Cultura y Contracultura en el Pueblo Argentino

CULTURA Y CONTRACULTURA
EN EL
PUEBLO ARGENTINO

EL PORVENIR INMEDIATO Y
NUESTRA SUPERVIVENCIA COMO
NACIÓN y COMUNIDAD

Por Roberto Maffeis
Septiembre de 2021

-Utopía: del griego, “lo que no tiene lugar”. Y agregamos, lo que aún no lo  tiene. Los  griegos nunca usaron el término como lo de algo imposible de realizar.  La contracultura si.

-Esto sigue así, “por ahora…” (1)

-“Retomemos nuestra misión con mayor decisión. No perdamos laEsperanza”. (2)

-Nada estable y duradero puede ser fundado en la mentira.

-Aún hoy se puede hablar de cultura, pero si se dice la verdad.

 

Para hablar realmente de cultura es preciso decir en primer lugar que lo que se ve no es cultura. Lo que se ve es la contracultura; los productos son todos contraculturales, ya que son cosas fabricadas en una usina, o en varias. No hay que verlos como fabricaciones ex nihilo de un grupo de malvados ingeniosos y hábiles, sino que está en el curso mismo de la civilización occidental que camina hacia su ruina y la de toda la humanidad.

Hoy ya no es posible hablar de cultura, si en realidad se quiere decir algo, sin hablar de estas cosas, sin decir por lo menos que los subproductos que presenta la contracultura se parecen a los de la cultura. Ya he dicho que no hay nada más enemigo que lo similar y en este sentido la contracultura es lo más opuesto que existe a la cultura, el elemento fundamental de su destrucción, del mismo modo que la New Age se parece formalmente, en algunas cosas, a la verdad, siendo su más abominable adversario porque es la mentira más oculta. La contracultura está fundada en una crítica al mundo que consiste en fugarse de él, así como en dar una imagen del mundo ad usum delphini, desde el punto de vista de una minoría dominante. ¿A qué dominio me refiero aquí? No a lo que hoy se pone en primer plano (el dominio económico) sino al verdadero dominio de la maldad y  la perversión, una cuestión en la que sería preciso profundizar ¿Por qué? Porque la perversión de la verdad es asunto gravísimo.

Este desarrollo contracultural a la vez engendra y exige un tipo de hombre que sea capaz de asumirlo, o sea de enfermarse. En el orden personal esta enfermedad es una neurosis o una psicosis noógena, es decir una pérdida de sentido de la vida, bien porque el único sentido de la vida que se ofrecen en el mercado es ganar más dinero, tener más cosas y practicar el hedonismo. Entender que ese es el “sentido”,  es una pérdida de sentido aunque la víctima no lo vea como pérdida. La víctima se plantea en el fondo que “nada tiene sentido” y le da lo mismo hacer cualquier cosa. Y como da lo mismo hacer cualquier cosa, “hagámosla con el poder, que es más cómodo”.

Alejandro F. Álvarez

Lo auténtico de la cultura no es la Universidad, sino la vida, creadora perpetua de formas culturales.

J. J. Hernández Arregui

“Abolir la verdad”, Michel Onfray.

Designio del progresismo.

La actual dictadura cultural: el progreso hacia a la nada.”

Por  Carlos Daniel Lasa,  Doctor en Filosofía de la Universidad Católica de Córdoba.

 

El filósofo francés Michel Onfray es bastante conocido dentro del mundo de habla hispana. Muchas de sus obras han sido traducidas. Incluso ha sido referenciado frecuentemente por el progresismo vernáculo. Como siempre, sus obras despiertan admiración y repudio a la vez. Quizás, esta última a la que me voy a referir, se trate del segundo caso.

En efecto, Onfray publicó, el pasado año, su `Théorie de la dictature précédé de Orwell et l`Empire maastrichien’ (París, Editions Robert Laffont). En este escrito afirma que hoy, en los países democráticos, se ha establecido una nueva dictadura.

Esta dictadura a la que hace referencia se caracteriza por los aspectos que siguen. Ellos son: destruir la libertad, empobrecer la lengua, abolir la verdad, suprimir la historia para poder reescribirla a voluntad, negar la naturaleza y propagar el odio.

El común denominador de este nuevo mundo progresista es su fuerte componente nihilista. Refiere el autor, conocido por su confesado ateísmo: «El progresismo se ha transformado en la religión de una época privada de experiencias de lo sacro, se ha convertido en la esperanza de estos tiempos desesperados, de una civilización sin fe».

¿Cómo se ha llegado a esta situación de barbarie cultural?

El pensador francés expresa que, luego de 1969 (cuando De Gaulle deja la presidencia), el poder político francés se parte en dos. Por un lado, los seguidores de De Gaulle; por el otro, los simpatizantes de los comunistas. Los primeros se quedan con la economía y las competencias estatales; los segundos (obviamente) con la cultura.

Estos últimos conquistan el monopolio cultural a la par que empiezan a crear un relato. Poniendo en sordina su colaboración con el régimen nazi durante la ocupación, inventan que fueron fusilados 75.000 hombres del partido. Estos serían, de acuerdo a la nueva historia, los verdaderos héroes antinazis.

Como nota pintoresca, Onfray refiere que este mismo partido comunista era contrario al aborto y a la contra-concepción en virtud de no querer que la mujer comunista fuera conducida a transitar la vida disoluta de los burgueses.

Sin embargo, este poder político-cultural durará poco tiempo. Después de 1968, las filosofías estructuralistas y deconstructivistas comienzan a hacerse hegemónicas.

