Su organización administrativa, el financiamiento, las realizaciones, justicia social distributiva y atributiva Testimonios

La Fundación Eva Perón y la Justicia Social
23/06/2015
Testimonios Evita en la Fundación: las horas, los días y el sacrificio
23/06/2015

Su organización administrativa, el financiamiento, las realizaciones, justicia social distributiva y atributiva Testimonios

Primer Gobierno de Perón

 

LA FUNDACION EVA PERON

 

 

Su organización administrativa, el financiamiento,
las realizaciones, justicia social distributiva y atributiva
Testimonios

 

 

 

Misión de Evita y de la Fundación Eva Perón

En el Movimiento Peronista y hacia toda la Comunidad Argentina

 

 

Deben observarse la misión de Evita y de la Fundación en una doble perspectiva o presencia. La primera dentro del Movimiento Peronista y la segunda como herramienta de ejecución de la justicia social hacia todo el pueblo argentino, sin distinción alguna.

Para comprender mejor estos hechos debe tenerse en cuenta que la Fundación, como institución libre del pueblo nacida en el seno del peronismo y bajo la conducción de Evita, tenía un lugar muy preciso en el dispositivo orgánico del movimiento. Además debe reconocerse en que lugares y en que espacios encontramos a Evita y  por último saber que lo asumido libremente por ella, era su misión en la vida y en el Movimiento Peronista  y que contaba naturalmente con el respaldo y la conducción estratégica de Perón.

Solo a efectos de encuadrar el tema, digamos que Evita, como conducción táctica de Perón, es decir presente en el mismo terreno de los hechos, leal sin merma alguna y sin objetivos personales ni fines propios más que los del conjunto del Movimiento Peronista, ocupa su espacio político conduciendo a la Fundación que lleva su nombre para realizar gran parte de la justicia social y además su presencia política se extiende a la presidencia del Partido Peronista Femenino y a la conducción natural de la rama gremial del movimiento sin ocupar cargo alguno en la estructura sindical. Todo ello significaba, nada más ni nada menos, que “un puente de amor entre Perón y el Pueblo”, según sus mismas palabras.

De todo ello nos ocuparemos en el momento oportuno de nuestro estudio histórico, cuando abordemos y desarrollemos la orgánica movimientista, acompañando el análisis con el gráfico del movimiento peronista.

 

    Ahora, y ya examinados los antecedentes de las Sociedades de Beneficencia y como tuvo lugar la génesis de la Fundación, damos paso a continuación, a como se organizó la misma.

 

 

 

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Lugar de trabajo de Evita con la Fundación que llevaba su nombre, en el Consejo Deliberante de la ciudad de Buenos Aires y donde Perón se había instalado en los primeros años con la Secretaría de Trabajo y Previsión.

 

 

En lo administrativo

 

Como era natural, cuando la acción de ayuda social cobró envergadura, se hizo menester organizarla administrativa y operativamente.

En lo correspondiente a su administración se nombró director general de la Fundación a Armando Méndez San Martín, quien era Director de Asistencia Social en el área de la Secretaría de Trabajo y Previsión y que luego será ministro de Educación de la Nación; el Dr. Ricardo Finochietto será el asesor en materia hospitalaria, sin olvidar que toda la política sanitaria estaba concebida y ejecutada por un verdadero prócer de la Argentina, el Dr. Ramón Carrillo; el padre Hernán Benítez, asesor espiritual de Evita, lo será también de la Fundación.

El Estado, en la persona del ministro de Hacienda Dr. Ramón Cereijo, será quién asistirá a la Fundación supervisando y asesorando financieramente a la misma. Además será el gestor y el contralor natural de dos cuentas bancarias que ordenará   abrir en el Banco de la Nación Argentina. En estas cuentas confluirán todos los aportes y donaciones que sostendrán la actividad de la Fundación. Es lo que se esperaba de un Estado Moderno, que no condujera desde su burocracia a una institución como la Fundación y sí que le prestara toda la ayuda necesaria, tal como fue lo que sucedió.

Evita misma y reiterando nosotros su idea acerca de la incapacidad del Estado para  ocuparse y resolver sobre la asistencia social, dice el 10 de julio de 1948 en ocasión de recibir una donación en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, lo siguiente: “No sé si los protocolos que antes han regido la vida de los estados han permitido o tolerado llegar a nuestros semejantes para mitigar sus dolores y consolar en la adversidad; pero mi corazón de mujer cristiana y argentina, me mueve a volcar mis sentimientos hacia los humildes, hacia los desvalidos, hacia los desheredados, llegando más allá de lo que al Estado le corresponde.” Es  muy clara su conciencia. El modelo de Estado conocido hasta ese entonces, no se ocupaba como debía de la injusticia social imperante porque obedecía a otros intereses. Exactamente a los que la promovían. Un Estado nuevo y moderno, o mejor dicho el viejo Estado liberal transformado hasta hacerlo “explotar” y justificar uno nuevo por hacer, es decir uno revolucionario, debía hacer lo que jamás había hecho: ponerse al servicio de una institución libre y popular como la Fundación. En esa situación debió (el Estado) dar todo y así se hizo. La Fundación hizo lo que el Estado no podía hacer. Evita da cuenta de ello.

