenta con el poema impreso.
Recompensa incomparable para cualquier artista es comprobar cómo logró conmover a una persona con sensibilidad semejante a la generadora de aquel estallido del alma en la confluencia de la armonía y la belleza. Ya abuelo, Castiñeira continuó su relato alusivo al momento de la muestra del simbólico recorte:
“Me dijo que él lo había encontrado una noche, mientras acompañaba a su hijo enfermo de poliomelitis, y que desde entonces lo llevaba consigo.
Ahí sentí que se cumplía mi función de poeta”…
Explicó José María Castiñeira de Dios:
“Estos dos son los libros del dolor, es el momento que empiezo a sentir la maldad de la gente. Ha caído Perón y he sentido la persecución.
Estos poemas debieron ser un solo libro, pero uno es en verso libre y el otro en versos clásicos.”
El 12 de octubre de 1973 asumió la tercera presidencia el Tte. Gral. Juan Domingo Perón y convocó al poeta José María Castiñeira de Dios para integrar el gabinete, también a fines de la década siguiente desempeñó diversas funciones.
1973: Secretario de Estado de Prensa y Difusión de la Presidencia de la Nación.
1974: Integrante del Fondo Nacional de las Artes.
1990: Titular en la Dirección Nacional del Libro. Director de la Biblioteca Nacional. Después de décadas sin avanzar en la construcción imaginada casi a fines de la década del ’50, durante la presidencia del Dr. Carlos Saúl Menem continuaron las obras y Castiñeira de Dios ante la lentitud de tales trabajos presentó su renuncia, días después reemplazó al entonces subsecretario de Cultura Lic. Julio Bárbaro.
1941: Dos canciones (Plaqueta)
1942: Del ímpetu dichoso. (Primer Premio de Literatura otorgado por la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires.)
1951: Campo sur. (Premiado por Jurado integrado por Leopoldo Marechal.)
1954: Las Antorchas.
1960: El Leño Verde y Cada día su pena – Tres poemas paternales y una oda a la soledad (Plaqueta).
1967: Santos Vega y Campo Sur.
1968: El santito Ceferino Namuncurá. (Reeditado 2008. Prólogo de Monseñor Jorge Mario Bergoglio. Papa Francisco desde el 19 de marzo de 2013.)
1981: Madrigal a Elena.
1982: Testimonio cristiano. Prólogo P. Hernán Benítez – Ilustraciones Juan Antonio. (2ª edición 2007)
1982: Poesía Política aquí y ahora.
1983: Del Amor para Siempre.
1985: Obra poética. (Antología.)
1996: Celebración del Sacramento del matrimonio y Cantos de amor a Elena.
1997: De los Tiempos del Eclesiastés.
1999: Cántico del Gran Jubileo Lo escribió en las vísperas del año 2000 – Año de Gracia del Señor – Poesía religiosa. Antología. – Dos poemas ante el Cristo de la Santa Paciencia.
2000: Cántico del Gran Jubileo (Plaqueta)
2004: Tributo a Ushuaia – Relato en silva de un paseo al Parque Lapataia con una carta al poeta fueguino Pedro Luis Barcia.
2007: Poesía de un Militante 1945-2008.
2009: Obra 1938-2008. (Edición de la Universidad de Lanús.) Expresó meses después el periodista Bordón del diario Clarín: “…en Obra. 1938-2008, Castiñeira mezcla poemas escritos en distintas épocas bajo subtítulos temáticos… ‘Poesía del enamorado’… ‘del sureño’… ‘del dolido’… la ‘del militante’…” Explicó el poeta la razón de tal ordenamiento: “Porque no interesaba lo cronológico sino las cosas que he mantenido en mi vida… Esto es mi vida y se parece más a una novela”… Destacó el poeta algunos de sus propósitos: “Nunca para el aplauso. Siempre para llegar al otro, estar en el otro. Lamento una sola cosa: creo que la vida que yo he tenido hubiera merecido un poeta mejor que yo, un poeta mayor.”
Fuente: Revista “Ñ”, diario Clarín, 17-05-2010.
2011: En loor de San Martín y los Patriotas de Mayo de 1810.
2013: De cara a la vida – Primera Parte 1920-1972 (Prosa) [93 años de edad.]
1984: Faja de Honor de la SADE (Sociedad Argentina de Escritores) de la Capital Federal. Reconocido como uno de los poetas más representativos de la “Generación del 40”.
–Palmas Sanmartinianas otorgadas por el Instituto Nacional Sanmartiniano.
-Condecoraciones en España: Caballero Gran Cruz de la Orden del Mérito Civil y Caballero de la Orden de las Artes y las Letras. – Miembro de Honor de la “Orden da Vieira” de Galicia.
-Condecoración en Francia: Caballero de la Orden de las Artes y las Letras.
-Reconocido como “Ciudadano Ilustre de Tierra del Fuego” en la Legislatura provincial y el Gobierno lo nombró “Ciudadano Benemérito”.
05-08-2003: Gran Premio de Honor de la SADE. Entregado en el Salón Azul del Congreso de la Nación, Hipólito Irigoyen 1848. Presencia de Orlando Guzmán Presidente Y Antonio Mulet, presidente y vicepresidente de SADE, respectivamente.
2004: En la Cámara de Diputados de la Nación honrado entre los “Mayores Notables” del país, “por su vida, por su obra, por su ética que ha honrado a su patria con su accionar”.
2009: Distinguido como “Personalidad Destacada de la Cultura de la Ciudad de Buenos Aires, por una vida de militancia peronista y católica, entre sus atributos más apreciables”. (Ley Nº 3.206/24-09-2009 sancionada por unanimidad, iniciativa de la Defensora del Pueblo Alicia Pierini.) Emotivo acto en el Salón Dorado de la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Presencia de amigos, familiares, admiradores, personalidades de la cultura, autoridades gubernamentales y académicas. Junto al homenajeado: Diputado Diego Santilli, vicepresidente primero de la Legislatura porteña a cargo de la Jefatura de Gobierno; Diputada Inés Urdapilleta, presidente de la Comisión de Cultura de la Legislatura y Contador Antonio Francisco Cafiero. Expresiones del diputado Diego Santilli: “Es un honor recibir a un poeta de enorme trascendencia intelectual para los argentinos y de quien estamos orgullosos… Militante peronista y militante católico, fueguino, de una vida y obras apasionantes… Este hombre tan importante para la cultura, es un orgullo para los ciudadanos y un ejemplo para todos los porteños”. La Defensora del Pueblo Alicia Pierini destacó: “Éste es un homenaje a un militante de esa generación que creó, con Perón y Evita, ese movimiento profundamente humanista y cristiano; mi generación es la de los hijos, sus sucesores… Más que un homenaje es un agradecimiento a quienes fueron nuestros maestros”…
2010: Agosto 25. En la Cámara de Senadores de la Nación, aprobación de un proyecto de declaración expresando “su reconocimiento a su trayectoria”.
23-08-1990. Miembro de la Academia Argentina de Letras. Designado durante la 913ª sesión para ocupar el sillón “Vicente Fidel López” (anteriormente otorgado a Carlos Ibarguren – Atilio Dell’Oro Maini – Jorge Vocos Lescano). 14-05-1992: Discurso de recepción: “Luis José de Tejeda y Guzmán, el primer poeta argentino”.
-Noviembre de 1999. Miembro Correspondiente de la Real Academia Española.
-Miembro de la Academia Nacional de Periodismo.
-Miembro de la Academia Sanmartiniana.
-1995-1996: Presidente de la SADE -Sociedad Argentina de Escritores-, Capital Federal, siendo también candidato a ese cargo el escritor Luis Gregorich. Durante su gestión se realizó una importante restauración en el “histórico edificio” de esa institución; acondicionaron y habilitaron la Casa del Escritor en San Telmo, con bibliotecas y salas para trabajo, obras financiadas por el subsidio de un millón de pesos (ley de convertibilidad vigente por lo cual un pesos era equivalente a un dólar), otorgado a esa entidad cuando desempeñaba las funciones de Secretario de Cultura de la Nación. Inauguración de la Librería en la sede la SADE, en la calle Uruguay para difundir obras de autores de distintas provincias. Promovió adhesiones con firmas para proponer al físico, escritor y pintor Ernesto Roque Sábato como candidato al Premio Nobel de Literatura. Acompañado en aquella lista de renovación de autoridades por su amigo Bernardo Ezequiel Koremblit, estacado periodista y escritor, cuando Castiñeira de Dios prefirió renunciar por diferencias conceptuales y de procedimiento con otros miembros de la conducción, el talentoso y cordial Koremblit asumió la presidencia de SADE.
[Sabido es que el perseverante Bernardo Ezequiel Koremblit fue declarado Ciudadano Ilustre de la ciudad de Buenos Aires (2007). Desde el diario La Nación al día siguiente, el periodista Jorge Roillon anunció que el 1º de febrero de 2010 falleció el escritor Klorembit, destacando: “Amante de la paradoja, volcó en sus libros inteligencia y un agudo sentido del humor… En noviembre último, dijo en la SADE: ‘Sé que el buen Dios me puso en órbita, en la curva de traslación de la vida, pero no sé cuándo me sacará de circulación’. Y confesó: ‘Sigo buscando la verdad’.” ¡Arte de vivir!…]
He leído una interesante nota de Luis E. Altamira (luisaltamira@hotmail.com), titulo El castillo de la poesía, destacando que José María Castiñeira de Dios “supo, en Salta, de la existencia de Manuel Castilla. Por entonces, el hombre de Cerrillos tenía veinticinco años y solamente un libro publicado [Agua de lluvia], pero el caudal de eternidad que contendrían las palabras de sus poemas ya se agazapaba en su espalda”.
Castiñeira de Dios llegó a la capital salteña invitado por el poeta Raúl Aráoz Anzoátegui, nacido el 31 de marzo de 1923, escritor integrante del Grupo La Carpa que desempeñó diversas funciones, a mediados de la década del ’50 fue Director de Cultura de la provincia hasta 1957, destacada trayectoria y distinguido en 1984 con el Premio Konex Letras, Diploma al Mérito Regional.
El joven poeta fueguino José María Castiñeira de Dios (n. 1920, Ushuaia), pronunció en Salta su primera conferencia, alusiva a “San Juan de la Cruz y la poesía mística española” y empezó a conocer al grupo de escritores amigos del talentoso Juan Carlos Dávalos. Sigo leyendo y reitero algunos párrafos de lo expresado por Luis Altamira:
“Aquellos poetas escribían con el mismo idioma que hablaban y vivían los salteños: ese español rancio (al decir de Juan Carlos Dávalos), arcaico, salpicado de términos regionales (indígenas o no, sustituibles o no- es el caso de la ulpada, hecha con harina de maíz con azúcar y agua fría, o el chilcán, lo mismo pero con agua caliente: ‘Sin duda tales cosas no están en el diccionario de la lengua – reconocía el mismo Dávalos en una conferencia dada en el Jockey Club de Buenos Aires, en 1921 – pero están hace más de un siglo en la boca de los arrieros argentinos que llevan ganado a Chile y Bolivia, y esos arrieros hablan español’).
Todos aquellos poetas, rememoró Castiñeira de Dios, estaban en una izquierda militante, lo que no ‘invalidaba la solidaridad general, aún de sectores políticamente opuestos y mucho menos del medio de comunicación que había allí, que era El Intransigente (que curiosamente iba en una línea editorial mientras casi todos esos poetas que estaban dentro del diario tenían otra posición ideológica y cultural)’. (…)
“A mediados de los años cincuenta, tras la clausura de El Intransigente, Manuel [Castilla] se puso a vender choclos y zapallos a metros del Cabildo de Salta, antes de probar suerte en Buenos Aires con un negocio de música que abrió en la avenida Santa Fe y Anchorena, donde trataba de sobrevivir, dice el poeta Horacio Salas, ‘vendiendo partituras, guitarras, algún bombo, sus propios libros, algún libro de otro poeta salteño y unos pocos productos más’. (…) “En 1956 El Intransigente reabrió sus puertas y Castilla se reincorporó a su redacción (que integrarían, además del citado Aráoz Anzoátegui, Miguel Ángel Pérez, Walter Adet y otros poetas de Salta).” (…)
¡TODO, tiene su TIEMPO!
Han difundido parte de la obra de José María Castiñeira de Dios en los diarios La Nación y Clarín editados en la ciudad de Buenos Aires.
Dirigió revistas y periódicos. Destacado conferencista siendo nonagenario.
“Yo he de volver como el día
para que el amor no muera
con Perón en mi bandera
con el pueblo en mi alegría
¿Qué pasó en la tierra mía
desgarrada de aflicciones?
¿Por qué están las ilusiones
quebradas de mis hermanos?
Cuando se junten sus manos
volveré y seré millones.”
José María Castiñeira de Dios, 1962.
(Releo: “…a un verso de Castiñeira de Dios pertenece la frase ‘volveré y seré millones’, tantas veces atribuida a Evita. Tal vez no exista mayor logro para un poeta que un pueblo haga propias sus palabras. Alejandro Pandra. Agenda de Reflexión.”
El gran cacique aymara TUPAC KATARI (Julián Apaza Nina, también reconocido como Catari o Qatari (nacido en 1750 en Ayo Ayo, provincia de Sica Sica), junto a la valiente Bartolina Sisa y acompañado por dos o tres hombres de su confianza, partió caminando desde un poblado cercano a La Paz hasta la ciudad de Buenos Aires para pedirle al Virrey Vértiz que reconociera su cacicazgo. Sabido es que el 15 de noviembre de 1781, minutos antes de ser descuartizado por cuatro caballos en la localidad de Peñas (Q’arq’a Marka), expresó: Naya saparukiw jiwyapxitaxa nayxarusti, waranqa, waranqanakaw tukutaw kut’anipxani…, traducido al castellano A mí sólo me materéis, pero mañana volveré y seré millones.
Meses después, la heroica Bartolina Sisa seguía luchando contra la dominación española y fue descuartizada en La Paz, el 5 de septiembre de 1782.
Desde 1983 y por decisión unánime durante el Segundo Encuentro de Organizaciones y Movimientos de América en Tiahuanacu, en la República de Bolivia ese día es reconocido como Día Internacional de la Mujer Indígena.)
“La noche tiene el peso de una lágrima inmensa
y el color de una pena que jamás conocimos.
