ACERCA DE LA FORMA PARTIDO
Por Alejandro F. Álvarez *
La estructura de la crítica
La crítica que podemos hacer a la cultura occidental, no es formal, en el sentido de ser incapaz de retomar los elementos positivos de lo criticado.
Cuando ejercemos la crítica a la sociedad occidental, por más profunda que sea, recuperamos de esa crítica una serie de cuestiones, ya sean pensamientos, palabras, acciones, etc. que son posibles de aprovechar en nuestro proceso.
Lo que el Movimiento Peronista intenta, es hacer una crítica global de la sociedad.
Esta crítica global parte de considerar esa sociedad como un todo indivisible, donde los fenómenos llamados comúnmente de superestructura e infraestructura, aparecen interrelacionadas e indivisibles.
Es decir que desde el Movimiento Peronista intentamos hacer una crítica global a la sociedad occidental y establecer por lo tanto una nueva relación entre los fenómenos que regularmente se denominaron infraestructurales y superestructurales.
No es sino de esta manera, ubicando a la sociedad global, como se puede comprender la esencia de la contradicción, cuyos términos deben definir necesariamente una unidad.
Lo contrario, es decir, dividir, dicotomizar la realidad nunca puede conducir por el camino de una crítica profunda.
Esta necesidad de integrar es patrimonio del proceso de la revolución, de la misma forma que en la desintegración, la división, está la esencia de la contrarrevolución.
Esto de la división hay que verlo como uno de los rasgos fundamentales de la sociedad occidental
Esta sociedad divide. Divide la guerra de la política, divide la organización política, etc.
Y el hombre, ante este universo dividido que le imponen, reacciona dividiéndose el mismo para tratar de comprenderlo e integrarse a ese universo dividido. Nace así la alienación, que significa: separarse de sí y del universo.
Ejemplos de esta escisión los encontramos en:
La forma partido
Los partidos políticos son productos de la sociedad occidental, producto del liberalismo. No importa que sean de izquierda o de derecha, la forma política partido pertenece a la sociedad occidental y es una creación de la burguesía europea del siglo XIX.
Podría definirse como forma de encuadrar porciones de pueblo para manejarlo desde un círculo de poder encaramado en la conducción.
Aquí en la definición de la forma política partido está presente uno de los rasgos fundamentales de la sociedad occidental: la división; unos se deben ocupar de la política, otros de trabajar, vivir, etc., y accidentalmente ir a votar una vez cada dos o tres años.
Las élites son las que piensan la política, los profesionales de la política. Y el resto –las masas- son usadas por las élites, no crean nada, otros crean por ellos.
La filosofía que sustenta la forma organizativa partido es la filosofía liberal y la conciencia que le da origen tiene una interpretación del universo en la cual el intelectual político profesional, asume la representación de la masa, que se presupone inculta, que se toma como objeto de la política. Así se organiza la élite como partido, que representa a la masa. No es la masa misma, es una representación de la masa.
Esta forma política partido es una forma de desplegar la conciencia en el espacio político de la comunidad. Produce una práctica de la élite y esa práctica se revierte sobre la conciencia de la élite. Por lo tanto es un círculo cerrado que comienza y termina en la élite.
Y es un círculo cerrado porque esta práctica es una práctica recesiva, incapaz de modificar la conciencia que originó esa práctica, en tanto el partido es una forma política cerrada imposible de cambiar.
La conducción no cambia nunca, en tanto los partidos están constituidos en torno al centralismo democrático en el seno de la élite, que ni es centralismo ni mucho menos es democrático. Institucionaliza los intereses de grupo y del círculo que compone dicha élite.
Los partidos están constituidos en torno a intereses fijos, permanentes, con programa, estructura definida, etc., donde por lo tanto el poder se institucionaliza.
Aunque teóricamente no aparezca así, los partidos se manejan por órdenes y la represión es la manera de hacer cumplir las órdenes. La corrupción se instala en el círculo.