 

 

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Fotograma de la película “Perón sinfonía del sentimiento”, de Leonardo Favio

 

La organización de su conducción en el área de administración, fue la antes mencionada, con Evita en la responsabilidad superior y acompañada por las personas señaladas. Esto fue así hasta 1952.

Después de su muerte fue constituido un Consejo de Administración, con nueve miembros, cinco de ellos obreros y cuatro funcionarios del Estado Nacional, que fue quien se ocupó de la conducción general de la institución, reportando a Perón como jefe supremo del Movimiento Peronista, como presidente de la Nación y como jefe del Movimiento Nacional. Posteriormente Perón designó como Director General de la institución al teniente coronel Alberto Bolaños.

 

Ese Consejo de Administración era el responsable del siguiente organigrama de funciones según las áreas:

 

Consejo de Administración

Secretaría General Asesoría Letrada

Despacho General

Mesa de entradas y archivo

Personal

Departamento de Abastecimientos División Proveedurías

División Transportes

División Automotores

Departamento de Asistencia Médico–Social-Secretaría de Asistencia

Médica

Secretaría de Protección Social

Secretaría de Turismo y Vacaciones

Secretaría de Deportes

Departamento de Construcciones

Departamento de Educación

Tesorería General

 

 

El financiamiento

 

 

Testimonio de Perón:

 

“Mi mujer decidió dedicarse a la asistencia social y se instaló en el Ministerio de Trabajo, del que era titular José María Freire. Su competencia era distinta; Eva intervenía en los casos, que eran infinitos, que escapaban al control y a la actividad del Ministro. Nació así la Fundación Eva Perón, un organismo para la ayuda social de niños, muchachos, hombres, mujeres y ancianos creando asilos, escuelas, clínicas, ambulancias y preventorios a los que el pueblo acudía sin ningún desembolso. Para los primeros fondos Eva recurrió a mí.

Una noche, en la mesa me expuso su programa. Parecía una máquina de calcular. Por fin, le di mi consentimiento. Le pregunté: -¿Y el dinero?- Es simple -dijo- comenzaré con el tuyo- ¿Con el mío? –le dije- ¿Y cual? –Tu sueldo de presidente.

El primer decreto de ley de protección a la Fundación fue creado por mi mujer en la mesa; no estaba lleno de artículos, pero fue más drástico que cualquier ley escrita.” (1)

 

 

¿Con que fondos se financiaba la actividad de la Fundación Eva Perón? Esta es una de las cuestiones claves que hacen al sentido más revolucionario de la institución.

Tres grandes fundamentos hacen a la justificación de cómo se obtenían estos recursos.

 Uno hace directamente a la restitución de bienes por parte de los que más tienen a los que menos tienen. Así, un empresario que ha acumulado bienes y capitales que lo colocan a una enorme distancia de los más pobres, es puesto frente a la situación de aportar dinero de sus ganancias para solventar las acciones de la Fundación. Muchos lo comprendieron, aún a regañadientes. Otros se negaron rotundamente y pasaron a formar parte de los que después de caído el peronismo, hablaban de que se les obligaba o compelían o se le exigían las contribuciones. Nunca dijeron ni dirán cuanta riqueza habían acumulado, ni cuanta pobreza habían provocado. Para ellos solamente contaba que alguien, Evita y una institución, la Fundación, les ponía las cosas en claro y eso no lo toleraban.

No obstante y con alguna de estas objeciones y trabas, el aporte empresario fue muy importante.

 

El segundo fundamento hace al cometido que debe tener un Estado moderno. Ya hemos dicho algunas cosas. Baste resumirlas con que el Estado, o apoya con todos sus recursos a las instituciones libres del pueblo en la realización de la justicia social y de la verdadera libertad de los hombres, o sigue persistiendo como el Estado egoísta que hemos conocido al servicio de los peores intereses. En el caso de la Fundación procedió del primer modo.

 

El tercer fundamento hace a la solidaridad social entre los propios humildes. Esto es, compartir y saber ceder lo poco o mucho que tenemos, en beneficio del conjunto. Por eso los trabajadores donaban dos jornales completos por año. Entre otras muchas cosas.

 

«Dar hasta que duela y cuando duela dar todavía más»

Madre Teresa de Calcuta

 

 

En cuanto al primero de los aportes, el de las empresas, cabe solamente decir que un principio de equidad, enraizado en lo más profundo del pensamiento cristiano, justifica que quien más tiene deba aportar a los que menos tienen. Así se hizo y por múltiples mecanismos y modos de solicitud, la Fundación y muchas veces personalmente Evita, solicitaron el aporte de capitales y bienes a las empresas.