Hemos quedado en medio de esta muerte
como niños perdidos Dios sabe en qué caminos.
La pena nos hermana; y al mirarnos los ojos
vemos en otros ojos un dolor compartido.
Bajo el aire cruzado de la noche y la lluvia,
se acongoja en los rostros una angustia sin gritos.
Es como si de pronto, bajo el arco del cielo,
la Patria se nos fuera muriendo entre los cirios.
Todo el dolor del mundo se arrodilla en nosotros
en esta noche oscura del destino argentino.
Hierático en la muerte, como no lo fue en vida,
contemple, General, un dolor sin consuelo.
Esta ha de ser la gloria que Dios brinda a los justos,
merecer en la tierra las lágrimas del Pueblo.
¿Acaso no supimos que su muerte
sería como un tajo implacable,
partiendo en dos el tiempo?
¿O, tal vez, no quisimos pensar en este instante
para cerrar los ojos al designio del Cielo?
¿O, quizás, no creímos que Dios lo llevaría
así desencarnado, como nos fue devuelto?
En la noche enlutada tan sólo nos responden,
con su idioma cifrado, los llantos y el silencio.
Aquí están, nuevamente, las antorchas de octubre
quemándose en el llanto de los descamisados.
Y los héroes del Pueblo, mártires de su causa,
vigías imperiosos de su claro mandato.
Y están quienes negaron su divisa y su empresa;
y están quienes cercaron su exilio solitario.
Reunidos por la muerte, juntos
y en una misma soledad hermanados.
¿Cuántos seremos dignos de su vida y su muerte?
¿Cuántos seremos fieles a este sueño truncado?
La Patria está expectante, como recién nacida,
y el destino la mira con sus ojos llagados.
Más allá de su muerte, la Patria es una espera
desbordante de enigmas y de augurios preñada.
Más allá de su vida, la Patria es un mandato,
una lucha creciente, una clara esperanza.
¿Qué haremos sin su guía con esta Patria huérfana?
¿Qué haremos sin su rumbo con la Patria acosada?
Si la muerte del padre fortalece a los hijos,
no habrá maldad del mundo que pueda avasallarla.
Estará para siempre coronada de gloria,
más libre en su grandeza, más justa y soberana.
¡Qué Dios nos lo demande si cedemos un paso;
la Patria es la fatiga de una eterna batalla!
Duerma, mi General, en las manos del Cielo
y en este amor unánime del Pueblo que lo llora.
Descanse para siempre, después de tanta lucha,
de exilios, de amarguras y pruebas dolorosas.
Ha llegado la hora de estar solo y alzarse
como un mástil de fuego sobre el haz de la tierra.
Ha llegado el momento de ser, multiplicado,
la causa y el destino de una lucha gloriosa.
Porque fuimos sus fieles, seremos sus custodios,
unidos por la fuerza vital de su memoria.
Porque somos su pueblo, seremos su milicia,
hasta que rompa el alba de la nueva victoria.”
Lecturas y síntesis: Nidia Orbea Álvarez de Fontanini.
José María Castiñeira de Dios fue un cercano colaborador de María Eva Duarte de Perón en su constante labor de servicio a la comunidad desde la “Fundación Eva Perón”. Desempeñó diversas funciones, desde fines de la década del ’40 y hasta 1952 fue Subsecretario de Cultura de la Nación, luego Director General de Cultura del Ministerio de Educación de la Nación, Presidente de la Comisión Nacional de Cultura, y Presidente del Instituto Nacional Sanmartiniano (1950), Secretario de Estado de Prensa y Difusión de la Presidencia de la Nación (1973-1974), tiempo de la tercera presidencia del Tte. Gral. Juan Domingo Perón.
El 10 de diciembre de 1983 comenzó la presidencia del doctor Raúl Ricardo Alfonsín, tiempo de incertidumbre, tensas relaciones entre diferentes sectores sociales, inflación continua, dos cambios de moneda hasta la crisis hiperinflacionaria, el 23 de enero de 1989 feroz ataque en el Regimiento de la Tablada, combate hasta el día siguiente, aterrizaje del helicóptero que condujo al presidente Alfonsín y miembros de su gabinete cuando estaban humeantes los cuerpos de jóvenes de ambos sexos pertenecientes al autodenominado “Movimiento Todos por la Patria” conducido desde un ámbito cercano por el audaz Enrique Gorriarán Merlo, entre otros.
El doctor Carlos Saúl Menem siendo gobernador de la provincia de La Rioja, su tierra natal había manifestado su propósito de ser candidato a la presidencia de la Nación y aquel tiempo escribió:
“Vamos a escaparnos de la siesta de la mediocridad y el ‘no se puede’.
…Vamos a emprender una senda de transformación.
¿Quién dijo que todo está perdido?
Prólogo de “Argentina, ahora o nunca”. (p. 13)
“…Se busca movilizar, cuestionar, resolver, proyectar, pensar, convocar a la acción”. / “El reto es hoy, aquí y ahora.”
“Argentina ahora, o nunca”.
“La voz del pueblo, la voz de Dios”. (p. 54 y 10)
El presidente doctor Raúl Ricardo Alfonsín decidió entregar anticipadamente el poder y el 8 de julio de 1989 comenzó la primera presidencia del doctor Carlos Saúl Menem (Partido Justicialista). Impulsada la reforma constitucional tras acuerdo sobre el “Núcleo de Coincidencias Básicas” con el ex presidente y conductor del sector Renovación y Cambio de la Unión Cívica Radical, realizados los debates y sancionadas las reformas en el Paraninfo de la Universidad Nacional, incluido el artículo que autorizó la reelección por un período inmediato.
Durante la primera presidencia del doctor Carlos Saúl Menem, con su experiencia en distintos ámbitos y como Director en el Fondo Nacional de las Artes (1974), el responsable José María Castiñeira de Dios fue nombrado Director de la Biblioteca Nacional (1989-1991)…
Al asumir la Dirección de la Biblioteca Nacional, informó sobre el estado de abandono de ese servicio de educación permanente y fue entonces cuando interpretada la magnitud de ese problema, en 1989 constituyeron la “Asociación Protectores de la Biblioteca Nacional” cuyos integrantes siguen colaborando en la promoción de lecturas y preservación del patrimonio bibliográfico, hemeroteca y pinacoteca. En nuestra Argentina amada ¡País de los Contrastes!… aún son evidentes las divergencias en torno a valoraciones y no fue por casualidad que con las iniciales “F.Ch.” -coincidentes con las de Fermín Chávez cuyo texto se asemeja en el estilo-, en la nota titulada “Bárbaro, la cultura no se mata”, se destaca esta señal:
“Pero no lo veo candidato / a presidente por el peronismo /(a Menem). Julio Bárbaro, julio de 1984.”
Considero oportuno destacar algunas señales en la trayectoria del poeta entrerriano Fermín Chávez nacido en Nogoyá el 13 de julio de 1924, periodista desde los veintitrés años de edad en el periódico nacionalista “Tribuna”; historiador y discípulo del revisionista José María Rosa cuya obra inédita revisó a los fines de la póstuma impresión de siete tomos.
El estudioso Fermín Chávez, en Córdoba cursó Humanidades, en Buenos Aires estudió Filosofía y viajó a Perú donde estudió Arqueología, hebreo antiguo, Teología y Derecho Canónico. Junto a su amigo José María Castiñeira de Dios acompañó a María Eva Duarte de Perón en diversas circunstancias a los fines del desarrollo cultural de la comunidad.
Coherente con sus convicciones desde septiembre de 1955 participó en “la Resistencia”, ambos integraron la delegación que viajó a Europa para acompañar al ex presidente Juan Domingo Perón al retornar del exilio que soportó durante diecisiete años. Desempeñó diversos cargos en la administración pública, Profesor universitario en Buenos Aires, La Plata y Lomas de Zamora. Jefe de Prensa de Yacimientos Petrolíferos Fiscales (1970-1973) y durante la administración del Gral. José Embrione en el gobierno de la ciudad de Buenos Aires trabajó en la secretaría de Prensa desde 1973. Vivió desde 1974 en el tradicional barrio de San Telmo en la ciudad de Buenos Aires. Reconocido como “Ciudadano Ilustre de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (2003).En marzo de 2006, lo impactó el fallecimiento de su hijo Fermín Ricardo en un accidente aéreo, dos meses después debieron internarlo por una descompensación renal y falleció aproximadamente a las 08:45 del 28 de mayo de 2006. Honras fúnebres en un salón de la Legislatura y sepultura en un cementerio Jardín de Paz de Pilar, Buenos Aires.
He aludido en anteriores aproximaciones históricas a aquella cita, opinión del Licenciado Julio Donato Bárbaro, nacido en Buenos Aires el 29 de enero de 1942, hijo de un colchonero que pudo ser educado en colegios de gestión privada católicos
En el tercer año del siglo veintiuno, tiempo de la presidencia del doctor Néstor Carlos Kirchner (desde el 25 de mayo 2003), el Lic. Julio Bárbaro condujo la Comisión Federal de Radiodifusión (COMFER). Diez años después de aquellas funciones en la actualidad -tiempo de campaña electoral para renovación parcial de legisladores-, es frecuente su presencia en este tumultuoso año 2013 –Bicentenario de la Asamblea de 1813-, habla en programas de diferentes canales como opositor a decisiones de la presidente Cristina Fernández de Kirchner, en tales funciones desde el 10 de diciembre de 2007, reelecta con mandato hasta 2005.
Releo una vez lo impreso en el amarillento recorte: Bárbaro, la cultura no se mata”, doy vuelta esa página y es conmovedora la imagen de dos niños dialogando, uno apoyado sobre la vía, otras atrás y lindantes sencillas casas, un árbol y a lo lejos un alto tanque aparentemente para contener y proveer “agua”… A la derecha de la fotografía casi como un alegato: “Con nuestros pueblos diezmados pero en el ‘primer mundo’ una insensata pretensión de renunciar a nuestra propia dignidad”.
En el último párrafo de la citada nota Bárbaro, la cultura no se mata, el autor aludió al distinguido pedagogo Antonio Salonia, a quien conocí personalmente en el recinto de la Cámara de Senadores durante unas jornadas sobre EDUCACIÓN.
El mendocino Antonio Francisco Sajonia nació el 1º de octubre de 1927 en General Alvear. Logró el título de maestro normal nacional en San Rafael y a los dieciocho años ejerció como maestro rural en Las Catitas, continuando los estudios de Letras en la Universidad Nacional de Cuyo. Diputado Nacional desde los veintiséis años y sólo por unos meses porque el 16 de septiembre de 1955 irrumpió la autodenominada “revolución libertadora” que en realidad fue persecutoria y fusiladora. Durante esa etapa de transición, el profesor Antonio Sajonia continuó junto al doctor Arturo Frondizi conductor de la Unión Cívica Radical Intransigente, integró su gabinete siendo Subsecretario de Educación (01-05-1958/29-03-1962), período interrumpido ante la irrupción de militares y asunción del presidente pro-témpore del Senado Dr. José María Guido, hasta el 12 de octubre de 1963 cuando asumió el electo presidente Dr. Arturo Umberto Illia. El profesor Antonio Sajonia, fundó en la ciudad de Buenos Aires en 1969, la “Nueva Escuela Argentina 2000”.
1970. “Año Internacional de la Educación”. Rememoro las Jornadas Educativas “Santa Fe para Santa Fe” organizadas como adhesión al “Año internacional de la Educación”, realizadas en la Legislatura santafesina. Desde el 26 de junio de 1966, presidente de facto el Gral. Juan Carlos Onganía. Desde el 18 de junio presidente de facto el Gral. Roberto Marcelo Levingston (nueve meses). Presenté ponencias en distintas comisiones, participé en debates y las propuestas presentadas fueron integradas en las conclusiones finales. Comisión “Tecnología en Medios Audiovisuales” a cargo de la Prof. Ellena; “Planeamiento y Desarrollo de la Educación” Prof. Antonio Salonia; “Medios Audiovisuales – El cine como aporte a la Educación”, profesor Juan Oliva y “Educación Permanente – Institutos Superiores de Formación Docente” Prof. Benicio Villarreal, entre otros. Concretamos una exposición y proyecté diapositivas al desarrollar el tema “Los medios audiovisuales y el diseño”, en el Curso compartido con otras docentes de la ENET Nº 5 de Santa Fe, En aquel tiempo de interrupción de gobiernos elegidos por los ciudadanos empadronados, también desarrollaron un curso de Curso de Taquigrafía y aprendí el sistema “Estenografía Argentina” elaborado por Gabriel Hilario Larralde; clases a cargo del señor Carrizo, jefe del cuerpo de Taquígrafos, también egresado de la Escuela Nº 1 “Domingo Faustino Sarmiento” en noviembre de 1945…
El perseverante Gabriel Hilario Larralde (1853-1941), fue taquígrafo de la Cámara de Diputados de la Nación desde 1875 hasta 1904, desde entonces Director del Cuerpo de Taquígrafos hasta 1913. Autodidacto, durante la presidencia del doctor José Figueroa Alcorta, recibió del Instituto Nacional del Profesorado Secundario el título de Profesor de Enseñanza Secundaria en la Especialidad Estenografía, firmado por el Dr. Rómulo Naón, ministro de Justicia e Instrucción Pública de la Nación (17-04-1909). Ejerció la docencia hasta 1932; falleció el 10 de julio de 1941. En el Congreso Nacional, en la Sala del Cuerpo de Taquígrafos se destaca un retrato realizado por el artista Francisco Puig. Oportuno es destacar que en esta capital santafesina, en el ciclo de Peritos Mercantiles habíamos aprendido el sistema de Guillermo Cabello, basado precisamente en el lenguaje castellano.
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El profesor Antonio Salonia siendo integrante del Movimiento de Integración y Desarrollo y por acuerdo electoral con el Partido Justicialista, integró desde el 8 de julio de 1989 el gabinete del presidente Dr. Carlos Saúl Menem.
Aún está vinculado a la “Nueva Escuela Argentina 2000” que fundó en 1969, es miembro de la Academia Nacional de Educación.
Durante una entrevista refiriéndose a la decisión de transferencia de todas las escuelas nacionales a las jurisdicciones provinciales, expresó:
“La ley de transferencia fue parte de un proceso necesario de federalización educativa. Pero creo que desde las distintas gestiones provinciales y nacionales hubo defecciones y falta de coordinación”.