Las metrópolis europeas, fundamentalmente Inglaterra, en un proceso imperialista, exportan la forma política partido que le permitirá el control de las colonias.
En la Argentina, Brasil, Chile, Venezuela, Perú, México, Uruguay, los partidos produjeron los más excelentes traidores y cipayos que registró la memoria de los pueblos. La forma partido trasciende al imperialismo Inglés, es un producto de la cultura occidental. Es decir el partido se plasma en base a una ideología y produce a la vez una ideología que es la del imperialismo.
Partido Obrero
Su estructura esencial es idéntica a los partidos de la burguesía: Centralismo democrático.
El “revolucionario” es el representante de la clase obrera. No es la clase obrera misma y mucho menos el pueblo.
Por ejemplo, el Partido Comunista de la Unión Soviética era la burocracia en tanto era la conciencia recesiva de la élite que tomó el poder en 1917.
La burocracia no es la degeneración del partido. El partido, al no ser la organización de las masas sino su representación, contiene en su seno, desde su nacimiento, su burocratización.
El partido obrero es parte de las formas de dominación de la sinarquía porque es una forma de separar a los intelectuales del pueblo en los países coloniales y dependientes.
La Forma Ejército
Paralelamente al proceso de evolución de las formas políticas las fuerzas armadas (FFAA), que también son una forma de despliegue de la conciencia para hechos concretos, políticos y militares, también evolucionó. Los grandes derrotados de Napoleón: Rusia y Prusia, fundamentalmente, aprendieron mucho e innovaron sobre la organización de los ejércitos.
La guerra es un hecho social, violento, tremendo, que pone en tensión todas las fuerzas del hombre y de los hombres organizados en comunidad. Produce una gran lucidez en aquellos que participan de este drama violento y tremendo, que es la lucidez respecto de las leyes del enfrentamiento de dos voluntades.
Para resolver en un nivel superior esa contradicción entre las voluntades es necesaria una toma de conciencia y una práctica que la exprese, que son las operaciones militares.
En 1945 la forma organizativa en boga de los ejércitos era la Organización Divisional. Cada división pertenece a un arma de las tres conocidas; infantería, caballería y artillería. Cada división consta de un número de hombres, de una cantidad de unidades menores llamadas Regimiento; formadas a su vez por unidades menores llamadas Compañías, divididas estas en Secciones.
Cada una de estas unidades tiene un número determinado de hombres, un espacio determinado que es el que puede cubrir ese número de hombres, un tiempo, que es el tiempo de traslado en ese espacio por el número de hombres, un nivel de práctica que corresponde a la instrucción, conducción y desarrollo de las operaciones de ese número de hombres, y un grado que corresponde a cada una de esas unidades. Es un nivel de conciencia que expresa la capacidad de conducir a esa fuerza, en ese espacio y en ese tiempo.
El Comandante en Jefe maneja un espacio, un tiempo, una fuerza y una conciencia distinta y superior al resto.
Esta división de la práctica, de la fuerza, del espacio y del tiempo implica necesariamente la estamentación y el grado, soluciones diferentes, prácticas diferentes y conciencias diferentes.
El ejército se conduce con directivas, no por órdenes, es decir establece la necesidad de la creación en los niveles subordinados.
Dentro de la forma ejército hay dos formas históricas contrapuestas. El ejército mercenario del imperio y el ejército de masas, siempre ligados a los procesos de cambio de las sociedades a lo largo de la historia.
La conciencia militar ha sido la menos alienada, la menos dividida desde el punto de vista de la conciencia, por el tipo de práctica que significa la guerra. Es algo integrador en tanto y en cuanto es un enfrentamiento de voluntades que pone en juego la sobrevivencia de una sociedad.
La línea de masas es la que tiene más posibilidades de integrar la política y la guerra en la medida en que incorpora al pueblo como parte decisiva de la guerra.
Diferente a esta forma de organización consideramos:
La Forma Movimiento
La diferencia que existe entre la forma de despliegue de la conciencia movimiento y la conciencia partido es la diferencia que existe entre los ejércitos mercenarios del imperio y los ejércitos de masas que luchan por la liberación.