 

IDEA VS. REALIDAD

 

Para el estructuralismo, refiere Onfray, la idea es más verdadera que la realidad. Esta desnaturalización opera en el lenguaje con Barthes, en la antropología con Levi-Strauss, en psicología con Lacan, en la historia con Althusser, en la sexualidad con Foucault, en la racionalidad con Deleuze, en el ámbito de la verdad con Derrida. El nihilismo deconstructivista, pues, reemplaza al materialismo dialéctico.

Ahora bien: el principal enemigo de esta dictadura cultural es el pensamiento. El que pretenda pensar de modo diferente se convierte en un sospechado. ¿Cuándo sucede esto? Cuando alguien pretende pensar por sí mismo y comienza a ver la realidad de las cosas. Cuando se decide a dar el nombre justo a esas cosas. Cuando afirma que las verdades serán siempre verdades.

Como podrá advertirse, solo el poder dictatorial progresista puede determinar qué es y qué no es verdad.

La nueva dictadura reprime a través del aparato jurídico, dictando leyes favorables al nuevo absolutismo. Al propio tiempo, lleva a cabo una revolución cultural. Esta última se hace efectiva instrumentalizando a los medios de comunicación, empobreciendo la lengua y reescribiendo la historia. Será necesario, a tal efecto, crear una nueva lengua con el objetivo de reducir la gama de pensamientos.

 

`MODERNIZACION’

 

De este modo, el pensar peligroso morirá porque carecerá de palabras para expresarse. Esta nueva lengua, bajo el imperativo de la «modernización», hará imposible que el hombre pueda acceder al pensamiento clásico. Al destruir la posibilidad de la memoria se podrá inventar un nuevo sistema simbólico acorde a la dictadura progresista.

Este ataque a la lengua, nos dice Onfray, comienza en la escuela. La propia escuela procedió a destruir un método de lectura que había probado su eficacia a través de muchas generaciones. Luego, lo reemplazó por sistemas sacados de las ciencias de la educación: métodos dañinos para los alumnos puesto que rompen los mecanismos de leer, escribir, contar y pensar.

A su vez, se desalentó completamente la memoria. El objetivo, para el filósofo francés es claro: «construir seres adultos vacíos y chatos, estériles y privados de profundidad, totalmente compatibles con el proyecto post-humano».

Onfray califica a este régimen progresista de «descerebrado». Crece el analfabetismo, incluso en aquellos que han superado la enseñanza superior. Los profesores leen menos y se encuentran incapacitados para entender textos de cierta complejidad. Por esta razón refiere: «Esta aversión en relación al libro y a lo escrito, en relación al autor, a la ortografía, al estilo, a la gramática, a la sintaxis, a la literatura, a las obras maestras, a los clásicos, pero también el vocabulario, ha permitido formar una cadena de gente ignorante y sin instrucción, gente analfabeta y atrasada. Es bueno buscar entre esos militantes de la ignorancia a los pedagogos de los niños de hoy y de los adultos del mañana. ¿Qué cosa hay de mejor en la carrera de un solo imbécil en la instrucción pública para construir una, dos, directamente tres generaciones de imbéciles?».

La historia no queda indemne. Esta ya no se construye gracias a las obras de estudiosos que trabajan sobre archivos, documentos y testimonios. Los nuevos «historiadores» creen que la verdad ya ha sido pre-confeccionada por algunas personas avaladas por la dictadura progresista.

Las cuestiones de género o del sexo no se ponen más en términos de naturaleza sino de cultura. Y afirma sin ambages: «Que la naturaleza se oponga a la cultura es la primera estupidez que impide pensar».

Finalmente, esta ideología opresiva y progresista cultiva y alienta el odio. «Nuestra época es la época del odio», dice. Es contraria a la tolerancia. La tolerancia solo debe tenerse en cuenta para con los progresistas, o sea, para con aquellos que piensan del mismo modo. El alma de estos progresistas ha convertido al vicio en virtud.

MONEDA DE INTERCAMBIO

Gracias a la desaparición de la moral tradicional, el odio pasa a ser la moneda de intercambio. Usando el descrédito de las personas, se cancelan discusiones, se oblitera el intercambio de ideas, se tapona toda posibilidad de diálogo. Refiere Onfray: «En el ámbito de la cultura postmoderna, el odio es reservado a quien no se arrodilla delante de las verdades reveladas de la religión que se autoproclama progresista».

Como cierre de este lúcido y valiente escrito, concluye: «No estoy tan seguro de querer ser progresista. Y creo que ni siquiera el burro Benjamín de `Rebelión en la granja’ lo hubiese querido ser».

 

En: La Prensa

La actual dictadura cultural: el progreso hacia a la nada …

http://www.laprensa.com.ar › 497169-La-actual-dictadu…

J. J. Hernández Arregui


No ignoramos, nadie lo hace, que los argentinos estamos en una decisiva encrucijada entre ser lo que nuestro destino nos propuso desde siempre y lo que la contracultura viene horadando lenta y sin pausa desde hace décadas, de tal forma que a veces nos cuesta reconocernos a nosotros mismos viéndonos en un pasado no muy lejano. Pero sabemos de qué se trata.No obstante esta conciencia de lo que nos pasa como pueblo, no está acompañada hasta ahora por la decisión para torcer el rumbo que en forma dramática nos oprime a diario.

Es menester por lo tanto, transformar aquella conciencia en acción. Nada nos va a ser otorgado por que sí nomás y ninguna ayuda lloverá del cielo si no somos capaces de merecerlo.

Dice el Gral. Perón que al destino hay que ayudarlo y fortalecerlo para convertirlo en sinónimo de victoria. Eso debe hacer el Pueblo Argentino con el propio.