“…hubo problemas concretos con la gestión que no posibilitó la integración del proceso de cambio que implicaba la transferencia”.
En 1992, el profesor Antonio Salonia presentó su renuncia como ministro de Educación…
Durante un diálogo con periodistas en septiembre de 2008 -Mes de la Educación-, comentó que en el Congreso Nacional habían aprobado “leyes con buenos objetivos” y aludió al “alto nivel técnico de los ministros Filmus y Tedesco”; sociólogo Daniel Filmus (n. 1955), ministro de Educación, Ciencia y Tecnología al comenzar la presidencia del patagónico Néstor Carlos Kirchner (25-05-2003/2007), siendo Secretario de Educación el pedagogo Juan Carlos Tedesco (n. 1944), con funciones de Ministro de Educación desde el 10-12-2007 comienzo de la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner hasta su renuncia el 20 de julio de 2009, sucesor el político bonaerense Alberto Sileoni hasta la actualidad, segunda presidencia con mandato hasta diciembre de 2015.
Ejemplo de “SANTA FE para SANTA FE”…
Final de la década del ’70. Tiempo de crisis cultural y espiritualista, más que político-económica. Tiempo de gobiernos de facto con proscripción del movimiento nacional justicialista desde la primavera de 1955, a fines de mayo de aquel año conmovidos por la revelación del comienzo de un atroz período de secuestros, cárceles del pueblo, autodenominados ejércitos revolucionarios o fuerzas armadas revolucionarias…
Vivía en aquel tiempo en esta amada Santa Fe de la Vera Cruz ¡Ciudad de los Distraídos!… el neuquino Mauricio Eduardo –Vasco- Arabarco Bustingorry -descendiente de ganaderos y empresarios inmobiliarios en aquella provincia cercana a la Cordillera de los Andes -; cursaba estudios en la Facultad de Derecho y Ciencias Jurídicas de la Universidad Nacional del Litoral donde obtuvo los títulos de Procurador y Escribano Público Nacional.
El 1º de mayo de 1958 asumieron las autoridades electas, en la Intendencia de Santa Fe comenzó la primera gestión de Ramón Lofeudo -luego nombrado Hacha Brava por las talas para la remodelación de la avenida Freyre hacia el oeste de la ciudad-, interrupción al asumir autoridades de facto y en los siguientes comicios fue reelecto y asumió el Intendente Ramón Lofeudo, entre los concejales electos el periodista Reynaldo F. Avilés -autor de la nota que incluye estas alusiones- y el neuquino Mauricio Arabarco, escribano integrante del Concejo Deliberante (1963-1965).
A fines de la década siguiente, ese reconocido profesional, cuentista e historiador, consciente de importancia de las propuestas solidarias del grupo integrante de “Santa Fe para Santa Fe” cuando retornó a la ciudad de Neuquén, Miguel Eduardo Arabarco habló con amigos y vecinos, sobre la base de los estatutos de la asociación santafesina redactaron el pertinente y convocaron a una primera Asamblea Ordinaria que se concretó el 5 de agosto de 1977 -día de Nuestra Señora de las Nieves-, al mes siguiente les otorgaron la personería jurídica. Como sucedió con tantas actividades durante aquella etapa de la guerra civil no declarada, fue necesario prácticamente refundarla en 1989, integraba el escribano Mauricio Arabarco la pertinente Comisión, colaboraron Raquel Ambrosio y Abel Picorrel en la adaptación del estatuto de “Santa Fe para Santa Fe” y fueron apoyados por el Intendente Herminio Balda con la cesión de un solar que solidariamente debieron acondicionar. El 30 de septiembre de 2008, en su tierra natal falleció el Escribano Mauricio Arabarco, integrante de la Fundación “Patagonia”, perduran sus obras.
Fuente: Diario La Mañana, 2008. http://w1.lmneuquen.com.ar/08-06-03/n_pioneros49.asp
Es oportuno rememorar quiénes fueron los Directores de la Biblioteca Nacional desde la presidencia de facto del Gral. José Félix Benito Uriburu
1931 Oct. 30 / 30-03-1955: Gustavo Martínez Zuviría (Hugo Wast”
1955 Oct. 21 / 08-10-1973: Jorge Isidoro Francisco Luis Borges.
1973 Oct. 18 / 04-03-1976: Vicente Dionisio Sierra.
1978 Ene. 31 / 19-06-1979: José Edmundo Clemente.
1979 Jun. 19 / 20-02-1984: Horacio Hernán Hernández.
Tras el torbellino histórico iniciado el 16 de septiembre de 1955, el presidente de facto Gral. Pedro Eugenio Aramburu y el vicepresidente Contralmirante Francisco Isaac Rojas intentaron aniquilar al movimiento nacional justicialista ordenando la destrucción de bienes que tuvieran grabados o impresos determinados nombres.
Desde 1961 el gobierno nacional había iniciado el proceso de construcción del nuevo edificio en la calle Alvear entre Agüero y Austria; aquel año tras el concurso de proyectos otorgaron el Primer premio a los Arquitectos Clorindo Testa, Francisco Bullrich y Alicia D. Cazzaniga; firmado el contrato en 1966 y colocada la piedra fundamental en 1971.
Historia Insoslayable en torno al legendario Palacio Unzué, residencia presidencial…
Desde 1938, el presidente Dr. Roberto Marcelino Ortiz vivía en la residencia oficial de Suipacha 1034 y los fines de semana se acercaba con su familia a la residencia de la Recoleta. Sabía que desde 1884 estaba vigente y aún sin cumplir en su totalidad la Ley Nº 1420 que obligaba al Estado nacional a instituir Jardines de Infantes porque sólo habían fundado en el país “algunos de muy poca importancia”, mediante el Decreto Nº 20.016/21-12-1938 dispuso que allí inaugurarían el “Jardín de Infancia Mitre” y que funcionara también un curso de Profesorado. Cuatro años después continuaban las obras de adaptación para tales fines, murió el presidente Jaime Gerardo Roberto Marcelino María Ortiz el 15 de julio de 1942 y desde 27 de junio lo reemplazaba el vicepresidente doctor Ramón Antonio Castillo (generalmente escrito Ramón S. por la deformación en su firma de la inicial de su segundo nombre), quien cambió el destino de esa propiedad ordenando la readaptación para que sirviera como residencia de descanso presidencial; él vivía en Suipacha 1034 y algunos fines de semana disfrutó con su familia de la hermosa casa de dos plantas situada en la calle Alvear, con extenso parque arbolado. Cesó el presidente Ramón Castillo tras el movimiento del 4 de junio de 1943, breve gobierno de facto del Gral. Arturo Rawson, luego hasta principios de junio de 1946 detentaron el poder los Generales Pedro Pablo Ramírez y Edelmiro Julián Farell, quienes también vivieron en la residencia oficial de Suipacha 1034 y solían acercarse los fines de semana a la histórica “Quinta Unzué”…
Fueron el presidente Gral. Juan Domingo Perón y su esposa María Eva Duarte los únicos que vivieron allí en forma permanente, espacio donde Eva Perón vivió hasta su tránsito a la inmortalidad el sábado 26 de julio de 1952 a las 20:25. Tras la autodenominada “revolución libertadora” iniciada el 16 de septiembre de 1955 -luego transformada en destructiva, persecutoria y fusiladora-, el presidente de facto Gral. Pedro Eugenio Aramburu habilitó la residencia de la calle Alvear para exhibir el vestuario y joyas que pertenecieron a María Eva Duarte de Perón; luego habilitaron el “Parque de la Libertad” para recreación de los niños que lógicamente debían estar acompañados por sus padres y después ordenaron la total demolición en absurdo intento de borrar todas las huellas de las innovadoras presidencias de Perón durante la década 1946-1955 -aunque quedaron algunas edificaciones-; mediante el decreto Nº 4161/05-03-1956 el presidente Pedro E. Aramburu y el contralmirante Isaac Francisco Rojas decidieron prohibir hasta el uso de determinadas palabras, quemaron libros, aparatos y objetos que tenían grabada información de aquel tiempo; en junio de 1956 hubo fusilamientos de civiles y generales que defendían la democracia, el cadáver embalsamado fue retirado clandestinamente del edificio de la Confederación General del Trabajo y el cuerpo yacente de Eva Duarte de Perón fue sepultado con otra identidad en un cementerio de Milán, donde quedó hasta la entrega a su ex esposo Juan Perón en la residencia “17 de Octubre” del barrio Puerta de Hierro de Madrid, donde vivió hasta junio de 1973, tiempo de la campaña electoral como candidato a su tercera presidencia que comenzó el 12 de octubre tras obtener aproximadamente el 64% de los votos.
Al asumir el presidente Dr. Ricardo Raúl Alfonsín el 10 de diciembre de 1983, desde el invierno de 1979, Horacio Hernán Hernández era el director de la Biblioteca Nacional, cesó el 20 de febrero de 1984 y el presidente Alfonsín nombró a los sucesores:
1979 Jun. 19 / 20-02-1984: Horacio Hernán Hernández.
1984 Feb. / 08-11-1984: Gregorio Weinberg.
1985 Abr. 23 / 12-07-1989: Enrique Dardo Cúneo.
Transmisión del mando presidencial el 8 de julio de 1989, asumió el presidente Dr. Carlos Saúl Menem (Partido Justicialista, La Rioja) y nombró Director de la Biblioteca Nacional al poeta José María Castiñeira de Dios, cuando aún funcionaba en la sede establecida en 1901 en la calle México 564 cuando era Director Paul Groussac.
El 19 de julio de 1989 asumió el poeta José María Castiñeira de Dios.
Después de tres décadas de conversaciones en torno a las obras de construcción de la Biblioteca Nacional, fue durante la primera presidencia del doctor Carlos Saúl Menem, precisamente el 10 de abril de 1992, cuando terminaron la moderna sede en la Avenida del Libertador y Agüero, en el sitio donde a mediados del siglo habían derrumbado el casi legendario “Palacio Unzué” -ex Quinta Unzué, calle Alvear entre Agüero y Austria-, caserón construido en 1887 en aquella zona suburbana que con el avance edilicio se transformó en el populoso barrio de La Recoleta; reacondicionado en 1903 y residente allí la familia Unzué hasta 1937, tiempo de la presidencia del Gral. Agustín Pedro Justo y de sanción de la Ley Nº 12.352/1937 de expropiación a los fines de servir como residencia presidencial…
El 19 de julio de 1989 había asumido la dirección de la Biblioteca Nacional el poeta y político José María Castiñeira de Dios, una semana después del cese de Enrique Dardo Cúneo. En febrero de 1991 ante la demora en la terminación de la nueva sede decidió presentar su renuncia, días después fue designado Secretario de Estado de Cultura de la Nación sucediendo al licenciado Jorge Bárbaro.
Al año siguiente, siendo Secretario de Cultura de la Nación participó en el acto de inauguración de la BIBLIOTECA NACIONAL cuando habló el presidente de la Nación Dr. Carlos Saúl Menem, también funcionarios nacionales y diplomáticos.
Inauguración de la Biblioteca Nacional en el nuevo edificio de Avenida del Libertador y Agüero, bendición de las instalaciones celebrada por el Cardenal Antonio Quarraccino. Presidente de la Nación Doctor Carlos Saúl Menem acompañado por integrantes del gabinete, funcionarios y diplomáticos, entre ellos:
Ministro de Cultura y Educación de la Nación Prof. Antonio F. Sajonia.
Secretario de Cultura de la Nación: José María Castiñeira de Dios.
Director de la Biblioteca Nacional: Enrique Pavón Pereyra.
Embajador de España en la Argentina: Rafael Pastor Ridruejo.
Director de la UNESCO Don Federico Mayor Zaragoza.
Ministros del Poder Ejecutivo Nacional: de Defensa Erman González; de Interior, José Luis González; de Trabajo: Rodolfo Díaz.
Nuncio Apostólico Ubaldo Calabresi.
Presidente de la Cámara de Senadores Dr. Eduardo Menem.
Presidente de la Cámara de Diputados D. Alberto Pierre.
Presidente de la Suprema Corte de Justicia Dr. Ricardo Levene.
Premio Nóbel de Medicina 1984 Profesor Doctor. César Milstein.
El poeta y político José María Castiñeira de Dios, ex director de la Biblioteca Nacional tras su renuncia en 1991, siendo Secretario de Cultura de la Nación expresó su emoción por tales logros y con la sencillez que lo distingue expresó:
“Misión cumplida, Señor Presidente”…
El presidente argentino Carlos Saúl Menem, destacó que tras décadas de postergaciones, la inauguración era…
“…un testimonio de fe en la cultura, y justo es decirlo:
la demostración de lo que puede lograr
una comunidad organizada solidariamente.
El catalán Federico Mayor Zaragoza (n. 27-01-1934 en Barcelona), siendo Director General de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), en el acto de inauguración de la Biblioteca Nacional el 10 de abril de 1992, expresó:
“Excelentísimo Señor Presidente de la República Argentina,
Doctor Carlos Saúl MENEM, Excelentísimos Señores Ministros,
Señoras y señores:
La mayoría de las naciones del mundo se reconocen hoy en la libre circulación de ideas y personas, en la recuperación de su memoria histórica y en la toma de conciencia de la importancia de una cultura democrática enraizada en la vida cotidiana de sus pueblos.
Un país como la Argentina no podía estar ausente de este gran desafío del fin del milenio: hacer del planeta en que tantos problemas comunes nos unen, el hogar solidario de una cultura universal donde se funden las especificidades de hombres por naturaleza diversos.
Al inaugurarse hoy la Biblioteca Nacional, esta voluntad de intercambio y de cooperación, de asumir el mundo moderno, cristaliza lo que fuera durante tantos años un proyecto, el sueño postergado de incorporar a la cultura viva del país los testimonios de su propia historia. / Y es que una auténtica biblioteca no es sólo un depósito donde se guardan libros y se almacenan periódicos y revistas. Debe ser, sobre todo, el espacio donde el acceso al conocimiento y a la información está garantizado, debe ser un foro de encuentro con el pasado para entender mejor el presente y proyectar el futuro. / El que fue varios años Director de esta Biblioteca Nacional, vuestro (¡nuestro!) Jorge Luis BORGES, ya ciego -como Groussac y Mármol, sus antecesores, ‘Maestría de Dios… que con magnífica ironía me dio a la vez los libros y la noche’- escribía que ‘las bibliotecas son la memoria de la humanidad’, y aunque esta memoria pueda ser a veces ‘infame’, como recordaba él mismo, es indudable que sólo gracias a las bibliotecas se puede ‘erigir un porvenir que se parezca, siquiera un poco, a nuestra esperanza’. Sí, los archivos y las bibliotecas son la memoria del mundo. Y tener memoria es esencial para diseñar un porvenir mejor, para el recuerdo y también para el olvido. Olvidar sólo es preludio de paz cuando se olvida porque se quiere. En las bibliotecas tiene lugar hoy una revolución pacífica pero profunda.