 

Respecto del aporte y apoyo del Estado, este se materializó con innumerables mecanismos que ponían sus recursos al servicio de la Fundación. Al terminar estos párrafos daremos un resumen de todos ellos.

 

Pero lo más importante fue el aporte de los trabajadores, tanto en porcentaje sobre el total de las contribuciones, como por la trascendencia que significó la solidaridad social puesta de manifiesto por la clase trabajadora hacia sus hermanos.

 

 

Es altamente significativo y en concordancia con lo dicho previamente, que, según lo apuntan Marysa Navarro (2) y Néstor Ferioli, (3) aproximadamente el 70% de los aportes provenían de los propios trabajadores y se transformaban en recursos de la Fundación. Estos a su vez, eran devueltos a la comunidad en bienes y servicios, con lo cual los ingresos iniciales de aquellos trabajadores resultaban incrementados.

 

 

 

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Ciudad Estudiantil en la ciudad de Buenos Aires

Dos fotogramas de la película “Perón sinfonía del sentimiento”, de Leonardo Favio

 

 

 

¿Cual era la finalidad de todas las contribuciones que la Fundación ponía en manos del pueblo?

Más salarios

Más dignidad

  

 

EVA

 

Justicia Social distributiva y atributiva:

 

En el Justicialismo la Justicia Social no solo atiende al objetivo de distribuir equitativamente los bienes y servicios para elevar el nivel de vida del pueblo. También incorpora el concepto de justicia social atributiva, esto es, lo que se le da al pueblo es porque este lo merece. El pueblo tiene esa atribución, recibir lo que le corresponde porque tiene ese derecho y que tanto y tanto se le ha negado. El pueblo es digno de la justicia. Es una justicia plena.

 

 

 

Cuando se habla de salario, pudiera ser que la definición empezara y terminase en el monto de dinero que una persona recibe por su trabajo, independientemente del monto de que se trate. Sin embargo el justicialismo incorpora un nuevo concepto a la definición que está en juego. Un concepto ciertamente revolucionario, porque implica nada más y nada menos que la incorporación del Estado y de una institución libre y popular en la escena de la justicia social y del bienestar de la comunidad. No como lo concibe el liberalismo “dejando hacer a las fuerzas del mercado”, sino aportando activamente todos los recursos posibles para acrecentar ese bienestar.

Los bienes y servicios que la Fundación aportaba, con el apoyo del Estado, significaban un complemento al salario, un plus al mismo, un agregado, algo que sumaba. Salud garantizada y de excelencia, viviendas, educación, recreación y descanso, alimentación, ya sean gratuitos o a muy bajo costo sin resentir su calidad. Todos son agregados al salario que percibe un trabajador en su empleo y permiten una sustancial elevación de su nivel de vida. De una vida más digna.

Puede pensarse que eran parte de una política de subsidios. Nada más alejado de la realidad. Uno de los principales valores del justicialismo es el trabajo, por la dignidad que implica trabajar. El subsidio, si forma parte de una política económica que no tiene por objetivo el pleno empleo, denigra el valor del trabajo y promueve una conciencia negativa respecto del mismo. Aplaca la necesidad de trabajar e impulsa a las personas a vivir de un subsidio.

En el peronismo, no es que no hubiese subsidios. De hecho los había, por ejemplo las pensiones a la vejez y a las incapacidades que la Fundación otorgaba. Pero había pleno empleo. No existía la desocupación. Luego de asegurar esta condición económica-social, se agregaban todas las políticas sociales dentro de las cuales la Fundación cumplía un rol esencial y primordial.

La Fundación, actuó desde el primer instante del gobierno justicialista en auxilio de los más necesitados que requerían de su ayuda con urgencia. Al mismo tiempo el gobierno fundó y puso en marcha el plan económico que inmediatamente ocupó toda la mano de obra desocupada. Esto fue lo fundamental. Aseguró la condición de pleno empleo y atendiendo simultáneamente lo más urgente, diseño toda la obra de la Fundación para asegurar el mejor nivel de vida posible y poder cumplir con las metas de la justicia social.