Afirman los abonados al desánimo, al derrotismo y al pesimismo que de esto no se sale. Parecen personajes del tango “Cambalache”, escrito por un Discépolo también ganado por el desánimo y la tristeza de la década de 1930. Decía cuando compuso su famoso tango en 1935, “Que el mundo fue y será un porquería, ya lo sé. En el 506 y en el 2000, también. Que siempre ha habido chorros, Maquiavelos y estafaos, contentos y amargaos…”

Letra muy útil para los suscritos al “no se puede” y clientes vip de la máquina de impedir. Como anillo al dedo. La contracultura opera este tango cuando los medios de desinformación la difunden e inmediatamente a continuación dicen que es el presente. El presente es que “el futuro fue y será una porquería” ? Esa idea penetra y es devastadora. Pero irreal y aborrecible, porque la historia muestra todo lo contrario.

Y esas personas no reparan en que el mismo Discépolo, el mismo, diez años más tarde se incorporará al Peronismo y resultará ser un ejemplo de conciencia social y de optimismo, todo lo contrario de su propio ser escéptico y derrotista en tiempos de aquel tango. Los que no entendieron y no entienden hoy que se puede cambiar absolutamente todo mediante la voluntad de querer hacerlo, ignoran el ejemplo de Discépolo y de la evolución de la humanidad. Antes de atreverse a negar esta posibilidad, que intenten verse en tiempos de las cavernas tan siquiera sin poder provocar y controlar el fuego y luego echen su mirada hacia delante y vean si se puede o no. Y si aún persisten en la negativa, les pedimos un acto de sinceridad y que digan “yo no puedo”. Sería más honesto.

  

La génesis del problema

La Argentina fue privilegiada por la Providencia con una situación geopolítica y cultural por demás relevante.

De cara al continente antártico; con  un extensísimo litoral marítimo y su inmensa riqueza; con todos los climas; con la tierra más fértil del planeta y productora de alimentos para una buena parte de la población mundial; reserva mundial de estos últimos y de agua; casi todos los minerales y lugar natural de la cultura hispanoamericana, con fortísima presencia del cristianismo católico.

Pero con una historia que desarrolla una singularísima paradoja tal cual como la describimos a continuación.

  

Por aquí pasaron los generales San Martín y Perón

Por aquí pasó el Gral. San Martín y su proyecto libertador y unificador continental. Solo él desde el sur del continente y el Gral. Bolívar desde el norte, encarnaron y plantearon esa unidad política y cultural. No pasaría desapercibido tan ambicioso y justo desarrollo de una idea revolucionaria tal como lo fue. El imperio inglés, continuador del español, no lo perdonó y trabajó para el proyecto contrario. No es otro  el panorama geopolítico que presenta América del Sur y sus tantas repúblicas o estados tapones, donde no se alcanza a comprender sus existencias, sino es por el plan británico de partir, desunir y dominar.

Pero también por aquí pasó el Gral. Perón (3), que es quién expresa la más elevada conciencia política y social de la cultura hispanoamericana desarrollada durante siglos en América, con significativos orígenes milenarios en la vertiente greco romana y en la posterior unidad socio político cultural de la península hispánica, España.

Es la cúspide de toda esta vertiente en todas las expresiones mencionadas y de una economía al servicio del hombre y no al revés como dogmatiza el liberalismo. Es el creador de un nuevo y revolucionario pensamiento que, como hemos dicho, es la síntesis de un proceso de siglos, el Justicialismo. Terrible afrenta para el demoliberalismo surgido de la Revolución Francesa y de los imperios de los países centrales. Intolerable, indigerible.

Así fue como el imperio continuó una guerra con y sin batallas violentas, pero siempre guerra, desde el mismísimo momento en que Perón fue Él mismo. La misma venía de lejos en la construcción de la Nación y siempre mostró dos veredas, la del Movimiento Nacional y la de enfrente.

Dirá Perón respecto de nuestra identidad, tema que resulta ser uno de los que más saca de sus cabales a la contracultura anglo sajón, liberal y capitalista, la lastima y la pone como reaccionaria desde siempre.

“En la constitución de su esencia está implícita su situación, su conexión con una tierra determinada, su inserción en un proceso histórico concreto. Ser argentino significa también esto: saber, o al menos intuir, que ser lúcido y activo habitante de su peculiar situación histórica forma parte de la plena realización de su existencia. Es decir, habitante de su hogar, de la Argentina, su patria.

Por lo tanto, lo que realmente distingue al argentino del europeo o el africano es su radical correspondencia con una determinada situación geo-política, su íntimo compromiso moral con el destino de la tierra que lo alberga y su ineludible referencia a una historia específica que perfila lentamente la identidad del pueblo.”

Definida así nuestra identidad, subrayado el compromiso ético con el destino de la tierra que nos alberga y toda la escala de valores que de él derivan o que lo explican, especialmente la fe cristiana de nuestro Pueblo,  hacia ahí fueron apuntados todos los cañones que pudieron inventar para destruirnos.

Y, “… sin olvidar que los enemigos están preocupados por nuestras conquistas, no por nuestros problemas…” (4), lo que convierte a la cultura argentina, cristiana y con la justicia social en su conciencia, altamente peligrosa para la contracultura del dinero y de la muerte.

 

La guerra ellos la hicieron en todos los frentes

La paradoja

Después de encontrarnos con esta cualidad de nuestro ser nacional y la envergadura de la riqueza de nuestra historia y territorio, era y es lógico concluir que la guerra contra el Pueblo Argentino, no ahorró ni frentes ni métodos. Mucho más aún cuando la Argentina es un país clave en la historia americana de los últimos dos siglos. Lo que advertimos como destrucción hoy en la comunidad argentina, se corresponde y es directamente proporcional a ese destino de grandeza y su posición geopolítica.