Las primeras ráfagas del cambio llegaron con la irrupción de los ordenadores y de los medios audiovisuales de comunicación en la escena mundial. / Al principio se temió que con ellos la ‘era de Gutemberg’ hubiera llegado a su fin. / Sin embargo, ese poder tecnológico inicialmente tan temido, no tardó en revelarse como el mejor auxiliar del libro. Lejos de haber acabado con la letra impresa, la informática la ha hecho más accesible al público, ha facilitado la utilización por parte de investigadores y lectores de los fondos de libros, revistas y periódicos acumulados a través de los años, cuando no de los siglos, en estantes y sótanos de las grandes bibliotecas del mundo. / Los medios audiovisuales han contribuido también a esta generalización de los conocimientos. La grabación de las tradiciones orales salva la memoria de hombres y pueblos para la posteridad.
Las microfichas permiten que originales celosamente guardados se multipliquen y puedan ser leídos o consultados en cualquier rincón del mundo. Discos, ‘cassetes’ y audiovisuales forman hoy parte natural de las salas de lectura de bibliotecas que han abierto de par en par las puertas del saber. / Se puede hablar entonces de una verdadera democratización del acceso al conocimiento, del que la biblioteca es uno de los pilares fundamentales. Los hombres, como las palabras, no existen si no se les pronuncia. Los libros no existen cuando no se leen. / Frente a la actitud pasiva y receptiva que se observa en relación a los medios de comunicación, la lectura nos convierte en coautores, porque participamos, interpretamos, reflexionamos, compartimos, discrepamos, proyectamos, vivimos, revivimos al leer.
Participo, luego existo. Existo como lector, existo como ciudadano.
Forjar hábitos de lectura y facilitarla significa forjar y facilitar la democracia.
La democracia es frágil cuando se erige sobre la ignorancia, la pobreza, las asimetrías económicas y las distocias sociales. Es fuerte en cambio e inquebrantable cuando se basa en el saber y en la equidad. No en la docilidad, sino en la rebeldía mesurada y consciente que sólo la cultura proporciona. Y para el cultivo de esta cultura el libro es piedra angular.
Libro y biblioteca significa diversidad, y la diversidad -más aún, la unicidad biológica y sociocultural- es la característica distintiva de la especie humana.
La democracia participativa se inscribe por fortuna entre los grandes anhelos de hoy.
Para que este empeño se consolide en todos los países, hay que evitar el peligro de la uniformización cultural, dejarse llevar por el arrullo del poder próximo o distante que usurpa y substituye la personalidad y derechos de los ciudadanos.
La uniformidad es silenciosa y estéril. La diversidad es locuaz y fértil. Nada más diverso y democrático que una biblioteca en donde coexisten San Juan de la Cruz y Engels sin desarmonía. Esta diversidad que la Biblioteca Nacional Argentina posee en altísimo grado porque refleja la interculturalidad del pueblo argentino, su mayor riqueza.
Al señor Presidente de la República, felicidades. Felicidades al pueblo argentino porque al inaugurar la Biblioteca Nacional es otra larga espera que se colma, es otro motivo de esperanza en esta nueva página que se empezó a escribir hace unos años, después de una noche larga y fría. Y es, sobre todo, un motivo más de confianza en sí mismo, que es lo único que necesita para enderezar los rumbos de su destino este gran país que es Argentina.
Acceso al conocimiento: es ésta la gran aventura en que está embarcado el mundo de hoy y que la UNESCO promueve: la elaboración de métodos cada vez más eficaces y perfeccionados tanto para conocer mejor las propias existencias como para ofrecer al usuario las máximas facilidades. Una acción que busca normalizar los servicios bibliográficos de índices, catálogos y otras formas de clasificación; un método que trata de determinar el propio contenido de los libros, gracias a lo cual pueden relacionarse entre sí y hacer viva y dinámica la memoria que preservan en sus páginas.
Como reflejo de la vida cultural de los países en que se levantan, las bibliotecas no pueden olvidar su dimensión humana. Permítame, señor Presidente, unas palabras en las que, en nombre de la Organización mundial de la cultura, rinda homenaje a los bibliotecarios -sobre todo, en este caso, a las bibliotecarias- de Argentina y del mundo entero, porque ellos no son sólo los guardianes, los cancerberos de este gran tesoro que es cada biblioteca, sea cual sea su tamaño y emplazamiento, sino que también nos guían en el recorrido por los infinitos caminos de la palabra escrita.
Una biblioteca nacional no es sólo una institución fundamental de un país. Es -y debe ser- el centro a partir del cual se dinamizan los servicios de bibliotecas escolares y universitarias, de bibliotecas populares de barrios, de préstamos a domicilio para enfermos e inválidos, de bibliotecas itinerantes en el medio rural. Gracias a las nuevas tecnologías de comunicación, las bibliotecas nacionales pueden ser el centro de verdaderas redes nacionales e internacionales de intercambio de datos y de cooperación. El personal de las bibliotecas debe por tanto disponer de un estatuto profesional digno y, sobre todo, capaz de garantizarle una puesta al día en las modernas técnicas de la biblioteconomía y bibliotecología.
Señor Presidente, señoras y señores:
Una Biblioteca Nacional es, sobre todas las cosas, el espejo que mejor refleja la cultura de un país. Una lección y una experiencia cotidiana. Y entre otros privilegios la Argentina tiene el de poseer un rico pasado literario que nutre lo mejor de su creación contemporánea.
La UNESCO, que se enorgullece de haber contribuido -a través de la cooperación técnica de expertos internacionales- a que la Biblioteca Nacional sea hoy una realidad, procura asimismo la salvaguardia y proyección internacional de las mejores expresiones de la literatura argentina. La colección Archivos de la Literatura Latinoamericana del Siglo XX -con Ernesto Sábato a la cabeza, iniciativa en la que coopera la Organización- ha publicado ediciones críticas de Ricardo Güiraldes, Ezequiel Martínez Estrada y Julio Cortázar, y prepara en la actualidad las de Roberto Arlt y Leopoldo Marechal. El autor de ‘Adán Buenosayres’ que captó con ironía y sutileza pero, sobre todo, con un profundo sentido poético la esencia de la idiosincrasia argentina, está siendo traducido al francés en el marco de la Colección UNESCO de obras representativas, como una forma del reconocimiento póstumo que merece.
Este año, en esta misma colección -que ha editado ya a Domingo Faustino Sarmiento- se publicarán los cuentos completos de Cortázar.
Señor Presidente:
Usted dijo en la Primera Cumbre Iberoamericana de Guadalajara, en julio del año pasado, que había que ‘aprender a mirarse en el espejo del mundo sin perder nuestra propia identidad, nuestro propio rostro, nuestra propia e irremplazable personalidad’.
Nada mejor que el espejo de una Biblioteca para aprender a mirar el mundo.
Nada mejor que esta Biblioteca para no perder la identidad y la irremplazable personalidad argentina.”
He destacado en diversas circunstancias, que José María Castiñeira de Dios sigue siendo lumbre en la Biblioteca Nacional, porque fue el sembrador de la fecunda semilla cuyo desarrollo y frutos en esta segunda década del siglo veintiuno aún son productos del empeño de la Asociación Protectores de la Biblioteca… creada cuando el poeta y político asumió la Dirección en 1989.
¡Está su prédica literaria e histórica disponible en sus libros, en los anaqueles!…
Sucesores de José María Castiñeira de Dios en la Dirección de la Biblioteca Nacional hasta comienzos del siglo XXI:
1991 Mar. 21 / Junio 1994: Enrique Pavón Pereyra.
1994 Julio / 31.12.1996: Héctor Yánover.
1997 Enero / Enero 2000: Oscar Sbarra Mitre.
2000 Enero / Dic. 2001: Francisco Delich.
Al comenzar el otoño de 1991, el político y escritor Enrique Pavón Pereyra había asumido la dirección de la Biblioteca Nacional. Tras los pertinentes trámites, acordaron un crédito de millones de pesos a ese organismo -y como aún suele suceder-, hubo disidencias acerca de la administración e inversiones. En 1994, una vez más Castiñeira de Dios optó por un oportuno alejamiento y renunció.
Secretario de Estado a cargo de la Oficina de Ética Pública de la Presidencia de la Nación (1997), Asesor Presidencial con rango de Secretario de Estado (1998, ad-honrem). Durante tres años por reelección anual sucesiva en la Organización de Estados Americanos con sede en Washington, fue presidente de la Comisión Nacional para la Educación, la Ciencia y la Cultura y presidente de la “Comisión Nacional Argentina ante la UNESCO”.
A mediados de la última década del siglo veinte, José María Castiñeira de Dios junto a escritores de reconocida trayectoria en la Sociedad Argentina de Escritores, entre ellos Bernardo Ezequiel Kloremblit, participaron como candidatos para la renovación de autoridades, concretó importantes innovaciones y obras hasta que se generaron divergencias que lo impulsaron a su renuncia, reemplazándolo el destacado escritor Kloremblit. El poeta distinguido por su cultura del trabajo, en 1996 se reintegró al trabajo profesional en una imprenta y ya septuagenario rememoraba sus primeras experiencias cuando era “un escritor novel”. Dedicaba parte de su tiempo libre a colaborar en un plan de la provincia de Buenos y pronunciaba conferencias a los fines de prevenir las tendencias a la drogadicción.
Ocaso del invierno de 1997. Diversos medios aludían a actos de corrupción…
Estaba en marcha un proyecto a los fines de controlar eficazmente a todas las jerarquías de la administración pública aunque ya funcionaban la Auditoría General de la Nación, la Defensoría del Pueblo, la Fiscalía Nacional de Investigaciones Administrativas y Sindicatura General de la Nación. En el Congreso Nacional también habían constituido una Comisión Bicameral para un oportuno control evitando las desviaciones o abusos de poder que son causas de procesos judiciales.
José María Castiñeira de Dios en aquel tiempo soportó una descompensación…
Tiempo de campaña electoral para la renovación de legisladores en todas las jurisdicciones, entre ellos Octavio Frigerio y Alicia Pierini (entonces subsecretaria de derechos humanos desde 1991), candidatos a la legislatura de la ciudad de Buenos Aires y el deportista-empresario Daniel Scioli, candidato a diputado nacional…
[Daniel Scioli fue electo y cumplió ese mandato hasta principios de enero de 2002 cuando asumió simultáneamente como Secretario de Turismo interino y Secretario de Deportes designado por el presidente provisorio Dr. Eduardo Alberto Duhalde, desde entonces reconocido su liderazgo, vicepresidente de la Nación durante el período del doctor Néstor Kirchner (mayo 2003-Diciembre 2007), luego gobernador de Buenos Aires, reelecto…]
Un toque de Clarín en junio de 1997 orientaba la atención hacia Nora Liliana Gorrochoategui de Sosa Mendoza perteneciente a la asociación civil “Conciencia” como posible integrante de la Oficina de Ética Pública que como había explicado el ministro del Interior Dr. Carlos Corach aún no tenía asignado un espacio siendo lo más conveniente su funcionamiento en la Casa Rosada.
El lunes 8 de septiembre de 1997, el escritor y poeta José María Castiñeira de Dios asumió la conducción de la Oficina de Ética Pública dependiente de la Presidencia de la Nación ejercida por el doctor Carlos Saúl Menem (riojano) ambos con reconocida trayectoria en el movimiento nacional justicialista desde la década del ’50.
El presidente doctor Carlos Saúl Menem en su improvisado discurso, refiriéndose a las declaraciones juradas sobre el patrimonio de los funcionarios, desde su punto de vista manifestó que “el presidente no es un funcionario más” e insistió en que “nadie tiene coronita”. Explicó que el principal objetivo era “prevenir y controlar eficazmente la administración pública, sin rangos”.
Destacó la personalidad de José María Castiñeira de Dios y la responsabilidad demostrada durante su desempeño como Secretario de Cultura de la Nación que “cumpliera en forma excepcional”.
El presidente Carlos Menem dijo que la señora Nora Liliana Gorrochoategui de Sosa Mendoza tenía “una larga trayectoria en el campo de la docencia, en el campo de las ciencias y en el mundo de la educación y de la cultura, varios títulos e infinidad de conferencias en muchas partes del mundo, lo que le dan la suficiente autoridad como para llevar a cargo estas funciones tan importantes”.
En aquel tiempo ya había reacciones de algunos políticos cuando los medios de comunicación persistían en determinadas críticas y el presidente Menem destacó que “la libertad de prensa y de opinar, debe tener sus límites”, en un exceso verbal sugirió “para emparejar las cosas, la libertad del palo” y después pidió disculpas…
Sabido es que tras el juramento del doctor José María Castiñeira de Dios como titular de la Oficina de Ética Pública, el 8 de septiembre de 1997 el secretario general de la presidencia de la nación Dr. Alberto Antonio Kohan distribuyó entre los periodistas fragmentos de “El Libro del Hombre de Bien”, conjunto de opúsculos morales, políticos y económicos escritos por el estadounidense Benjamín Franklin quien ante las “injurias” proponía la solución de “los golpes”.
Ignoro el contenido de aquellas páginas entregadas a periodistas al comenzar la segunda semana de septiembre de 1997.
Un cuarto de siglo después, aún necesitamos meditar sobre tales actitudes…
En este momento, tras otra lectura de tal obra disponible en la red de redes, considero oportuno reiterar lo pertinente.
Sabido es que Benjamín Franklin colaboró en la redacción de la Declaración de los Estados Unidos siendo Thomas Jefferson el principal redactor, quien insistía: “…entre un gobierno sin prensa libre y una prensa libre sin gobierno, me inclinaría por esta última alternativa”.