 

Hoy, desgraciadamente, en la Argentina hay millones de personas subsidiadas. Muchos viven solo de esos ingresos. Con cerca de 3,0 millones de desocupados y subocupados, el 16 % de la fuerza laboral entre ambos según el propio INDEC, (dato absolutamente impugnado por universidades, mediciones oficiales de las  provincias, estudios privados, llamativamente por legisladores y funcionarios oficiales del gobierno y por la realidad misma, por lo cual hay que mínimamente duplicarlo) (4) donde los subsidiados también suman millones y, de los que tienen trabajo, cerca del 40%, unos 4,5 millones de ellos, no están registrados, es decir están “en negro”, con trabajo precario. Por lo tanto, gran parte de los trabajadores argentinos están, o en condiciones de semi-esclavitud, o están atados al clientelismo político, por cuanto los subsidios, ya sea en planes para jefes de familia o como los llamados Argentina Trabaja (que justo es que existan), dependen exclusivamente de la relación que tengan los beneficiados con los llamados “punteros políticos” en cada zona. La cultura del trabajo, ausente, porque prevalece lo clientelar para obtener un subsidio y porque no existe un proyecto económico industrial, tecnológico y agropecuario de envergadura y en el marco de un proyecto nacional (donde estén todos, no algunos) que asegure el pleno empleo, por más que se declame, se diga y se repita sobre la existencia de un modelo, salvo que se pretenda por tal el de la concentración y el de la expulsión de la mano de obra.

 

La política de subsidiar y subsidiar es similar a las políticas socialdemócratas de la decadente Europa, donde la cultura del subsidio está absolutamente arraigada en el modo de vivir de muchos países. Y sino, baste revisar los índices de desocupación histórica de varios de ellos.

En la Argentina de Perón y de Evita, por el contrario, se incentivaba la necesidad de trabajar y producir más, porque eso era dignificar a las personas y  además no implicaba de ningún modo trabajar sin límites ni normas (como hoy en la Argentina donde las 8 horas reglamentarias y muchas leyes laborales pasaron al olvido). Eso era la cultura peronista. Hoy ausente.

 

 

¿De dónde venía el dinero?

 

En un modo resumido y antes de aportar más detalles digamos que los recursos de la Fundación provenían de:

 

1. Aportes sindicales dictados por ley

2. Donaciones espontáneas de trabajadores agremiados o asociados

3. Porcentajes deducidos de determinados convenios colectivos de

    trabajo

4. Subsidios estatales, nacionales, provinciales o municipales

5. Donaciones y colaboraciones empresariales

6. Donaciones particulares

7. Recursos eventuales (5)

 

 

El detalle:

 

-El Estado apoyaba y colaboraba con la Fundación principalmente a través de la Dirección Nacional de Asistencia Social dependiente del Ministerio de Trabajo. Desde allí se proyectaban, ejecutaban, habilitaban y conservaban todos los emprendimientos educacionales y asistenciales que se construían. Esto es escuelas, ciudades infantiles y universitarias, hogares de tránsito y residencia permanente, hospitales y centros vacacionales.

Como parte de estas contribuciones, el Estado transfirió a la Fundación bienes muebles e inmuebles tanto de propiedad nacional, provincial y municipal para que luego se desarrollaran en los mismos las obras proyectadas.

Asimismo esa Dirección Nacional era quién se encargaba de la adquisición, por cuenta de la Fundación, de todos los regalos que el pueblo recibía para las fiestas de fin de año y de toda la indumentaria necesaria para la realización de los torneos deportivos para niños y jóvenes.

-El Gobierno Nacional dispuso mediante un decreto, que todos los sobrantes de los presupuestos no ejecutados de cada área del Estado, fuesen transferidos a la Fundación.

-Mediante la ley Nº 13.941 quedó establecido que el 3% de todas las apuestas hípicas fuese transferido a la Fundación. En la provincia de Buenos Aires la ley Nº 5.627 era la equivalente a la ley nacional. Ejemplos duros y rotundos de cómo administrar el dinero a favor de la comunidad. Quien quiera dilapidar su sueldo en la patas de un caballo, previamente hará su aporte para otros fines…

También la Lotería Nacional contribuía con la Fundación, con un porcentaje de lo recaudado en sus distintos sorteos de lotería y del juego en los casinos.

-Otras contribuciones a los fondos de la Fundación fueron las originadas en multas a las infracciones a las leyes sobre juegos de azar mediante la ley Nº 14.044; porcentajes en la administración del Turismo Social; mediante el llamado “Convenio Cinematográfico” firmado el 28 de julio de 1948, se destinó a la Fundación el 50% de un recargo de 10 c. en las entradas cinematográficas, con lo que, teniendo en cuenta la masiva concurrencia de la población a los cines, resultó ser un extraordinario aporte al financiamiento de sus obras; en 1953 se resolvió  mediante la ley Nº 14.231 crear un seguro de vida para cubrir la vida de los espectadores y participantes en los eventos deportivos. De las utilidades que resultaban de ese seguro, el 50% estaba destinado a la Fundación.

-Los trabajadores cedían sus salarios completos de los días 1º de mayo y 17 de octubre, los que eran transferidos a la Fundación. De igual modo aportaban distintos porcentajes, según el gremio del que se tratare, del primer mes de cualquier aumento que consiguieran en sus remuneraciones salariales, tanto los trabajadores de la actividad privada como de la administración pública, en este caso según lo prescripto por el decreto 7025.