Hemos sido atacados desde afuera, con la complicidad de sectores nativos y la debilidad de muchos, con una saña feroz y persistencia dignas del más perverso propósito.

Conversando con Alejandro Álvarez, nos decía ante una pregunta nuestra:

Roberto Maffeis: De todas formas Alejandro, en el marco de la unidad hispanoamericana se van formando naciones.

Alejandro Álvarez: Claro.

RM: Una de ellas es la Nación Argentina ¿Qué es la Nación Argentina?

AA “… Bueno, la Nación Argentina es, en el marco, insisto, de la unidad del continente. Es más te diría, la Nación Argentina es tal, con un condicionante y es que es que la unidad del continente se realice, de lo contrario la Argentina no puede realizarse. Por eso es que el gran quilombo es, de la Argentina y de los demás, y que en el medio de esto hay muchos tipos que están en contra, viste, que dicen no, la Argentina es otra cosa…., cuando en realidad ¿el tema como es? No hay unidad sin la Argentina, sino que tampoco hay unidad con la Argentina. Te das cuenta, es a la vez una obstrucción y un puente. Una obstrucción para la unidad y un puente para la unidad. Es demasiado. La Argentina es demasiado para América.
RM: Esta misión clave de la Argentina, ¿Explica el ensañamiento que tienen con nosotros?
AA: Pero por supuesto hombre, desde luego. Es un reflejo claro. ¿Como puede ser si no se hace eso? Está a medio hacer. La Argentina también está a medio hacer. Si no se hace la Argentina la complicación es gigantesca. (5)

Notable paradoja. No obstante un desafío mayúsculo para los argentinos, como no lo hemos tenido en toda nuestra historia. Nuestra supervivencia está atada al cumplimiento de este destino.

Si lo que vivimos los argentinos es una crisis existencial, puede ayudar entonces el sabio significado que el idioma chino le da a la palabra crisis y que se escribe de este modo:

Dos ideogramas 危机, peligro y oportunidad. Wéijī, es su voz fonética.¿Cuantas oportunidades más tenemos los argentinos frente a los peligros de desintegración social, cultural y territorial? ¿Cuanto más resiste  Argentina?No podemos vivir como si nada hubiese pasado, ni que nada pasa.

  

La devastación

Lo que ha hecho el liberalismo es una invasión cultural y lo que creó fue una contracultura, de la cual el progresismo es una parte esencial.

La Argentina se encuentra hoy devastada tanto en lo económico financiero, como en lo político y social, en lo cultural, sin fuerzas armadas  para la defensa de sus recursos como nueva hipótesis de conflicto, y con la contracultura apuntalando todas estas mega operaciones políticas.

Endeudada fraudulentamente por varias décadas hacia delante sin que nadie, con muy pocas excepciones, atine a denunciar este latrocinio, esta estafa, esta rapiña, este robo, esta depredación, este despojo, este engaño gigantesco, Argentina se encuentra condicionada servilmente a cumplir los designios y mandatos de los organismos internacionales, sin importar el costo social que ello implica.

 

El hombre argentino, blanco central de la destrucción

Pero lo más grave es que han destruido considerablemente al hombre argentino. El Gral. Perón advirtió sobre este peligro el 12-06-1974 en el discurso de la mañana de ese día, en el que daría otro por la tarde y que iba a resultar ser el último de su vida. Decía:Yo vine para ayudar a reconstruir al hombre argentino, destruido por largos años de sometimiento político, económico y social.” (6) No se equivocaba ni un milímetro y “como tenía sabidurías que contenían el futuro” (7), nos alertaba sobre el daño ya producido y la profundización del mismo en lo que estaba por venir si no hacíamos lo que debíamos hacer.

Evidentemente no hemos sabido ser consecuentes ni con aquel alerta, ni con los posteriores y largos años de sometimiento donde la destrucción de la comunidad y del hombre argentino lejos de detenerse se profundizó delante de nuestros ojos y hoy nos encontramos con que cuarenta y siete años después de aquella advertencia del Gral. Perón, estamos mucho peor y el grado de despojo, deterioro y destrucción del hombre argentino es aún mayor que en aquellos tiempos.

Esto es así y podemos ver esa destrucción encarnada en:

  • En la imposición del relativismo socialdemócrata mediante el cual nada puede ser verdad, claramente iniciada con el gobierno supuestamente democrático de Raúl Alfonsín. Este, además, fue apodado “el mentiroso” por haber incumplido sus promesas electorales con lo cual cometió un gigantesco fraude y estafa. No obstante se lo tiene algo así como el “padre de la democracia”. Cuestión eminentemente contracultural ya que el pueblo puso sus muertos y su miseria y él resultó ser algo así como el providencial que se llevó todos los méritos. Atroz mentira.
  • “Abolir la verdad” mediante el peligrosísimo método de ofrecer algo que se parezca a la verdad, pero que no lo es. Este modo de abordar la realidad, es tan enfermo e hijo de puta que su prevalencia en el sistema de pensamiento progresista, evidencia un grado de perversión y de alineamiento con la contracultura que es desvastador para los argentinos.

–   La tragedia de creer que nada se puede hacer.

            –   La avanzada descristianización de nuestro pueblo, a pesar de lo cual

           seguimos siendo mayoritariamente cristianos y católicos.

Dice la Virgen María a Gladys Motta en San Nicolás (8):       

 “En todos los lugares del mundo, donde han sido dados mis Mensajes, parecería que se predicó en cementerios, no hubo la respuesta que quiere el Señor.