Con tales convicciones, Jefferson siendo el tercer presidente estadounidense, impulsó la primera enmienda sancionada: “el Congreso no dictará ley que adopte una religión establecida o que prohíba la libre práctica religiosa, o limite la libertad de palabra o de la prensa.”
Escrito por Benjamín Franklin e incluido en El Libro del Hombre de Bien:
“EL PALO Ó LAS GARANTÍAS POLÍTICAS”
A llevaba un palo en la mano y encuentra á su vecino B, que no tiene ninguno; el primero se aprovecha de su ventaja para dar al segundo una buena paliza.
Pero B va en busca de igual defensa; vuelve y se pone en disposición de retornarle los palos que ha recibido. A le dice: “Antiguo amigo mío, ¿Por qué nos hemos de disputar? somos vecinos, vivamos como Hermanos y pacíficamente al lado el uno del otro según acostumbramos hacerlo.”
“Si B se da por satisfecho, si cree en la perfidia de estas razones, si tira á un lado su palo, sus vecinos, y A el primero, se burlarán de él con sobrado fundamento.”
Seguí leyendo lo escrito por Benjamín Franklin en el siglo XVIII, y reitero su análisis en torno a un proyecto…
“SOBRE LOS DELITOS DE IMPRENTA”
Este escrito, en el cual Franklin, á fuer de amigo sincero de la libertad de imprenta, truena contra la bajeza de los calumniadores que de ella abusan y contra los peligros de su impunidad, fué inserto en la Gaceta federal del 12 de setiembre de 1789.
“DESCRIPCIÓN DEL TRIBUNAL SUPREMO DE JUSTICIA DE PENSILVANIA, ES DECIR DEL TRIBUNAL DE LA PRENSA”
“Facultades de este tribunal. / Puede admitir y publicar acusaciones de toda especie contra toda, clase de personas, sea cual fuese el carácter de que se bailen revestidas, y basta contra todos los tribunales inferiores. Puede juzgar, condenar é infamar no sólo á los particulares sino también á cuerpos públicos, preceda ó no informe, á discreción del tribunal. / En favor y en provecho de quién se halla establecido este tribunal. / En favor de un ciudadano por cada quinientos, cuando, merced á la educación y al hábito de borronear, se ha adquirido un estilo pasable, bastante conforme á la gramática y á la sintaxis para suportar la impresión; ó bien cuando se posee una prensa y alguna letra. Esta fracción de 1/500 de ciudadanos tiene el privilegio de acusar ó injuriar á los 499 restantes, según le plazca, ó puede vender su pluma y sus prensas á otros para igual objeto.
Procedimientos de este tribunal. / No se gobierna por ninguna de las reglas de los tribunales ordinarios de justicia. El acusado no tiene un gran jurado para decidir si ha ó no lugar la acusación antes de hacerse ésta pública. No se le dice el nombre de su acusador. No se le concede el careo con los testigos que han depuesto contra él, sino que sus nombres quedan en la sombra como en el tribunal de la Inquisición. Tampoco hay pequeño jurado compuesto de iguales suyos que bajo la fe del juramento juzguen de la verdad de los suyos. La sumaria es á veces tan rápida como que un honrado ciudadano puede súbitamente y sin esperárselo, hallarse acusado, y, en una misma mañana, ser juzgado, condenado, y verse agobiado bajo el peso de una sentencia que le declara bribón ó malvado. Sin embargo, si un miembro de este tribuna] es censurado en lo más mínimo por su mala conducta en el desempeño de sus funciones, reclama inmediatamente los derechos que le concede la constitución como á ciudadano libre, pide conocer á su acusador, carearse con los testigos, y ser lealmente juzgado por un jurado compuesto de iguales suyos.
Fundamentos de su autoridad.
Dicen que la autoridad de este tribunal se funda en un artículo de la constitución que establece la libertad de imprenta; libertad por la cual todo pensilvano está dispuesto á combatir y morir, bien que muy pocos de nosotros, á lo que creo, tengan ideas muy claras y distintas de su naturaleza. Esa libertad se me antoja un tanto parecida á la libertad de prensa que en Inglaterra tienen por ley común los criminales, antes de ser declarada su culpabilidad, y que consiste en ser prensados para morir, ó ser ahorcados. Si por libertad de imprenta se entiende sólo la libertad de discutir sobre la conveniencia de las medidas que interesan al público, y debatir las opiniones políticas, disfrutemos de ella tan ampliamente como gustéis; mas si por libertad de imprenta entendéis la libertad de ultrajarse, de calumniarse y de difamarse unos á otros, declaro que estoy pronto á ceder la parte de libertad que me toca siempre que nuestros legisladores gusten variar la ley, y consentir de buena gana en trocar la libertad de injuriar á los otros por el privilegio de que no me injurien á mí. / Por quién está instituido y comisionado este tribunal. No recibe su misión del consejo supremo ejecutivo, el cual pudiera examinar previamente los talentos, la integridad, los conocimientos, etc., de las personas que se destinan al importante cargo de fallar sobre el mérito y la reputación de los ciudadanos, pues ese tribunal es superior al consejo supremo, y aun puede acusar, juzgar y condenar á éste, si así le place. No es hereditario como el tribunal de última instancia de los lores de Inglaterra; pero cualquiera que sepa procurarse pluma, tinta y papel, con una prensa, algunos caracteres, y un par de balas ó un rodillo que ennegrezca, puede comisionarse á sí mismo, y su tribunal queda inmediatamente establecido en plena posesión y ejercicio de sus derechos. Si, visto el talante y comportamiento del juez, os permitió la más humilde reconvención, en sus balas os embadurna la cara donde quiera os encuentre; hace más todavía, porque os destroza la reputación, y os denuncia al odio público como á un enemigo de la libertad de imprenta.
De los apoyos naturales de este tribunal.
Encuentra su apoyo en la depravación de aquellas almas que ni conocen el instinto de religión, ni han sido perfeccionadas por una educación esmerada.
Tienen ciertos hombres, dice Dryden, un prurito invencible de proclamar en alta voz las faltas de su vecino. Llevados en alas, dice el mismo autor, los escándalos vuelan inmortales, al paso que las acciones virtuosas están destinadas á morir luego que han nacido. Todo el que tiene un sentimiento cuando oye hablar bien de su vecino, se complace en oir que hablen mal. Los hombres que, desesperanzados de encumbrarse distinguiéndose por sus virtudes, se creen felices mientras vean que hay otros rebajados á su nivel, se hallan en número bastante en todas las ciudades populosas para sostener á uno de esos tribunales con sus suscripciones. Un observador ingenioso decía que recorriendo las calles por la mañana un día de helada, en que el empedrado está resbaladizo, se pueden conocer las casas donde viven gentes de bien por la ceniza que han mandado esparcir sobre el hielo delante de su puerta; este observador probablemente habría formado una conjetura diametralmente opuesta del carácter de las personas suscritas á ciertos periódicos.
De lo que se debe hacer para reprimir los abusos de poder de estos tribunales.
Hasta el presente no se conoce remedio alguno. Pero después que tanto se ha hablado y escrito sobre la constitución federal, y después que tan clara y sesudamente ha sido explicada la necesidad de fiscalización en todos los ramos de un buen gobierno, me hallo asaz instruido para sospechar que los abusos de la prensa también pueden ser fiscalizados y remediados; bien que no me ha costado poco imaginar un remedio que no fuese depresivo del derecho sagrado de la libertad de imprenta. Con todo, al fin pienso haber descubierto uno que, en vez de disminuir la masa general de libertad, la aumentará; y consiste en devolver al pueblo una especie de libertad de que le privaron nuestras leyes: hablo de la LIBERTAD DEL PALO. En el estado de infancia de la sociedad, anterior á la existencia de las leyes, si un hombre insultaba á otro, por cualquier estilo que fuere, el ofendido podía contestarle con un puñetazo asentado sobre las sienes, y en caso de reincidencia con una buena paliza; y esto sin faltar á ninguna ley. Pero en la actualidad no es lícito dar tales contestaciones, pues se castigan como violaciones de la paz, mientras que al parecer sigue en pleno vigor el derecho de injuriar. Las leyes, según trazas, son impotentes para refrenar el ominoso derecho de injuria por lo que toca á la libertad de imprenta. Mi proposición pues se reduce á dejar intacta la libertad de imprenta, para que use de ella quien quiera en toda su extensión, fuerza y vigor, pero permitir al mismo tiempo que camine pari passu con ella la libertad del palo. Entonces, conciudadanos míos, si un imprudente escritor ataca vuestra reputación, que quizá os es más cara que la vida, y pone su firma, podéis encaminaros directamente á él y partirle la cabeza. Si se agazapa detrás de su impresor, pero no obstante llegáis á descubrirle, podéis, á su ejemplo, tenderle de noche una emboscada, acometerle por detrás, y darle una paliza en regla. Si paga á escritores más hábiles que él para calumniaros mejor, ajustaréis también á unos cuantos robustos mozos de cordel que tendrán mejor puño que vosotros y os ayudarán á castigarle más en forma. Hasta aquí alcanza mi proyecto por lo que toca al resentimiento privado y á la retribución que merece. Pero si alguna vez llegase á ser insultado el Público, como así debe suceder, atendido el modo de obrar de esos escritores, no soy de dictamen que se apele desde luego á tal extremo; y creo que, por moderación podríamos contentarnos con sumergirles en una caldera de brea ó alquitrán, hacerles revolcar después por entre plumas, y por último darles una manta.
Ahora si se cree que mi proyecto puede turbar la paz pública, ruego humildemente á nuestros legisladores se sirvan tomar en consideración las dos libertades (la de imprenta y la del palo), á fin de determinar por medio de una ley formal su extensión y sus límites respectivos, dignándose también atender á la seguridad de la reputación de un ciudadano, ya que han provisto á la seguridad de su persona.”
El presidente de la Nación doctor Carlos Saúl Menem designó al poeta, escritor y político José María Castiñeira de Dios en la conducción de la Oficina de Ética Pública, asumió el lunes 8 de septiembre de 1997.
Dependiente directamente de la presidencia de la Nación, comenzó a funcionar en la Casa Rosada. Insistían los periodistas preguntando sobre la declaración de bienes del presidente Menem, respondieron el secretario de la presidencia Alberto Kohan y el ministro del Interior, que todos las habían presentado al asumir en julio de 1989; algunos opositores insistían en la necesidad de difundir el contenido.
Desde marzo de 1997 eran frecuentes las alusiones a la pista de aterrizaje que estaban construyendo empresas privadas con apoyo de la Fuerza Aérea en Anillaco, pueblo riojano donde el 2 de julio de 1930, había nacido Carlos Saúl Menem.
Siete meses después, distintos medios de comunicación anunciaron que Castiñeira de Dios había abandonado la Oficina de Ética Pública por razones de salud y sabido era que en los últimos meses soportó descompensaciones como consecuencia de excesivas tensiones. El martes 21 de abril de 1998 destacaron que hasta entonces estaba dedicado a la redacción de un Código de Ética para todos los funcionarios públicos.
Aún estaba en tratamiento en el Congreso Nacional el proyecto de Ley Nacional de Ética aprobado en la Cámara de Diputados por amplia mayoría y pendiente el debate en la Cámara de Senadores. El juez federal Adolfo Bagnasco investigaba denuncias relacionadas con la construcción de la pista de aterrizaje en Anillaco y reclamaba la declaración de bienes del presidente de la Nación. Castiñeira de Dios durante una conversación con el presidente Menem semanas después de la colocación de un marcapasos, había considerado oportuno expresarle la posibilidad de su alejamiento.
El jueves 23 de abril de 1998, los periodistas dialogaron con Castiñeira de Dios y al día siguiente, desde el diario La Nación, difundieron algunas respuestas:
“No he renunciado ni tengo planeado alejarme del gobierno del presidente Carlos Menem, a quien admiro profundamente”…
“En los últimos 30 días he sufrido episodios muy bravos, creo que me llegó el momento de desacelerar, pero nunca presenté la renuncia a mi cargo ni lo haré por ahora”.
“Le conté al Presidente que, por consejo médico, no podía exponerme públicamente, ni viajar al exterior, ni tener una responsabilidad similar a la que tengo, pero nunca le presenté mi renuncia ni él me la pidió…
Consciente de su estado de salud dijo que las alteraciones físicas “no sorprenden ya que tengo 78 años y ello no quiere decir que vaya a alejarme de este gobierno”.
El 26 de abril de 1999 mediante la Resolución Nº 15/1999 fue aprobado el cronograma indicando las fechas de entrega de las Declaraciones Juradas Patrimoniales en cada jurisdicción, en concordancia con los Decretos Nº 152/14-02-1999, Nº 41/27-01-1999 y dos resoluciones del Organismo Nacional de Ética Pública (ONEP), Resolución Nº 08/16-03-1999 y Nº 13/23-04-1999. En consecuencia, cada organismo debía enviar a través de los Oficiales de Ética Pública por ellos designados, en forma directa a la ONEP y a la Escribanía General de la Nación todos los sobes con las Declaraciones Juradas firmadas.
El 26 de octubre de 1999, el presidente doctor Carlos Saúl Menem promulgó la Ley Nº 25.118/29-09-1999, que establece “deberes, prohibiciones e incompatibilidades aplicables, sin excepción, a todas las personas que se desempeñen en la función pública en todos sus niveles y jerarquías. Objeto y Sujetos. Deberes y pautas de comportamiento ético. Régimen de declaraciones juradas. Antecedentes. Incompatibilidades y conflicto de intereses. Régimen de obsequios a funcionarios públicos. Prevención sumaria. Comisión Nacional de Ética Pública. Reformas al Código Penal. Publicidad y divulgación”. Publicada oportunamente en el Boletín Oficial, firmada la sanción a fines de septiembre de 1999 por los presidentes de ambas Cámaras del Congreso Nacional, Senador Carlos Ruckauf vicepresidente y presidente nato del Senado, secretario Juan Estrada; Diputado Alberto R. Pierre presidente de la Cámara y secretaria Esther H. Pereyra Arandía de Pérez Pardo. La promulgación mediante el Decreto Nº 1227 del 26 de octubre de 1999, firmado por el presidente Carlos Saúl Menem y los ministros Jorge Alberto Rodríguez, jefe de Gabinete y Raúl E. Granillo Ocampo, ministro de Justicia (n. Anillaco, 1940).
Excesivamente lenta la creación de la “Comisión Nacional de Ética Pública”…
En este año del Bicentenario de la Asamblea de 1813, aún no fue creada.