También contribuían con su aguinaldo: mediante la ley Nº 13.992 todos los trabajadores aportaban un 2% de esa asignación.

-Contribuciones espontáneas (no reguladas) de cada sindicato entregadas personalmente a Evita y a Perón o a través de la C.G.T., tanto en dinero como de productos, muchas veces estos en coincidencia con la rama de producción a la que pertenecía cada organización sindical.

-Contribuciones espontáneas o solicitadas por la propia Fundación a empresas privadas.

 

 

Testimonio

 

  “Es cierto que la señora pedía contribuciones a las empresas, pero especialmente lo hacía con aquellas en las que se enteraba que había algún negociado. Muchas otras eran donaciones espontáneas”

                                                                   Lilian Lagomarsino  (6)

 

 

 

 

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Incontenible alegría de los chicos que entran corriendo a la Colonia de Vacaciones de la Ciudad Infantil en Gonet, Provincia de Buenos Aires.

Fotograma de la película “Perón sinfonía del sentimiento”, de Leonardo Favio

 

 

 

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De “Las Delicias” a la Fundación Eva Perón

Revista Mundo Peronista

1-7-1954   (7)

 

Hace pocos días -el 19 de junio último- celebrose en la Nueva Argentina el sexto aniversario de la “creación” de la Fundación Eva Perón. En rigor de verdad, lo que se ha conmemorado ha sido simplemente la fecha feliz en que la benemérita institución asumió ante el Pueblo -de cuya entraña había nacido dos años antes- su forma jurídica, con carácter de Fundación. No empezó el 19 de junio de 1948 la obra de ayuda social de la inmortal Eva Perón, sino a principios del segundo semestre del año 1946; más aún: comenzó a traducirse en realidades tangibles apenas el General Perón asumió la presidencia de la nación el 4 de junio de 1946.

 

 

“Las Delicias”

 

¿Cómo se inició aquella inconmensurable obra de amor?
Evita misma lo dice, de la sencilla manera que sólo ella sabía decirlo. Lo dice así en el capítulo 29 de La Razón de mi Vida al referirse a “los comienzos’’:‘‘Pero antes que el salario justo y las condiciones dignas de trabajo diesen sus frutos de bienestar, era necesario remediar también tanto dolor de muchos años. En todas partes hacía falta vivienda, vestidos, salud.
Para eso había salido yo a decir por las calles: Aquí estoy. Quiero servir de algo para mi Pueblo. Cuando advertí que mi voz todavía tímida había sido escuchada por los descamisados de mi país, cuando empecé a ver que llegaban cartas y más cartas, y hombres y mujeres, jóvenes, niños y ancianos, empezaban a golpear a las puertas de nuestra residencia privada, recién me di cuenta de lo que iba a significar mi ‘corazonada’.           
Aunque ya había previsto antes que aquélla era una empresa casi imposible, me convencí de eso cuando esa tarea se me presentó en toda su realidad. Sin embargo, Perón ya me había enseñado muchas cosas y entre ellas a suprimir de mi diccionario la palabra imposible. El, que volaba alto y solo como los cóndores -le tomo las palabras que él mismo suele aplicar a los genios que admira: San Martín, Alejandro, Napoleón-, me había tomado a mí de la bandada de gorriones y me había dado las primeras lecciones.
Una, la primera tal vez, fue hacerme olvidar la palabra ‘imposible’. 
Y empezamos. Poco a poco. No podría decir exactamente qué día fue. Lo cierto es que primero atendí personalmente todo. Luego tuve que pedir auxilio. Y por fin me vi obligada a organizar el trabajo, que en pocas semanas se hizo extraordinario.

Cierto es que desde el primer día conté con el apoyo moral y material del presidente, pero tampoco era cuestión de apoyarse demasiado en él, que tenía otros problemas mucho más graves que los míos.
Recuerdo que alguna vez pensamos si era o no conveniente que fuese yo quien realizase la tarea, o mejor tal vez algún organismo del Estado. Y fue el mismo Perón quien me dijo: ‘Los pueblos muy castigados por la injusticia tienen más confianza en las personas que en las instituciones. En esto, más que en todo lo demás, le tengo miedo a la burocracia. En el gobierno es necesario tener mucha paciencia y saber esperar para que todo marche. Pero en las obras de ayuda social no se puede hacer esperar a nadie.’’

Por aquel entonces se echaron los cimientos de la futura Fundación Eva Perón, en un pequeño local de la Residencia Presidencial, al que familiarmente se denominó posteriormente “Las Delicias”.

¿Por qué “Las Delicias”?

Todo empezó sencillamente, sin boato ni ceremonia. Tal como lo cuenta Evita. Ella atendía personalmente todo, radiante y feliz de ser ayudada en sus tareas por los más modestos trabajadores de la residencia presidencial.

 

¿Por qué comenzó llamándose “Las Delicias” aquello?