Por eso tu Pueblo fue elegido, predica para que tus hermanos respondan al llamado del Señor nuestro Dios. Amén. Amén.”

Y nuevamente le deja otro mensaje para el Pueblo (9) “Bienaventurados sean los que temen el juicio de Dios. Yo busqué a tu Pueblo, pero espero que tu Pueblo me busque a Mi, entonces veréis que la Madre no abandona a sus hijos.”

No podemos pedir una señal más clara y contundente sobre lo que anida en el espíritu del Pueblo Argentino. Si lo vamos a respetar o no, si lo vamos a fortalecer o no, sino  vamos a renunciar a él y si vamos a hacerlo sinónimo de victoria frente a la tragedia de la civilización contemporánea, ya es una tarea indelegablemente nuestra.

–   En convertir a la política en una mala palabra, cuando es un arte noble dirigido hacia el bien común. Lo que ocurrió fue y es, que una enorme cantidad de políticos no fueron ni son tan nobles, ni pensaron y ni piensan en el bien común, sino solo en su “salvación”. La política para ellos no es un servicio.

 – En la destrucción, una vez más, de los partidos políticos como supuesta herramienta de participación en las decisiones colectivas. Aunque por definición y naturaleza nunca lo habían sido ni tampoco lo podrían ser, la brecha con el pueblo y su inutilidad se ahondó a distancias siderales. “Que se vayan todos”, fue la voz popular en 2002/3 dirigida particularmente a los partidos políticos por su incapacidad intrínseca de contener y conducir a nadie, excepto a las hojas de un padrón de afiliados. (10) Pero se quedaron todos!

El Partido Justicialista fue en esto el blanco preferido de la contracultura, en tanto que sobre él se predicó la idea de que el Peronismo debía cristalizarse como un partido “democrático, prolijo y juicioso” y su expresión orgánica solo como un partido más dentro del circo de la partidocracia demoliberal burguesa. Lo consiguieron con la complicidad de buena parte de la dirigencia “peronista”.

Va de suyo que esto es, en rigor, para el Peronismo, nada más alejado de su naturaleza como movimiento y al servicio de la Comunidad Organizada como meta de lo que debe ser una democracia social, orgánica y directa,  abismalmente diferente de la democracia indirecta representativa, pero la maniobra prosperó como dijimos. El Partido Justicialista es hoy solo una marca para procurar ganar votos y se inculca la idea que el Peronismo debe ser solo lo que emane del mismo. Pero vaya ironía y contradicción, solo es una cáscara vacía de todo contenido y capacidad de movilización y encuadramiento. Nunca la tuvo en realidad. Su función era solamente la de ser la herramienta electoral del Movimiento Peronista. Y este también fue blanco privilegiado del demoliberalismo, vía por la cual intentó con éxito destruirlo en su orgánica.

– El Modelo Argentino para el Proyecto Nacional, propuesta presentada por el Gral. Perón el 1º de mayo de 1974, fue ignorado por casi cinco décadas. Volveremos más adelante sobre este punto.

  • En la destrucción de la familia argentina, la más antigua de nuestras instituciones y lugar natural de maduración del hombre y la mujer argentinos. Es un objetivo central de la contracultura encarnada en el feminismo y en la ideología de género. Estos, originados en la Europa del siglo pasado, es decir ajenos al ser argentino e hispanoamericano, jamás habían podido hacer pié en la Argentina tal cual como se verifica hoy con la ausencia de la figura paterna en el hogar, en parte por esa ideología y en parte por la expulsión del hombre en el trabajo. El lugar fue ocupado ciertamente por la mujer, pero en contra de la naturaleza de lo que imaginamos como familia.

   Es aceptado como lo más natural del mundo, un grupo familiar con una madre y tres o cuatro padres ausentes casi todos ellos y  desconocidos por sus hijos.

  • El feminismo creció de la mano del progresismo. Se instaló una estafa descomunal al pretender que Evita de haber vivido hubiese sido feminista y la usan de “estandarte”. Para ello, la vistieron de verde en vez de difundir su pensamiento abiertamente antifeminista expuesto en su libro La Razón de mi Vida. He ahí la estafa. Inescrupulosos y amorales.

      Se abogó por la igualdad de derechos entre los géneros, cuando ya Perón y Evita la habían puesto en marcha, sin que cada uno perdiera su identidad y condición, como ya hemos dicho. Equidad ante todo, porque definitivamente no somos iguales. Parece mentira tener que subrayar esto. El feminismo es abiertamente contradictorio con esta realidad.

      Pretende el feminismo que la mujer haga lo que hace el hombre del mismo modo que este. Esa es su perdición, porque desnaturaliza a la mujer. Nadie pretende relegar a la mujer a ningún lugar secundario. Pero el feminismo no entiende de condición femenina ni la complementación entre ambos sexos. Solo ve competencia a muerte. Esa es su noción de la igualdad y de la equidad.

– Progresismo/populismo: con su aparición, la contracultura socialdemócrata en alianza con el liberalismo, intenta poner en tela de juicio el contenido y la práctica revolucionaria del Peronismo, asimilando este término con aquellos. El populismo reparte migajas para crear una ilusión de justicia social, cuando en realidad, para no hablar de la misma, hablan de inclusión social. El Peronismo no tiene nada que ver con esa mediocridad y mezquindad. Y que quede claro, clarísimo, cuando la contracultura y sus medios de desinformación equiparan reiteradamente, una y otra vez el Peronismo con el populismo, lo que quieren hacer, es ni más ni menos que rebajarlo y tergiversarlo en sus contenidos revolucionarios, los que son sistemáticamente ignorados perversa y deliberadamente.