Funciona la “Oficina Anticorrupción” que revisa las declaraciones juradas, observa si han cumplido con los requisitos legales y en los casos de enriquecimiento realiza un seguimiento…
En la trayectoria del poeta y político José María Castiñeira de Dios se destacan sucesivas señales. Monseñor Doctor Octavio Nicolás Derisi (1907 Pergamino-22-10-2002, ciudad de Buenos Aires), en la Academia Argentina de Letras había destacado:
“Por la amplitud de su inspiración y por la auténtica poesía de todas sus obras es muy difícil hacer una semblanza de Castiñeira de Dios, sin duda uno de los más grandes poetas de nuestro país y de América”.
Considero oportuno reiterar lo expresado en 1999 por el jesuita Monseñor Jorge Mario Bergoglio siendo Arzobispo de Buenos Aires:
“…Es necesario una educación en la que permanezca lo fundamental y permanezca el fundamento.
Existe lo verdadero, lo bello, lo bueno. Existe lo Absoluto.
Se puede, más aún, se debe conocerlo y percibirlo.
Es necesaria una educación que favorezca el tramado de la sociedad civil (o sea civilizada o sea ciudadana).
Que la educación sea un lugar de encuentro y de los empeños comunes donde aprendamos a ser sociedad, donde la sociedad aprenda a ser sociedad solidaria. Tenemos que aprender nuevas formas de construir la ciudad de los hombres”…
Casi dos años después, monseñor Bergoglio el 21 de febrero 2001 fue nombrado Cardenal por el Papa Juan Pablo II y continuó su misión arzobispal. Consciente de la trayectoria de José María Castiñeira de Dios, al año siguiente le entregó el Premio “Juntos Educar” -2002-, coherente con la necesidad de “alentar y promover modelos de nuestra sociedad para acercarlos a los niños y los jóvenes de nuestra cultura”.
La Sociedad Argentina de Escritores le otorgó la “Faja de Honor 1983” por su producción literaria y dos décadas recibió el Gran Premio de Honor 2003” como reconocimiento a “su obra literaria, su permanente apoyo a los escritores argentinos, su desempeño como presidente de la Sociedad Argentina de Escritores y su ejemplaridad ética”. Diversos medios de comunicación aludieron a ese acto realizado en el Salón Azul del Congreso de la Nación donde se destaca el cuadro de Los Constituyentes de 1853, obra del pintor Antonio Alice para ser colocado en el recinto de la Cámara de Diputados y que por falta de recursos provinciales fue adquirido con fondos nacionales.
En aquellas circunstancias, Antonio Mulet siendo vicepresidente de la SADE destacó que Castiñeira de Dios es “la voz más alta de la poesía católica argentina”; luego el poeta y político evocó su infancia en Ushuaia hasta que trasladada su familia, explicó: “…Debí elaborar mi identidad en el campo de la provincia de Buenos Aires y en la Capital”, recordó su iniciación literaria siendo estudiante secundario, “a los 15 años, guiado por Leopoldo Marechal”. Luego el fervoroso José María Castiñeira de Dios, al agradecer las distinciones dijo:
“Sé que están por la amistad, por afecto, por amor a un hombre que sabe que lo único que hizo fue tratar de servir, de ser útil, de luchar por las cosas en que creyó y que cree: mi Dios, la Virgen María, mi Patria, integrada por todos los trabajadores, mi causa, la causa justicialista, la memoria de Perón y de Eva Perón.”
Quienes hemos logrado cierta cercanía espiritual, sabemos que no ha sido “tratar de servir”… lo único que hizo José María Castiñeira de Dios, quien desde la niñez se forjó en el “arte de vivir y convivir” –en el arte de AMAR– con la ternura de su madre que a la noche le leía poemas… y las experiencias solidarias en diversos ámbitos, hasta que tenía veintidós años y conoció Elena González Corbacho -siete años mayor-, con quien celebraron el nacimiento de dos hijos, la mujer a quien ya nonagenario admiraba porque habían logrado “una unión absoluta y total”…
Aquel año 2003, precisamente el 25 de mayo asumió la presidencia de Nación el patagónico doctor Néstor Carlos Kirchner recordando que treinta años antes había comenzado la presidencia del doctor Héctor José Cámpora, renunciante el 13 de julio…
…Convocatoria a nuevas elecciones concretadas el 23 de septiembre con aproximadamente el 63% de los votos al ex presidente Tte. Gral. Juan Domingo Perón, electa vicepresidente María Estela Martínez de Perón e iniciado ese período el 12 de octubre de 1973…
En las entrelíneas -con la elocuencia del silencio-, los vaivenes y retrocesos generados desde mayo de 2003, una década de sucesivas ediciones de ensayos, relatos novelados y casi cuentos en torno de lo político-cotidiano. Coincido en la conclusión referida a su conducción política que sitúa al patagónico Néstor Kirchner como el personaje que “descuajeringó a la sociedad argentina” (hasta su fallecimiento el 27 de octubre de 2010)…
En otros planos seguía destacándose el perseverante José María Castiñeira de Dios. Había publicado la Antología Poesía al comenzar el siglo veintiuno, dos años después Poesías Navideñas (CD 2003), con música de su hijo, el talentoso José Luis.
Recibió el premio el Premio “Martín Fierro” – 2003, como reconocimiento a “su trayectoria literaria y su aporte a la cultura bonaerense”.
La Fundación Argentina para la Poesía le otorgó el Gran Premio de Honor 2003, “por su valiosa e importante trayectoria y por el aporte que ello ha significado en el desarrollo de nuestra cultura”.
Durante la XV Exposición del Libro Católico en la ciudad de Buenos Aires, el 6 de septiembre de 2004 el poeta y político Castiñeira de Dios recibió la estatuilla “Padre Leonardo Castellani” como reconocimiento a “quien tanto ha hecho y hace por la cultura católica en nuestro país”.
Releo la interesante nota difundida desde AICA (Agencia Informativa Católica) y coincido en que esta lectura silenciosa “no permite apreciar la entonación, la emoción y la armonía de las palabras de un poeta que logra la emotividad en quienes oyen sus palabras. Aunque tal vez haya quienes se emocionarán igualmente, con el texto que a continuación se transcribe:
“Hace 84 años en Ushuaia, una ciudad perdida en el mapa, y además en la conciencia de la Argentina, a Rosa de Dios, que no es un nombre de fantasía, sino que era de nombre ‘Rosa’ y ‘de Dios’ apellido, le iba a nacer un poeta católico: Yo.
Hace 400 años, el 25 de agosto, a esta Argentina, recién bautizada Argentina por Del Barco Centenera, le iba a nacer un poeta católico: Luis José de Tejeda y Guzmán. Fue tal vez este encuentro con Tejeda y Guzmán en la investigación que hizo Ricardo Rojas. Fue mi madre, por su puesto.
Y fue tal vez el hecho misterioso en esos caminos inextricables e inexplicables con que Dios traza el destino de cada uno, que yo me encontrara en quinto grado de la Escuela Primaria con Leopoldo Marechal de maestro.
De tal modo que sólo escapándole a la perentoriedad de los hechos, al diseño de una vida que escapaba a mí mismo, hubiera podido dejar de ser poeta y católico. Eso mismo hace que me presente ante ustedes en este punto de mi vida como el sobreviviente de un naufragio.
Porque curiosamente, de quien iba a recibir la primera crítica en mi vida cuando yo tenía mi primera publicación, mis primeros poemas a los 19 años, iba a ser del Padre Leonardo Castellani, que después dándome algún coscorrón bien merecido por hacer un mal uso de esta maravilla que Dios ha puesto en cada uno de nosotros, que es el Verbo, la Palabra; después de darme un coscorrón definido me colocó en ‘El Nuevo Gobierno de Sancho’ como el objeto de su broma a la poesía, en un capítulo que se llama, justamente, ‘El Profesor de Poesía’. Pero además, porque la sociedad ha sido generosa conmigo. Tuve el honor, desde muy chico, de unirme a valores fundamentales de la militancia católica en la Argentina. Por esa razón, Castellani me daba un coscorrón creyendo que se lo estaba dando a un amigo y compañero de ruta de Ignacio Anzoátegui, de Marechal, de Bernárdez, porque le hablaban de que un tal Castiñeira estaba con ellos… lo que pasa es que me llevaban ellos 25 años de edad. Era yo un poco el discípulo, el admirador de todos ellos.’
‘…Y cuando recién se lo nombraba a Gálvez, recordaba que cuando Gálvez en 1940 -yo tenía 20 años- resuelve lanzarse contra la Sociedad Argentina de Escritores (de la cual yo, pasados los años, iba a ser Presidente por elección de sus miembros)… Manuel Gálvez elige como secretario de la nueva entidad de escritores, “Asociación de Escritores Argentinos”, a este muchacho: Castiñeira de Dios, que ya andaba, por supuesto, desde los 18 años con sus poemas bajo el brazo acercándose a Batistessa, a Marechal, a Bernárdez, a todos aquellos que entendía que coincidían con una visión especial de la realidad, y que le podían de algún modo ayudar en el ejercicio de las armas del espíritu para la batalla que tendría que dar a lo largo de su vida.
Quiero señalar con esto, cuando dije ‘soy un sobreviviente’, que nací a la vida literaria en los años 1930 y tantos. A los 18 años escribía, publicaba en el suplemento literario de La Nación. Nací a la vida literaria en un momento en que explotaba la cultura cristiana y católica en la República Argentina, en el momento en que conversábamos mano a mano con [Jacques] Maritain, en el momento en que conocíamos a [Gilbert Keith] Chesterton, y a León Bloy, y a [Charles] Péguy, y a [Paul Louis] Claudel, como si fuera el pan de todos los días. En el momento en que aparecían figuras extraordinarias en la Argentina como Don Carlos Ibarguren, como Tomás Casares, donde reinaban ya Leopoldo Lugones, Hugo Wast, Manuel Gálvez. Y a todos ellos tuve cercanía y aparcería, porque yo creí, como creo hoy, que no es verdad que no hay maestros. Lo que falta es la humildad de los alumnos para buscar los maestros, para acercarse al maestro, para ir como iba yo a los 15 años de edad corriendo detrás de un tranvía para no perderme ese momento que iba a poder estar con Leopoldo Marechal o con Batistessa, y tenía nada más que 15 años para acercarles mis poemas y para mirarles el rostro para ver cómo le caía lo que yo estaba escribiendo.
De tal modo que yo pertenezco a una generación militante, aunque me llevó 20 años, 25 años de diferencia cronológica. Pertenezco a una generación militante católica, donde sacábamos revistas como ‘Sol y Luna’, donde teníamos un diario como el ‘Diario El Pueblo’, donde teníamos medios políticos, como ‘Cabildo’ y ‘Tribuna’, donde yo era compañero de Castellani, junto con Juan Oscar Ponferrada.
Es decir, un momento especial. Y después, vino el diluvio.
De tal modo que si de algo sirve esta confesión pública, si algo sirve este gesto de humildad real, de gratitud que yo tengo hacia quienes me acercaron su sabiduría y su bondad, si de algo sirve es para instar a todos a renovar la militancia religiosa, la militancia católica, a renovarla en el plano de la cultura, que es donde se va a dar la nueva batalla; a renovarla en el plano de las lecturas, inclusive, y de la labor editorial, y de hacer circular el libro de agua pura, como lo hace mi amigo Outeda Blanco, porque ha llegado un momento importante para la Patria.
Y no sólo necesitamos, como decía Lugones, ojos mejores para ver la Patria, sino el alma limpia, y como en estado de expectación, frente a esto que ya asoma. Aquí está conmigo mi biznieta, mi continuación a través del tiempo.
Y está quien ha sido objeto de todos mis poemas de amor a lo largo de 58 años de vida. [su amada-amante, Elena González Corbacho, padres de dos hijos…]
Y están ellos, porque saben que yo predico esa militancia, y la predico no sólo con la palabra, sino con el gesto y con la acción, y que es fundamental, si en verdad somos cristianos, si en verdad amamos a la Virgen.
Que asumamos nuestra religiosidad como una militancia.
Porque como dice el “Libro de los Libros, ‘vivir es militar’, y sólo desde el compromiso, sin hesitaciones y sin miedos, podemos de algún modo merecer la benevolencia de Dios, que tantas gracias derrama sobre nosotros. Nada más.”
El poeta y político José María Castiñeira de Dios, en la Cámara de Diputados de la Nación (2004), fue distinguido entre los “Mayores Notables… por su vida, por su obra, por su ética, que ha honrado a su patria con su accionar.”
La Comisión Arquidiocesana para la Cultura lo designó “Maestro de las Letras Argentinas en reconocimiento de su obra poética”.
José María Castiñeira de Dios recibió el Premio José Manuel Estrada otorgado por el Cardenal Antonio Quarracino en nombre de la Iglesia en la Argentina, correspondiente a “quienes han hecho una obra maestra de su vida y su obra” y en esas circunstancias, El Cardenal lo reconoció como “la voz más alta de la actual poesía católica argentina”. En la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires fue distinguido como “Personalidad destacada de la Cultura de la ciudad de Buenos Aires.
Sabido es que en Pilar -provincia de Buenos Aires-, el 28 de abril de 2007 se realizó la “93ª Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Argentina” y en el documento pertinente redactado precisamente durante un año de comicios generales, es insoslayable la exhortación pastoral sobre el compromiso ciudadano:
“A los hijos de la Iglesia, y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad.
…II. Las próximas elecciones
4. Este año, marcado de manera particular por las elecciones, es una ocasión propicia para que hagamos un examen serio de nuestro comportamiento social, y analicemos cómo es el cumplimiento de nuestros deberes y la exigencia de nuestros derechos, sea como simples ciudadanos, sea como autoridades llamadas a ejercer la función para la que son elegidas.
5. El acto eleccionario requiere el conocimiento de las propuestas y el pleno ejercicio de la libertad del ciudadano. Esto compromete al que se postula, quien debe definir claramente su programa de acción política, y al que debe votar, a informarse debidamente de la probidad de los candidatos y de la dimensión ética de sus propuestas.
6. La trascendencia del acto eleccionario exige una gran transparencia, que lo aleje de prácticas demagógicas y presiones indebidas, como el clientelismo y la dádiva, que desvirtúan su profundo significado y degradan la cultura cívica. Por otra parte, es obligación del ciudadano controlar la gestión del gobernante.