 

Nos lo refiere uno de esos modestos trabajadores, hombre sencillo de nuestro Pueblo que desde el primer momento gozó de la confianza de Evita. 

“A raíz de una frase del General… Recuerdo que fue un sábado por la tarde, en septiembre u octubre de 1946… Estábamos dos o tres compañeros de la Residencia ayudando a Evita a clasificar y apilar ropas en los estantes, cuando se nos acercó sonriente el General, a quien le oímos decir: ‘Veamos cómo anda la Ayuda Social’…Le fuimos mostrando las diversas cosas que almacenábamos… Gratamente sorprendido, exclamó el Conductor: ‘¡Pero todo esto es ropa nueva, flamante!’ ‘Naturalmente,’ contestó, feliz, Evita, ‘toda ésta es ropa que compro yo misma y algunas son donaciones de gente que quiere ayudar.’

Entonces dijo el General: ‘Son una verdadera delicia para los necesitados…’ 
Desde ese día, Evita y todos nosotros lo llamamos ‘Las Delicias’ al antiguo garaje y contamos con un colaborador entusiasta más: el general Perón, que estaba constantemente junto a nosotros y nos ayudaba a abrir paquetes y desarmar cajones.”

 

Días de Gloria

Nos hallamos en los actuales depósitos de la Fundación Eva Perón, situados en la calle José Evaristo Uriburu 920, imponente edificio que consta de seis amplios pisos totalmente ocupados con las más diversas mercaderías. 
Allí, en un local del primer piso, existe una reproducción exacta de ‘Las Delicias’, con las estanterías dispuestas de la misma manera que lo estaban el garaje de la Residencia Presidencial. La conservación está a cargo de uno do los modestos obreros que la cuidaban en aquella época histórica. 
“¿Desde cuándo funcionan aquí estos depósitos?” preguntamos al encargado.“Cuando la Señora regresó de su viaje a Europa, allá por septiembre de 1947, el viejo local de “Las Delicias” resultó insuficiente para contener las donaciones que continuamente venían recibiéndose y entonces nos hemos trasladado aquí. Los amplios depósitos se vieron pronto colmados. Pero en este rincón conservamos religiosamente una reproducción exacta de las ‘Las Delicias’.”

Alzamos la vista, mientras nuestro informante nos lee, emocionado, un gran cartel que hay encima de una pila de cajas: ‘Las Delicias’.Con este nombre se inició en la Residencia Presidencial la Fundación Eva Perón.
Y agrega, con la mirada perdida en un horizonte de recuerdos: “Yo estuve desde un principio con Evita. Atendía, junto con otros compañeros, ‘Las Delicias’, en la residencia presidencial.    Hasta allí llegaba las boletas firmadas por Evita en sus agotadoras jornadas de ayuda social, primero en un oficina del Palacio de Correos y luego en su histórico despacho de la  Secretaría de Trabajo y Previsión. ¡Cuántas, cuántas cosas hemos entregado a los humildes por indicación de Evita!”
Nos acompaña a recorrer las distintas dependencias de los actuales  depósitos: la planta baja está dedicada a menajes y juguetes; en el primer piso a la sección señoras; en los segundo y tercero, a los artículos para niños y niñas; en el cuarto, artículos para hombres; el quinto, calzados, y en el sexto es atendida la sección de libros y la Expedición al Exterior.

Las realizaciones de la Fundación

Excede de las dimensiones de un artículo periodístico nuestro afán de destacar en su justo relieve la extraordinaria magnitud de la obra llevada a cabo en bien de los humildes por la Señora Eva Perón. La sola enunciación cronológica de sus magníficas inauguraciones, en las que siempre estuvo presente el General Perón con su consejo y palabra rectora, da una idea de tanta grandeza, de tanta obra de amor. En medio de la agobiadora labor de todos los días, Evita hallaba tiempo para inspeccionar las obras en construcción e inaugurar consecutivamente Hogares de Tránsito, escuelas, policlínicos modelos y establecimientos que, por su estructura y comodidades modernas, son únicos en el mundo.

 
El 3 de abril de 1948 inaugura el Hogar de Tránsito N°1, situado en la calle Carlos Calvo Nº 102.

El 19 de junio de 1948, el Hogar de Tránsito Nº2, en la calle Lafinur N° 2988.

El 14 de agosto de 1948, el Hogar de Tránsito N°3, de la calle Austria 2561. 
El 17 de octubre de 1948, el Hogar de Ancianos Coronel Perón en Burzaco. 
El 30 de diciembre de 1949, el Hogar de la Empleada General José de San Martín, en la Avda. de Mayo 869, de esta capital.
El 14 de julio de 1949, la Ciudad Infantil, en Echeverría 955, de esta capital.
El 13 de septiembre de 1950, la Escuela de Enfermeras, en Callao N° 1218.

¿Qué es hoy la Fundación Eva Perón?