Y además, porque el progresismo resulta ser una cultura británico-post marxista que pregona miserablemente la división, la famosa grieta.

Grieta que también viene inmediatamente después del cambio de imperio español por el inglés, independencia mediante.

Federales y unitarios; radicales y conservadores; peronistas y antiperonistas y ahora supuestamente los progresistas y los que “no lo son”: el movimiento nacional y el antinacional como síntesis de lo anterior.

Solo en Gral. Perón desde su grandeza pudo afirmar, “yo ya no soy más peronista” (11) y propuso la unidad nacional a través  de declarar como nueva verdad para los peronistas que “para un argentino no debe haber nada mejor que otro argentino”. Esta nueva verdad que supera y deja atrás la verdad número 6/20 de las que conforman las “Veinte verdades peronistas”. Después de la sangrienta dictadura militar que devastó a la Argentina entre 1976 y 1983, ningún gobierno, entiéndase bien, ninguno, supo asumir esta premisa como requisito hacia la unidad nacional y la fundación de una verdadera nación.

Todas las variantes liberales y socialdemócratas conocidas, lo único que hicieron fue ahondar y profundizar la grieta entre pobres y ricos (menos y más ricos y más y más pobres); entre los que supuestamente estaban con la “modernidad” (decadencia) del llamado primer mundo y los que no estamos con la misma. Y de remate, continuando con esta línea histórica del divisionismo y la desintegración, apareció el progresismo (falacia del verdadero progreso y de la justicia social) para marcar a fuego que, o se está con él o se está en contra, siendo esto último descalificatorio e irreconciliable para quienes lo enuncian de tal modo, cuando en realidad, ocultan o no comprenden que ese progresismo es la última destilación del antiperonismo profundo, oculto y enmascarado en “fuegos de artificios” de inclusión social en contra de la justicia social verdadera.

Y algo central, contribuyeron ostensiblemente a alejar también de la historia a Dios, convirtiéndonos en huérfanos de Padre.

Nuestra Fe fundante, la cristiana, la que los hispanoamericanos y argentinos portamos en nuestro adn, es atacada no solo incendiando iglesias, sino desde las expresiones políticas y contraculturales del poder, en la familia, las escuelas y en toda asociación comunitaria donde esté presente cualquier sentimiento argentino.  

Es la contracultura europea en retirada, decadencia y descomposición contra la cultura hispanoamericana y el futuro por delante.

  • En la arbitraria implantación de la Ideología de Género, especialmente en las escuelas y colegios, violentando con ella las inapelables leyes de la biología y comprometiendo seriamente la psiquis de la generación más joven con toda una importante gama de distorsiones psicopatológicas. Todo ello no permitiendo, obstaculizando, estigmatizando negativamente y prohibiendo literalmente en muchos casos, las expresiones contrarias a los postulados de la ideología de género a los padres de alumnos que así lo consideran. El mote que se han ganado de dictadura de género no es casual y está absolutamente justificado. Y el daño que están causando en niños, adolescentes y jóvenes es descomunal. Es un estrago y es violencia. Inaceptable.
  • El retroceso en la educación es ostensible, manifiesto y evidente.

Enorme cantidad niños y jóvenes no alcanzan niveles de aprendizaje y rendimiento aceptables, tanto en mediciones propias como internacionales. La escuela pública está en retroceso a favor de la privada, en casi medio millón de chicos y jóvenes que migraron en las últimas dos décadas de la primera a la segunda. Signo inequívoco.

Los bajos niveles de comprensión de textos revelan claramente que la instrucción no provee las herramientas necesarias y dirige el aprendizaje hacia cualquier lado, y encima con paupérrimas exigencias por parte de muchos docentes en el cumplimiento de los objetivos pedagógicos, por comodidad, pereza intelectual o simplemente por miedo a las autoridades de la educación o a su sindicato. La familia argentina y la docencia, ambas, comprometidas en este dramático déficit.

  • La política del aborto se abatió sobre la Argentina respondiendo a los más espurios intereses antinacionales y antihumanos, tal cual son los que vienen desde la década del 60/70 con los Rockefeller y Kissinger (12) y la prédica de que el mundo debe encaminarse hacia la reducción y reordenamiento de la población mediante el aborto, el hambre y las epidemias (Cualquier analogía con el COVID 19 presente, no es ninguna casualidad).

Esto presupone ir contra la biología y desconocer que hay vida desde la concepción. Una evidencia que se empeñan en desconocer, muchas veces con deplorables y paupérrimos argumentos y la convierten en tragedia. La contracultura de la muerte contra la cultura de la vida.

Y nuevamente el evitismo estafa. A Evita le debemos este pensamiento: “El vientre de la mujer es la cuna sagrada donde se genera la  vida.” El progresismo, el abortismo y el evitismo no hacen ninguna referencia ni explicación sobre el mismo. Lo ignoran y dicen lo que suponen que Evita habría dicho según lo que les hubiese convenido escuchar, pero que en realidad  nunca dijo. Otra vez desconocen su pensamiento, su palabra y vulneran su memoria. Mienten.

Además, se deja ver en este punto una distorsión psicológica importante al negar la realidad. La negación es un mecanismo de defensa que revela una psicopatología innegable. Los progresistas están enfermos porque niegan y acomodan la realidad a sus deseos.

La contradicen ajustándola a sus pretensiones y voluntad  en forma independiente a cuan objetiva sea aquella. Así cualquiera puede decir cualquier cosa, inventar un número que la exprese y será así una pretendida realidad solo por el hecho de que es lo que la persona desea que sea. Es el reino de las estadísticas mentirosas. Es el culto de la mentira verdad, o sea de la falacia, o sea “la realidad es según sean mis deseos”, cuando en rigor la realidad es lo que es independientemente de los mismos.