III. Algunos desafíos a tener presentes
7. Son muchos los desafíos que debemos enfrentar. Señalamos algunos que nos parecen más significativos y nos comprometen como ciudadanos:
– a) la vida: es un don de Dios y el primero de los derechos humanos que debemos respetar. Corresponde que la preservemos desde el momento de la concepción y cuidemos su existencia y dignidad hasta su fin natural;
– b) la familia: fundada en el matrimonio entre varón y mujer, es la célula básica de la sociedad y la primera responsable de la educación de los hijos. Debemos fortalecer sus derechos y promover la educación de los jóvenes en el verdadero sentido del amor y en el compromiso social;
– c) el bien común: es el bien de todos los hombres y de todo el hombre. Debemos ponerlo por sobre los bienes particulares y sectoriales. Su primacía sustenta y fortalece los tres poderes del Estado, cuya autonomía, real y auténtica, se hace imprescindible para el ejercicio de la democracia. Dicho bien común se afianza cuando la autoridad sanciona leyes justas y vela por su acatamiento. También el ciudadano está obligado en conciencia a cumplirlas, salvo que se opongan a la ley natural;
– d) la inclusión: debemos priorizar medidas que garanticen y aceleren la inclusión de todos los ciudadanos. La pobreza y la inequidad, no obstante el crecimiento económico y los esfuerzos realizados, siguen siendo problemas fundamentales. Toda gestión social, política y económica debe estar orientada al logro de una mayor equidad, que permita a todos la participación en los bienes espirituales, culturales y materiales;
– e) el federalismo: tenemos que promover el verdadero federalismo, que supone el fortalecimiento institucional de las Provincias, con su necesaria y justa autonomía respecto del poder central. Los poderes del Estado se ennoblecen cuando consolidan la estructura federal y republicana del País;
– f) políticas de Estado: la experiencia nos ha enseñado que una sociedad no crece necesariamente cuando lo hace su economía, sino sobre todo cuando madura en su capacidad de diálogo y en su habilidad para gestar consensos que se traduzcan en políticas de Estado, que orienten hacia un proyecto común de Nación. Este sigue siendo un fuerte desafío para nuestra democracia.
8. Nuestro país sufre todavía fragmentación y enfrentamientos, que se manifiestan tanto en la impunidad, como en desencuentros y resentimientos. Nos queda pendiente la deuda de la reconciliación. En este sentido, el Papa nos recuerda que “las condiciones para establecer una paz verdadera son la restauración de la justicia, la reconciliación y el perdón”.
Nuestro más vivo deseo es que el período de conmemoración del bicentenario, que celebraremos entre el 2010 y el 2016, nos encuentre fortalecidos en un espíritu común, donde la reconciliación de los argentinos genere finalmente un ambiente de verdadera paz y amistad social.” (…)
Tras el plenario de la Asamblea Episcopal realizado el lunes 6 de noviembre de 2007 en la Casa de ejercicios el Cenáculo (La Montonera, de Pilar), los Obispos de redactaron el documento titulado “Ceferino, Hijo de Dios y hermano de todos”.
El viernes 9 de noviembre de 2007 diversos medios aludieron a los actos oficiales de canonización de Ceferino Namuncurá que se concretarían el domingo 11 en Chimpay, provincia de Río Negro, con la presencia del cardenal Tarcisio Bertone, Secretario de Estado del Vaticano designado por el Papa Benedicto XVI a principios de abril de ese año. Aquella antevíspera de la canonización, en diarios y periódicos reiteraron párrafos de lo expresado por los Obispos en el Plenario de la Asamblea Episcopal:
“…Ceferino es una clara invitación a descubrirnos hijos de Dios, necesitados de Dios, desterrando así toda autosuficiencia”.
“La vida sencilla de Ceferino está marcada por un cotidiano vivir con un gran amor a la familia y a la tierra, con una entrega generosa y alegre a todos, con un espíritu de reconciliación y comunión, en un amor preferencial por los más sufridos”.
“Los pobres, marginados y excluidos encuentran en él un mensaje de dignidad y la invitación a no renunciar a ser protagonistas de la historia. Los poderosos descubren en él un fuerte llamado a no aferrarse a sus bienes y a su poder, sino a recorrer el camino del compartir, del abrirse a los demás, del hacer de nuestro mundo la mesa de todos”.
“Todos recibimos de él un mensaje de reconciliación. Estos son algunos de los mensajes que descubrimos en Ceferino: alguien cercano, que nos hace vivir la alegría de ser hijos de Dios. Alguien cercano que nos hace hermano de todos. La beatificación confirma esta cercanía y renueva su testimonio de vida”
Leve caricia sobre la tapa del libro elaborado por el talentoso poeta José María Castiñeira de Dios, poético relato en torno a la vida y obra de “El santito Ceferino Namuncurá” (Editorial Sudamericana, 1968).
Trepo imaginariamente por el mangrullo que se destaca sobre la ocre superficie.
Se expande en distintas latitudes el nombre de Ceferino Namuncurá expresado con respeto como ejemplo de de siervo de Dios, cristiano orante y auxilio de los pobres.
Percibo ecos de voces cercanas a “La Patriótica” de Leopoldo Marechal…
“La Patria debe ser una provincia
de la tierra y del cielo”.
El poeta Castiñeira de Dios cuarenta años después de aquella primera entrega, durante el proceso de canonización de Ceferino Namuncurá consideró oportuna la reedición que ese indiecito nacido en Chimpay, en el Valle del río Negro, el 26 de agosto de 1886… nombrado “El Santito de las Tolderías” (1947) por el escritor Manuel Gálvez que así tituló su biografía.
Coherente con sus convicciones, en la primera edición del relato biográfico elaborado por José María Castiñeira de Dios, alusivo a El Santito Ceferino Namuncurá y editado en 1968, el perseverante poeta y político explicó la “razón del relato”, luego incluyó como primera cita algunos versos escritos por Leopoldo Lugones en “Romances del Río Seco”, la Villa donde había nacido el 13 de junio de 1874.
“Acaso alguno desdeñe
por lo criollos mis relatos.
Esto no es para extranjeros,
cajetillas ni pazguatos.
A las cosas de mi tierra
tal como son las divulgo.
No saboreará el pastel
quien se quede en el repulgo”.
Cuatro décadas después, en la nueva edición se destaca el prólogo escrito por un admirable jesuita, el Cardenal Jorge Mario Bergoglio.
Releo y reitero algunos párrafos:
“Tengo delante de mí la primera edición de El Santito Ceferino Namuncurá de José María Castiñeira de Dios”.
“Un libro que nos ofrece la epopeya del santo y el cantar del poeta; la heroicidad del discípulo que sigue de cerca a Jesucristo y la cadencia en verso de un escritor argentino, en ese género literario, el más popular y antiguo medio de transmitir identidad a un pueblo. Santo y poeta: ambos entrañan belleza, la belleza del alma seducida por Dios y la belleza del cantor que la contempla y la hace rima. Ambos con lo telúrico de la patria, por ello su lectura tiene sabor a tierra, a nuestra tierra… y olor a Cielo. Y, ambos, el santo y el hombre de letras en diálogo, dejando que se manifieste la Belleza suma (tanto en la santidad como en el verso), la Poesía eterna (creadora de corazones que sienten y aman, de ojos que contemplan, de líricos que cantan) y la Santidad contundente que se hace vida, alabanza y canto.
Así se encuentran, en este libro, el Santo y el poeta”.
El poeta José María Castiñeira de Dios, durante la primera década del siglo veintiuno continuó su fecunda siembra en sucesivas ediciones:
2007: Poesía de un Militante 1945-2008.
2009: Obra 1938-2008. (Edición de la Universidad de Lanús.)
2009: Por su luminosa trayectoria en el universo de las ideas democráticas y de la promoción de la justicia, convencido de que por ese camino es posible avanzar estimulando la confraternidad esencial para armonía y la PAZ… el poeta y político Castiñeira de Dios recibió la distinción de Personalidad Destacada de la Cultura de la Ciudad de Buenos Aires.
2010: Año del Bicentenario de Mayo de 1810, comienzo de un largo camino hacia la libertad y la independencia en las casi legendarias Provincias Unidas del Río de la Plata –desunidas por las luchas políticas-, la nombrada “Confederación Argentina” cuya primera Constitución fue sancionada en esta amada ciudad de Santa Fe de la Vera Cruz, el 1º de Mayo de 1853, promulgada por el Gral. Justo José de Urquiza el 25 de Mayo, loada por Fray Mamerto Esquiú en sus sermones y jurada el 9 de julio de 1853…
El viernes, 21 de mayo de 2010, en el “Periodismo Social Fueguino” destacaron:
“José María Castiñeira de Dios: la vida de una eminencia fueguina”
El reconocido poeta argentino, José María Castiñeira de Dios, nació el 30 de marzo de 1920 en Ushuaia, integra la Academia Argentina de Letras, es miembro correspondiente de la Real Academia Española y de la Academia Nacional de Periodismo y la Sanmartiniana.
Castiñeira de Dios fue apodado en su ciudad natal como “El Gallego” y vivió en ese lugar junto a sus padres y abuelos hasta 1927, en tiempos donde según él relató al diario Clarín, había “cincuenta o sesenta casas de chapa y madera”, sentían un frío de locos, y de día veía pasar el tren con los presos que iban a buscar leña al bosque”.
Cuando cumplió los siete se trasladó con su familia a Tres Picos, un pueblo de la Provincia de Buenos Aires donde curso hasta tercer grado. A los doce, tras la quiebra del almacén familiar, llegó a Buenos Aires y tuvo el encuentro que le cambió la vida. En la escuela donde lo iban a inscribir, no le reconocieron sus estudios. Salió llorando del colegio y ahí se lo encontró un maestro que escuchó su historia e intercedió para que lo admitieran.
“Me acercaba a vos como a un árbol, para recibir al menos tu sombra”…
En el Congreso Nacional, en la Cámara de Senadores durante la sesión del 25 de agosto de 2010 destacaron las cualidades del poeta José María Castiñeira de Dios y aprobaron un proyecto de declaración como “reconocimiento a su trayectoria”.
Durante la primavera del Año del Bicentenario de Mayo de 1810, congregados por el lema “El buen libro, al servicio de una Patria de hermanos”, se reunieron escritores y lectores de distintas latitudes y José María Castiñeira de Dios por su libro Poesía Religiosa recibió el Primer Premio en Poesía, “Faja de Honor Leonardo Castellani”.
Excelente lector y perseverante “estudioso” hasta la actualidad…
Académico Honorario de la Academia Argentina de Letras, Académico Correspondiente Hispanoamericano de la Real Academia Española en la República Argentina, Académico Emérito de la Academia Nacional de Periodismo, Académico Emérito de la Academia Nacional Sanmartiniana.
Miembro de Honor del Instituto Nacional Belgraniano y del Instituto Nacional Newberiano. Es Profesor Honorario de la Universidad del Salvador.
Por José María Castiñeira de Dios.
¿Qué es ser fueguino? La pregunta implica una definición de identidad y más aún cuando esa identidad está en pleno proceso de formación. Recuerdo ahora el título de una obra de Marechal, Las tres caras de Venus. Sí, tres caras de mi tierra natal, Tierra del Fuego, donde nací hace 86 años, con padres y abuelos afincados en Ushuaia desde 1913, mi patria chica, la que me hizo poeta.
Tres tiempos históricos de la soledad y el desamparo: el primero desde su poblamiento por los nativos y los pioneros hasta la creación de la Gobernación Marítima del entonces territorio nacional; el segundo hasta la eliminación del presidio (-esa negra visión que aún me aterra según Ricardo Rojas); y el tercero desde su provincialización con la Constitución de la Provincia de Tierra del fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, en la década del 90, hasta hoy.
Me dirán que el develamiento y el reconocimiento urbi et orbi de sus bellezas naturales, la afluencia turística, el descubrimiento de su riqueza petrolera y gasífera, su parque industrial, el crecimiento poblacional, contradicen la afirmación anterior de tres tiempos históricos de la soledad y el desamparo.
Y responderé con un dato estadístico del Censo nacional de 1991: sólo el 28,9 por ciento de los pobladores son nacidos y criados en su tierra natal, es decir, Tierra del Fuego tiene la menor capacidad de retención de sus pobladores de todas las provincias del país. Ser fueguino es, entonces, y en primer término, padecer el desamparo. En segundo término ser fueguino es sentir el orgullo del pionero, del que hace patria desde la patria chica.
Por eso lo valioso del aporte humano e intelectual de ese 70 por ciento de venidos del norte y de los países vecinos, injertados en una identidad anterior y a la que proveen de la renovada cultura conformada por sus escritores, pintores, músicos, artistas, profesionales, docentes, aunque manifiesten sus vocaciones en soledad, marginados por el establishment cultural capitalino.
Por eso dije que ser fueguino (y todos los pobladores de la Isla Grande lo son por ser pobladores, mas allá de las distancias de pago chico) es serlo en soledad y desamparo.
Y, además, ser fueguino es el orgullo que aflora en todo fueguino cuando se le pregunta ¿qué es ser fueguino?
Como me ocurre en este momento. Chesterton nos comprendería: –Los romanos no amaron a Roma porque Roma era grande; Roma fue grande porque la amaron los romanos.
Semana evocativa de los sucesos de mayo de 1810 hasta la constitución de la primera Junta de Gobierno presidida por el Coronel Cornelio Saavedra, jefe del Regimiento Nº 1 de Patricios.
Entrevista del periodista Juan Manuel Bordón con el perseverante poeta José María Castiñeira de Dios, diálogo publicado en la revista “Ñ” del diario Clarín de la ciudad de Buenos Aires. Una vez más, señales de su humildad:
“La vida que yo he tenido merece un poeta mejor que yo, un poeta mayor”.
“El Gallego, como lo llamaban de chico, nació en Ushuaia en 1920.
‘“Ushuaia tenía cincuenta o sesenta casas de chapa y madera, con un frío de locos, y de día veía pasar el tren con los presos que iban a buscar leña al bosque”…
Acertada síntesis del periodista Bordón:
“Funcionario de Perón, discípulo de Marechal y perseguido político, dice que su biografía se parece a ‘una novela’.