La casa central de la Fundación funciona en dos grandes edificios situados uno en Paseo Colón 533 y el otro en la misma avenida, enfrente, en el N° 568. 
El primero consta de once pesos y en él sesiona el Honorable Consejo, existe un Museo de la Fundación y funcionan los Departamentos de Secretaría, Administración, Educación, Jurídico y la Gerencia y Subgerencia. En Paseo Colón 568 tienen su sede los Departamentos de Asistencia Médica y de Turismo. Además, en el edificio de la Avenida de Mayo 591 realizan su cometido los Departamentos de Acción Social y Deportes, construcciones y la Comisión de Fomento Cinematográfico, en el sexto piso de Diagonal Norte 501, el de Abastecimiento.
En Almafuerte 340, de esta Capital, tiene su sede la División Proveedurías, de cuyo contralor dependen las 140 proveedurías que ha instalado la Fundación Eva Perón en distintos barrios de la Capital.
Asimismo la Fundación, además de los mencionados depósitos de José Evaristo Uriburu 920, posee importantes locales de almacenamiento en los diques 1 y 4 del puerto de Buenos Aires.

 

Los establecimientos de la Fundación Eva Perón que se hallan actualmente en funcionamiento en todo el país, además de los que mencionamos al principio de esta nota, son los siguientes:

Ciudad Estudiantil Presidente Perón, situada en el barrio de Belgrano de esta Capital;

Policlínico Presidente Perón, Avellaneda, provincia de Buenos Aires; 
Policlínico Evita, Lanús, provincia de Buenos Aires; 
Policlínico Eva Perón, San Martín, provincia de Buenos Aires;

Policlínico 22 de Agosto, Ezeiza, provincia de Buenos Aires; 

Policlínico para Niños Presidente Perón, Catamarca 
Policlínicos Regionales en Jujuy, Salta, Tucumán, Catamarca, La Rioja, Mendoza, San Luis, Santiago del Estero, Santa Fe, Corrientes y Entre Ríos; 
Instituto de Quemados, Viamonte 2189 de esta Capital;
Hogar Escuela Evita, en Ezeiza;
Hogar Escuela Coronel Juan Perón, en la capital de Jujuy;
Hogar Escuela Evita, Termas de Reyes, Jujuy; 
Hogar Escuela Juan D. Perón en la capital de Salta; 
Hogar Escuela Presidente Perón , Tucumán, capital de provincia; 
Hogar Escuela 17 de Octubre, Catamarca;

Hogar Escuela Coronel Perón, La Rioja; 
Hogares Escuelas Coronel Juan Perón y Gobernador Ruperto Godoy, en San Juan;

Hogar Escuela 17 de Octubre en Mendoza; 
Hogar Escuela en Santa Rosa, provincia Eva Perón; 
Hogar Escuela 22 de Agosto en Mercedes, San Luis;

Hogar Escuela Presidente Perón, en Santiago del Estero;
Hogar Escuela Coronel Perón, Córdoba; 
Hogar Escuela en Resistencia, Provincia Presidente Perón; 
Hogar Escuela Coronel Juan Perón en Granadero Baigorria, provincia de Santa Fe; 
Hogar Escuela Presidente Perón en la capital de la provincia de Corrientes; 
Hogares Escuelas en Paraná, Entre Ríos y Comodoro Rivadavia; 
Hotel Internacional en Ezeiza, provincia de Buenos Aires; 
Hoteles de Turismo en Chapadmalal; 
Hotel Puente del Inca, Villa Eva Perón, Mendoza; 
Hoteles y Grupos de Casitas en Embalse Río Tercero, Córdoba.

Se encuentran en construcción y por habilitarse: 

Ciudad Universitaria, en la capital de Mendoza; 
Ciudad Universitaria, en Córdoba; 
Ciudad Universitaria, Ezeiza; 
Policlínico de Lactantes y de Epidemiología, en las calles Chorroarín y Warnes, de esta capital; 
Policlínicos Regionales en Paraná, Entre Ríos, y Neuquén;

Hogar de Ancianos y Ancianas en Recreo, provincia de Santa Fe. 

Tal es, a grandes rasgos, la Fundación Eva Perón en la actualidad. 
Es hoy enorme y de vastas proyecciones su acción de Justicia Social. Pero siempre es ‘Las Delicias’ y conserva intacto el recuerdo imborrable y el espíritu de su insigne fundadora.

 

 

“En mis hogares ningún descamisado debe sentirse pobre. 

 Todo debe ser familiar, hogareño, amable. Mis hogares son generosamente ricos”, Evita 

 

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                             

 

 

            

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Vistas de la cocina y de la entrada del Hogar de Tránsito Nº 2, hoy Museo Evita.