  • Como quedó dicho, las políticas económico financieras del despojo y la usura, provocaron por lo menos tres generaciones de argentinos sin trabajo formal y estable, con precariedad y sin beneficio social Destinatario, el sexo masculino en particular.

–  El trabajo dejó de ser una dignidad y un derecho y se convirtió en una limosna sin leyes laborales, las que se vieron y ven vulneradas cuantas veces el poder lo precisó y lo precisa. Un dato contracultural y social de primer orden que el progresismo no puede explicar.

  • Desaparición o “flexibilización” (término eufemístico) de las leyes laborales. Ejemplo: se han naturalizado las relaciones laborales informales y el trabajo por 12 hs sin importar edades ni descansos inexistentes. Hace un siglo y medio la humanidad luchaba por las 8 hs de trabajo. Solo Dios sabrá cuantas vidas costó la lucha hasta llegar a esa conquista. Hoy retrocedimos y a pocos le preocupa la situación.

–   Se inculcó y se puso en práctica masivamente la política de subsidios al no trabajo. Un ejemplo claro de contracultura socialdemócrata europea. Vivir con las migajas arrojadas por el poder.

Frente a esto pareciera que se intenta dejar atrás la máxima del Gral. Perón en cuanto a que No existe para el Peronismo  más que una sola clase de hombres: los que trabajan”.

  • La inclusión social o el disfraz de un fraude. Dicho término se popularizó e invadió el idioma y las intenciones políticas desde 2002 en adelante, especialmente con el kirchnerismo y aún con el nefasto macrismo que mantuvo actualizados los subsidios a movimientos populares. Ninguno de los dos creó trabajo genuino y estable para salir de la precariedad de un plan o de un subsidio.

Debe entenderse y convenirse que con el estado de desastre social en el que se encontraba la Argentina después de la crisis de 2001, la inclusión social no solo era necesaria, sino imprescindible. Millones de argentinos en la calle que debían comer y abrigarse. Todos los planes y medidas para paliar la emergencia estaban absolutamente justificados. Pero solo temporalmente.

Con el correr de los años el concepto se quedó en la sociedad argentina, lo mismo que aquellos planes, el clientelismo político y el trabajo precario. Claro, estaban todos incluidos y comían. Muy cierto. Tanto como que paralelamente desapareció por completo el concepto y el objetivo de la Justicia Social. ¿Por que razón? Porque la Justicia Social, remueve y resuelve las situaciones de injusticia haciéndolas desaparecer. La inclusión social es solo un remedo para hacer que algunos puedan consumir, pero sin solucionar en absoluto las razones por las cuales se hallan en la pobreza y/o en la semiesclavitud. Y tampoco les interesa a sus mentores terminar con la injusticia, porque ello daría por concluido el negocio de la pobreza y el clientelismo político. (13) Otro dato contracultural de primerísimo orden.

¿De que otro modo podía el kirchnerismo haber terminado sus 12 años de gobierno con casi 40% de mano de obra en negro, 30% de pobreza y millones de planes sociales, sino hubiese sostenido esa política y encima calificándola como “década ganada”? Europa, que resulta ser el paraíso de los subsidios, fue el modelo a seguir. Nada de Justicia Social, mucho de injusticia social, eso sí, consumiendo lo mínimo con la inclusión social. ¿Ese es el objetivo al que aspiramos los argentinos?

  • El odio de clases que se sembró al rotular como “negros de mierda” a la mitad de los argentinos. Una renuncia expresa al Evangelio de Jesús. Y también por el odio que es intrínseco a la sociedad de consumo, máxime con una pedagogía de competencia que por décadas se encargó de fomentarlo. Hay odiadores profesionales. Es una nueva función que creó el sistema, que trasmiten a otros aprendices de cualquier clase social.

  

Mentira verdad

“Las deudas hay que pagarlas, las estafas no” (14)

– La mentira y el engaño se adueñaron de gran parte de las relaciones personales e institucionales de nuestra vida.

Se acepta naturalmente que lo que se escucha es mentira, a cambio de medrar con alguna ventajita, conveniencia o mezquindad.

El discurso político está tan desprestigiado, que una importantísima porción de argentinos tiene por seguro que es altamente improbable que lo que escucha de boca de un político vaya a cumplirse. Un drama que desgraciadamente arrastra a toda la política como actividad.

Cristina Kirchner cuando sube a escena y pone en juego sus innegables dotes de artista, hace e hizo un culto de la mentira-verdad. Sus disparatadas afirmaciones siempre estuvieron dichas con gran énfasis, locuacidad y emotividad, lo que tapaban y/o nublaban la verdad de los hechos.

Ejemplo: la pobreza era supuestamente del 5% cuando ya había superado holgadamente el 20% (cuatro veces más) y se acercaba al 30%. Y de remate, un coro de estúpidos y aturdidos aplaudidores le devolvían su asentimiento.

Otro ejemplo: para explicar el irreal desendeudamiento dijo “somos pagadores seriales”. Nadie de los que en otros tiempos levantaban banderas contra la deuda externa se atrevió a cuestionar semejante afrenta a la soberanía. Por el contrario la aplaudieron a rabiar. Y nadie, empezando por la ex presidente explicó porque su gobierno finalizó su segundo período con una deuda pública de más de u$s 240.000 millones (15) y porque ignoró el fallo del juez Ballesteros en la causa Olmos, Alejandro, cuando dice que se desconoce el monto de la deuda después de 18 años de investigaciones y resuelve su envío al Congreso de la Nación para la prosecución de la investigación y a las acciones a que dieran lugar.