Para él, la imagen de la dicha es un pesebre. Sus hijos al centro, al lado su ‘mujercita’, una constelación de animales y los reyes magos (en su imaginario, Perón y Evita) que vienen a traer la dádiva alumbrados por la buena estrella. José María Castiñeira de Dios, quien en sus siete décadas como escritor ha publicado una veintena de libros con ‘poemas que son la expresión de lo que iba viviendo’, ostenta tres credenciales que difícilmente se puedan digerir al mismo tiempo: es muy poeta, muy peronista y muy católico.
-Pero chupasirios, ¡no!… -protesta.
Retorno una vez más a las señales del estadounidense Benjamín Franklin en El Libro del Hombre de Bien…
Franklin vivió convencido de que…
“El camino hacía la riqueza depende fundamentalmente de dos palabras: trabajo y ahorro.”
Son coordenadas coincidentes con las pertinentes a la trayectoria del poeta y político José María Castiñeira de Dios.
Transcribo literalmente lo escrito por Benjamín Franklin en torno a sus observaciones y sugerencias expresadas en El Libro del Hombre de Bien:
En 1726 -veinte años de edad-, sintió la necesidad de escribir:
“Por amor á la claridad, tomé el partido de emplear más nombres con menos ideas, más bien que expresar más ideas con menos nombres, reuniendo bajo trece denominaciones de virtudes todo lo que entonces se me ocurrió como necesario ú apetecible; y á cada una de ellas añadí un corto precepto para expresar la extensión que yo daba á su significación.
He aquí los nombres de las virtudes con sus preceptos.
1.° TEMPLANZA. No comáis hasta entorpeceros, ni bebáis hasta perder el sentido.
2.° SILENCIO. No habléis sino de lo que puede ser útil á los otros ó á vosotros mismos. Evitad las conversaciones ociosas. / 3.° ORDEN. Que en vuestra casa cada cosa tenga su lugar, cada negocio su tiempo. / 4.° RESOLUCIÓN. Resolveos a hacer lo que debéis, y no dejéis de hacer lo que hubiereis resuelto. / 5.° ECONOMÍA. Los gastos que hagáis sean únicamente para el bien ajeno ó para el vuestro: es decir, no disipéis nada. / 6.º TRABAJO. No perdáis el tiempo. Ocupaos siempre en alguna cosa útil. Absteneos de toda acción que no sea necesaria. / 7.° SINCERIDAD. No uséis de inicuos artificios; pensad con sencillez y justicia, y hablad como pensáis. / 8.° JUSTICIA. No hagáis mal á nadie, ya sea perjudicándole, ó ya omitiendo el hacerle el bien á que os obliga vuestro deber. / 9.° MODERACIÓN. Evitad la cólera. Guardaos de resentiros de las injurias tan vivamente como os parecen merecerlo. / 10.° LIMPIEZA. Sed limpios en vuestros cuerpos, en vuestros vestidos y en vuestra habitación. / 11.° TRANQUILIDAD. No os incomodéis por pequeñeces, ni por ocurrencias ordinarias ó inevitables. / 12.° CASTIDAD. Usad con comedimiento de los placeres del amor, y solamente para conservar la salud ó tener hijos, sin llegar jamás al extremo de caer en la estupidez ó en la debilidad, ni comprometer vuestra conciencia, paz y reputación ó las de vuestro prójimo. / 13.° HUMILDAD. Imitad á Jesús y á Sócrates. / Siendo mi intento adquirir el hábito de todas estas virtudes, juzgué sería bueno no ocupar mi atención en todas á la vez, sino fijarla durante algún tiempo sobre una sola, de la cual me haría dueño antes de pasar á otra, y obrar así por partes hasta haberlas recorrido todas trece. Como la previa adquisición de varias de ellas podía facilitar la de algunas otras, las dispuse con este objeto por el orden que dejo trascrito. Desde luego coloqué la templanza la primera de todas, porque se dirige á mantener la cabeza serena y las ideas despejadas, cosa tan necesaria cuando es menester vigilar, estar siempre alerta para combatir el atractivo de las antiguas costumbres y la fuerza de las tentaciones que se suceden sin interrupción. Una vez habida y consolidada esta virtud, el silencio no es ya tan difícil, y como mi deseo era adquirir conocimientos al paso que adelantase en la práctica de la virtud, considerando que en la conversación uno se instruye más con el auxilio del oído que con el de la lengua, deseaba desprenderme de la costumbre que había contraído de charlar, de decir agudezas y burlas, lo que hacía mi conversación agradable tan sólo á las gentes superficiales; así que puse en segundo lugar el silencio. El orden, que viene en seguida, esperé me dejaría más tiempo para continuar mi plan y mi estudio. / La resolución, hecha habitual en mí, me daría la perseverancia necesaria para adquirir las demás virtudes. La economía y el trabajo descargándome de las deudas que aun me aquejaban, y proporcionándome comodidad é independencia, me harían más fácil la práctica de la sinceridad, de la justicia, etc. Persuadido entonces de que, según el consejo de Pitágoras en sus Versos dorados, tendría necesidad de hacer un examen diario, discurrí el siguiente método para ponerlo en ejecución. / Hice un librito de trece páginas, encabezando cada una de ellas con el nombre de una virtud: reglé en seguida cada pájina con tinta encarnada, de modo que pudiese formar siete columnas, una para cada día de la semana, poniendo sobre cada una de ellas las primeras letras del nombre de uno de sus dias. Tiré después trece rayas transversales, al principio de las cuales escribí las primeras letras del nombre de una de las trece virtudes. Sobre esta línea, y en la columna del día, hacía una pequeñita señal con tinta para notar las faltas que, en virtud de mi examen, reconocía haber cometido contra tal ó cual virtud”…
EN TORNO A LOS PARTIDOS POLÍTICOS, Benjamín Franklin en el siglo XVIII escribió:
Ya que he hablado de un gran proyecto que tenía concebido, me parece conveniente dar una idea de él y exponer su objeto. Presentose por primera vez á mi imaginación cuando extendí las ideas siguientes en un papel que la casualidad ha conservado:
“Observaciones hechas leyendo la historia en la Biblioteca, el 9 de mayo de 1731.”
“Los grandes negocios del mundo, las guerras, las revoluciones, etc., son conducidas y ejecutadas por los partidos. / “Estos partidos tienen por objeto su interés general en el momento presente, ó lo que entienden por tal. / “La diferencia de objeto de estos diferentes partidos es la causa de todos los desórdenes. / “Mientras un partido sigue un plan general, cada individuo tiene por objeto particular su interés privado. / “Luego que un partido ha alcanzado su objeto general, cada uno de sus miembros piensa en su propio interés, el cual, encontrándose con otros intereses privados, rompe el partido, lo subdivide en otros nuevos, y causa mayores desórdenes. / “Muy pocas son las personas que en los negocios públicos tienen por único objeto el bien de su país, por más que hagan alarde, de generosos sentimientos; y muchos hombres, cuyas acciones produjeron efectivamente un bien real á su país no se determinaron originariamente á practicarlas, sino porque vieron que la suerte de su interés particular pendía del triunfo del bien general; lo que demuestra que no obraron por un principio de buena voluntad. / “También hay un corto número de hombres que en los negocios públicos obran sin otro fin que el bien de la humanidad. / “Paréceme en su consecuencia llegado el caso de formar un partido unido para la virtud, organizando á los hombres virtuosos y buenos de todos los países en un cuerpo regular, que se gobernase por un conjunto de reglas acertadas y sabias, á las cuales probablemente los hombres honrados y sensatos obedecerían mejor que no se someten á las leyes ordinarias los hombres vulgares. / “No dudo pues que cualquiera que con las cualidades necesarias emprendiese este proyecto, se haría grato á Dios, y obtendría buenos resultados.” “B. F.” // “Dando vueltas á este proyecto en mi cabeza, para cuando más adelante las circunstancias me permitiesen hacer un ensayo, escribía de cuando en cuando en unos borradores las ideas que se presentaban a mi imaginación sobre este asunto. La mayor parte de estos papeles se ha extraviado, mas por casualidad he hallado uno que contiene la substancia de un proyecto de profesión de fe, y que reúne, á mi entender, los principios esenciales de toda religión conocida, sin que contenga nada que pueda ofender á los sectarios de ningún culto.
He aquí los términos en que está concebido: / “Hay un solo Dios, que ha creado todas las cosas. / “Este Dios gobierna el mundo por su providencia. / “Debe ser honrado con la adoración, la oración y las acciones de gracias. / “Pero el culto más agradable á Dios es hacer bien á los hombres. / “El alma es inmortal. / “Es indudable que Dios premiará la virtud y castigará el vicio, ya sea en este mundo, ya en el otro.”]
Sobre la periferia de una inconmensurable esfera que gira, gira, gira… convivimos en distintas latitudes
Percibo que somos ESPÍRITU encarnado y que nos religa el AMOR.
En este tercer año de la segunda década del siglo veintiuno, sorpresiva noticia.
Renuncia del Papa Benedicto XVI, convocatoria al Cónclave para elegir sucesor.
Conmovedor anuncio alusivo a la elección del Cardenal Jorge Mario Bergoglio.
El Pastor de almas que se destacó como Arzobispo de Buenos Aires.
Primer pontífice que coherente con sus actitudes, decidió ser el Papa Francisco.
Desde sus primeras actitudes como Obispo de Roma demostró su sencillez.
Voces de distintos continentes en diferentes idiomas manifestaron emociones.
Junto a la periodista Susana Reynoso del diario “La Nación”, estuvo el doctor Jorge Roullión ante las cámaras de “Banda 30”, acompañado por dos periodistas.
Tras un interrogante en torno a las cualidades destacadas del Papa Francisco, respondió:
“Creo que él se caracteriza por la sobriedad. Es más bien un hombre tirando a retraído y que no le gusta aparecer en público -aparece en público de por sí-pero no ser algo espectacular sino muy medido y con muchos gestos de acompañamiento a personas que no son conocidos, que no salen en la prensa pero que son muchísimos”…
“Una de las primeras cosas que me vino a la mente, en el año ’99 hacía poco tiempo que él era Arzobispo de Buenos Aires y fue a lavar los pies a los presos en Villa Devoto, el Jueves Santo. A la salida, a las ocho de la noche, no había nadie casi, salió un cura de cleryman sin ningún auto, sin ningún secretario ni nada, iba por la vereda de la cárcel de Villa Devoto. Estaba yo y creo que otro periodista más y nos habló con… así, afecto… un poco de las personas que estaban presas, que nadie podía tirar la primera piedra, que necesitaban acompañamiento y con mucha humanidad… Había estado dos horas y medias adentro de la cárcel, lavando los pies y después conversando.
Y en ese momento, después dijo que él se iba a tomar creo que el 109 dijo, me parece… y yo le dije: -Mire, nosotros estamos con auto -estábamos con el auto del diario La Nación donde yo trabajaba-, y le tuve que insistir como dos o tres veces para que aceptara venir en auto porque me decía: -No, no… pero si yo me voy en ómnibus, acá… Bueno, entonces finalmente aceptó y vinimos en el auto -me acuerdo que pasamos cerca de un shopping- y habló algo así al pasar… algo así como ‘el consumismo de esta sociedad’… o una cosa al pasar, pero después charlando normal. Pero por ahí, me dice: -‘Usted…-
Hacía poco que era Arzobispo y me dice: -‘Usted es el primer periodista que ha logrado tenerme cuarenta minutos, generalmente yo les esquivo’.
O sea… ese modo de ser… y se bajó; ni siquiera lo llevamos a la Plaza de Mayo donde vivía sino que se quiso bajar en Florida y Corrientes, calle con gente y todo. Y dice: ‘-No… yo me bajo acá, voy rezando el Rosario en la calle, después me voy a visitar las siete iglesias -es una costumbre el Jueves Santo a la noche, visitar al Santísimo Sacramento expuesto y con flores en todos los templos y hay gente que las visita… Él iba a visitar las siete Iglesias pero no como el Arzobispo que lo van a esperar, que va a ir a tal…sino como un fiel más que iba a ir a las que le fueran surgiendo.
Esa sencillez… ese artículo que era muy pequeño porque no teníamos fotógrafo ni nada, a mucha gente le impresionó porque era justamente contar la verdad, que era muy sencillo”…
No fue por casualidad que Monseñor Jorge Mario Bergoglio siendo Arzobispo de Buenos Aires escribiera el prólogo para la segunda edición de “El santito Ceferino Namuncurá”, cuarenta años después de la primera.
Tampoco fue casual que el lunes 5 de noviembre de 2007 a la medianoche haya enviado un mensaje al periodista Jorge Alberto Rouillón aludiendo a tal reedición.
Día del nacimiento de mi segundo hermano Carlos, único que me nombró porque Manuchito cercano su primer año de vida traspuso el umbral entre lo mutable y lo mutable…. Carlitos en la mañana del martes 13 de noviembre de 2001…
¡TODO tiene su TIEMPO!…
Cuando comencé esta aproximación a la trayectoria del admirado poeta y político JOSÉ MARÍA CASTIÑEIRA de DIOS, ignoraba que la rueda de la vida completaría otro giro hasta llegar a una sorprendente coincidencia…
“…justamente contar la verdad, que era muy sencillo”…
Es oportuno rememorar que durante la primavera de 2009, en el Salón Dorado de la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires el poeta José María Castiñeira de Dios fue reconocido como “Personalidad Destacada de la Cultura de la Ciudad de Buenos Aires, por una vida de militancia peronista y católica, entre sus atributos más apreciables”. (Ley Nº 3.206/24-09-2009.)
En esas circunstancias, el talentoso poeta y coherente político, expresó:
“…Trabajé para ser el que soy, gracias a ustedes que han sido mis amigos y han estado junto a mí en un momento u otro de mi vida”…
Destacó una especial gratitud a su esposa Elena González Corbacho…
“…la mujer que amo desde hace 64 años y a quien dediqué buena parte de mi obra poética… a mis hijos, nietos y bisnietos…
También en eso puedo decir: Misión cumplida.”
Invierno de 2012… Generado el Último Desprendimiento
de Elena González Corbacho de Castiñeira de Dios…
José María Castiñeira de Dios
Foto publicada por www.clarin.com
Gratitud a JOSÉ MARÍA ¡amigo a perpetuidad! por su cordial llamado telefónico esta mañana…
18 de octubre de 2013, día de San Lucas, el evangelista.
Nidia Orbea Álvarez de Fontanini