Revista Metro www.revistametro.com.ar

 

 

 

La Fundación Eva Perón vista desde un gráfico

 

Complementariamente con la excelente información que daba la revista “Mundo Peronista” que nos precede, adjuntamos a nuestros lectores un gráfico de los profundos objetivos de la Fundación, donde se pueden apreciar cuatro grandes ramas de su accionar: la social, la educativa, la sanitaria y la turística. Esto permite apreciar de un modo sencillo la amplitud de los servicios de asistencia social que proveía.

CUADRO FUNDACIÓN EVA PERÓN
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La Fundación Eva Perón entre 1948 y 1950

Algunos datos numéricos acerca de sus realizaciones

 

  • 13.402 mujeres consiguieron empleo gracias a la Fundación, entre 1948 y 1950.
  • 8.726 chicos fueron internados para su cuidado en colegios o instituciones de la Fundación entre 1948 y 1950.
  • 25.320 vacantes tenían los 19 Hogares Escuela, entre los ya construidos y en construcción por la Fundación, en julio de 1952, distribuidos en 16 provincias. Los niños ingresaban como internos —por razones de extrema pobreza o distancia— o externos. En los dos casos concurrían a la escuela estatal en un turno y en el otro recibían apoyo escolar en el Hogar.
  • 22.650 camas tenían los 21 hospitales y policlínicos construidos por la Fundación en 11 provincias.
  • 17.150 camas del total estaban distribuidas en los hospitales y policlínicos construidos en el Gran Buenos Aires.      
  • 2.350 ancianos fueron internados en los hogares para ancianos que construyó la Fundación. El 17 de octubre de 1949 se inauguró el primero de ellos en Burzaco, hasta 1950 se abrieron otros cuatro. Allí eran alimentados y atendidos por enfermeras y monjas.
  • 1.500 cubiertos era la capacidad del comedor del Hogar de la Empleada Gral. San Martín inaugurado en 1949. Tenía precios bajos y estaba abierto al público. Evita solía cenar allí y hacía pagar a uno de sus empleados por vez. Además, lo elegía para ir con visitantes extranjeros. Se realizaban veladas literarias, bautizadas Peña Eva Perón.
  • 500 mujeres podían encontrar alojamiento en el Hogar de la Empleada, en un edificio que poseía la Fundación en Avenida de Mayo 869 de la ciudad de  Buenos Aires. De los once pisos, nueve eran dormitorios. El Hogar estaba dirigido a todas aquellas mujeres que recibían un sueldo menor a $ 500, que no poseían vivienda ni familiares directos en dicha ciudad.
  • Se construyeron tres Hogares de Tránsito, con varios centenares de camas entre todos ellos más las cunitas de los bebés para aquellas mujeres que no tenían a donde cobijarse.
  • 20 países recibieron ayuda de la Fundación en 1950. Se les enviaban víveres, medicina y ropa.
  • 20.148 familias sin trabajo en la ciudad, fueron reinsertadas en sus provincias de origen con trabajo y vivienda entre 1948 y 1950.
  • 11.000 empleados tuvo la Fundación Eva Perón hasta 1955 entre todas las instituciones que abarcaba.
  • 700 autos constituían la flota de todas las instituciones que conformaban la Fundación.
  • $ 70.000.000: presupuesto otorgado por la Fundación a la Ciudad Universitaria de Córdoba, en construcción en el momento de la muerte de Evita. Estaba dispuesto que alojara a 400 alumnos argentinos y 150 extranjeros, distribuidos en 15 pabellones.
  • 1.500.000 sidras y unidades de pan dulce repartía todos los años la Fundación para las Fiestas.
  • 181 proveedurías fueron abiertas por la Fundación con el propósito de abastecer los artículos de 1ª necesidad para las familias en forma regular y a bajos precios.
  • 120.000 niños participaron del tercer certamen de los Campeonatos Infantiles «Evita» y los juveniles «Juan D. Perón», organizados desde 1949 en forma anual. Entonces se realizaba un amplio control sanitario a nivel nacional, realizado por el Departamento médico de la Fundación Eva Perón a cada uno de los participantes.
  • 3.000.000 de libros, juguetes, máquinas de coser, bicicletas, y prendas de ropa distribuía anualmente la Fundación.

 

Bibliografía y Documentación de apoyo

 

1. Perón, J. D.- Como conocí a Evita y me enamoré de ella, Publicación del Instituto Nacional Juan D. Perón, Buenos Aires, 2006, pag. 8

2. Navarro, Marysa-Evita, Ed. Corregidor, Buenos Aires, 1981, pag. 250

3. Ferioli, Néstor-La Fundación Eva Perón, T.1, Centro Editor de América Latina, Buenos Aires, 1990, pag. 37

4. Instituto Nacional de Estadísticas y Censos.

5. Ferioli, Néstor, Ob. Cit., pag. 40

6. Lagomarsino, Lilian-Y ahora hablo yo, Ed. Sudamericana, Buenos Aires, 1996

7. Revista Mundo Peronista, 1954

8. Wikipedia y documentación del autor

 

 

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