La creación del Movimiento Peronista y el pensamiento de su creador, el General Juan D. Perón, responde estrictamente a un pensamiento militar: el de los ejércitos de masas.
Tanto la guerra como la política trascienden la mera técnica, constituyen un arte. El General Perón, como artista fue capaz de establecer por primera vez racionalmente, por una racionalidad distinta de la de la cultura occidental, las relaciones que existen entre la guerra y la política y el primero en emplear el arte de la conducción de la guerra en política.
La sociedad argentina sostiene dos enfrentamientos principales; uno de la nación con los poderes transnacionales. Otro en el seno de la sociedad, que podemos considerar en dos partes:
1.- Entre los trabajadores y la oligarquía, que es una forma del antagonismo Nación-Antinación.
2.- Entre hombres y mujeres, en el seno del pueblo, incitado aviesamente por políticas de división generadas desde centros de poder transnacionales en la sociedad occidental, ésta es principal.
El Movimiento Peronista pretende dar solución al primer enfrentamiento Nación-Antinación realizando las banderas de soberanía política e independencia económica. Y pretende mediante su organización contener y resolver no antagónicamente los enfrentamientos en el seno del pueblo entre los sectores sociales que lo componen y entre hombres y mujeres, dándoles a los trabajadores su organización política autónoma: Rama sindical; a las mujeres una organización política autónoma: Rama Femenina; y al resto de las capas medias una organización también política autónoma: Rama Política.
El Movimiento como conjunto tiende a resolver fuera del campo del Movimiento el antagonismo entre oligarquía y trabajadores realizando la Justicia social.
Esta idea sale de la organización divisional del ejército. Es decir el General Perón integra la forma ejército en la política nacional disponiendo la conciencia del pueblo en una organización que escape a la forma generada por la civilización occidental para dominar a los pueblos; el partido.
El Movimiento Peronista organizado en tres grandes divisiones, tres grandes ramas que tienen funciones distintas, en el sentido derecha – izquierda en el frente, y vanguardia y retaguardia y profundidad.
El movimiento se maneja también por directivas. Esto hace una diferencia fundamental con la forma partido que contrariamente a lo que se supone se maneja por órdenes. Porque aquellas autoridades que se eligen en acto “libre y democrático” tienen la potestad absoluta de exponer, sostener y conducir la “línea partidaria”, de lo contrario decretan la represión, es decir que los elementos de la conducción de la forma partido excluyen la persuasión, en la medida que incluyen la represión.
Hay tres formas de conducir: convencer, reprimir y corromper. De estos tres el General Perón ha elegido uno LA PERSUASIÓN.
Conducir es persuadir: …“Al amigo todo, al enemigo, ni justicia” Y esto ¿por qué? Porque las resoluciones correctas de los enfrentamientos en el seno del movimiento, se debe emplear la persuasión, porque es la forma correcta de resolver no antagónicamente los enfrentamientos no antagónicos. Del mismo modo que para resolver los antagonismos hay un solo método que es reprimir (esto fuera del movimiento aunque también es válido para los enemigos infiltrados en el movimiento) lo que está excluido absolutamente es la corrupción.
La forma partido, en cambio, en la medida que incluye la represión como forma de conducción, excluye la persuasión e incluye la corrupción. Esto es lo que ha pasado a la forma partido en todas sus manifestaciones, y esta es la razón profunda por qué es en esencia una forma contrarrevolucionaria.
El liberalismo combate por ideas y las ideas se pueden serruchar, astillar, comprar o vender.
El Movimiento lucha con ideas y pelea por los hombres por la felicidad del pueblo y por la grandeza de la patria.
*Tramo del curso dictado por Alejandro F. Álvarez
el 1-1-1972
EL MOVIMIENTO PERONISTA
LAS FORMAS DEL DESARROLLO DE LA CONCIENCIA