Y, siendo una “deuda” contraída por la dictadura militar, ningún gobierno, entiéndase bien ninguno, se atrevió a denunciar el carácter fraudulento de las sucesivas deudas que nos reclama la usura internacional desde la dictadura cívico militar iniciada en 1976. Como tampoco a cumplir con el mencionado fallo del juez Ballesteros que califica a la pretendida deuda como ilegal, inmoral, ilegítima y fraudulenta, además de desconocer el monto de la misma.

Hipócritas y cínicos que hablan de “honrar deudas” y de “desendeudamiento”. Nadie investigó nada. La contracultura de la falacia, hace de una mentira una supuesta verdad.

¿Alguien puede calcular el daño inferido a la salud y al bienestar de los argentinos por tantos años de pagar deudas ilegítimas y fraudulentas?

Los que se declararon “pagadores seriales”, como es el caso de la ex presidente, tienen la palabra y la obligación de hacerse cargo por el estrago social que causaron.

– La droga impuso su presencia entre los argentinos de la mano de los intereses de una parte importante de la dirigencia política; del sistema financiero que sirvió para lavar los cuantiosos dineros del narcotráfico; de la corrupción de sectores de la justicia y de las fuerzas de seguridad; de la ideología socialdemócrata que predica abiertamente la permisividad en todas las relaciones humanas y en particular del ámbito propicio que le facilitó una significativa porción de nuestro pueblo. No hay consumo ni narcotráfico en un pueblo que está sano. Si los hay es porque está enfermo, tal cual es nuestro caso. La debilidad emergente de esta situación, contribuye considerablemente a la dependencia y a la colonización.

El crecimiento del consumo de droga y el narcotráfico entre los argentinos, creció exponencialmente en las últimas décadas y dejamos al lector para que lo corrobore con la fuente de su preferencia. Todas dan un número de espanto y no hay argentino que no lo sepa.

Si la curva de crecimiento es la que es, ya que nadie la discute ¿Qué tienen para decir cada uno de los gobiernos donde creció el consumo y el narcotráfico? ¿Qué hicieron para combatirlo? ¿Qué grado de complicidad tuvieron? Hablen señores, sin estupideces, ni falacias y respetando nuestra inteligencia.

 –   Entre 2001  y 2018 hubo en la Argentina más de 46.000 asesinatos. ( 16) contra todas las políticas de seguridad y bienestar que dicen haber implementado los distintos gobiernos del período. ¿Quien puede explicar este baño de sangre?

La delincuencia, el delito y la criminalidad, se explican por más de un factor concurrente. Muchos de ellos son socio-económico-culturales.

Durante su presidencia el Gral. Perón, habiendo nombrado como director del Servicio Penitenciario Federal a Roberto Pettinato recibe de este una afirmación como la que sigue textualmente: “Mi general, nos estamos quedando sin presos”. (17)

Obviamente el bienestar socio económico que reinaba en nuestro país desalentaba el delito. Pero también la educación más la cultura cristiana y solidaria que se respiraba en nuestra comunidad, junto a las excelentes relaciones personales entre sus miembros y en la vida familiar, habían producido ese singular fenómeno de reducción de presos.

En las últimas décadas, el exponencial crecimiento de la criminalidad y del delito en todas sus formas, se vio acompañado e incentivado por la droga, por la corrupción, por la permisividad y por la increíble y asombrosa incitación desde lo más alto de poder político. Nuevamente la ex presidente Cristina Kirchner aparece elogiando y ponderando a los “barras bravas” del fútbol, con su “admiración y respeto”,  sabiendo que entre esos grupos habita la criminalidad y la violencia extrema. O financiando la ida de esos mismos grupos al mundial de fútbol de Sudáfrica con la denominación de “Hinchadas unidas”. U organizando en las cárceles el famoso “Vatayón militante”: con los peores criminales saliendo de la cárcel a manifestar en los actos del gobierno.

O la nefasta y aciaga doctrina Zaffaroni, esto es, no ya solamente su garantismo para los delincuentes, sino su manifiesta intención de abolir las penas, con lo cual ya no se lo considera a este abogado como garantista, sino como abolicionista.

A todo esto desde su estrado de presidente, Cristina Kirchner, además de fastidiar y aburrir con incontables discursos por cadena nacional, casi nunca se refirió a la violencia y al delito, sobrando los dedos de una mano para contar esas poquísimas ocasiones. En relación a la pandemia de la droga y el narcotráfico, simplemente no se recuerda ocasión alguna en que lo haya hecho.

–  La desaparición del Estado en sus funciones primarias e indelegables. Lo que queda de él es solo una estructura burocrática que cumple dos funciones centrales. La primera es garantizar la renta financiera de los capitales especulativos y el endeudamiento eterno medido en generaciones hacia delante. La segunda es ser el reservorio del clientelismo político que se nutre de él y lo desangra como la hemofilia al cuerpo humano. Es un botín, un trofeo y como tal, está “permitido” saquearlo.

Todas las demás funciones que debiera cumplir están estigmatizadas por  su ausencia, incapacidad e inoperatividad por los propios destinatarios. Es el Estado Ausente.

¿En que lugar de la cultura se pueden colocar todos y cada uno de los  hechos que hemos enumerado?

 

La república, la famosa republica!

La contracultura en su máxima expresión. 

Se ha consagrado contraculturalmente una imposición, la de definir a la república, sin decir lo que realmente es. Su sola su mención inscribe un criterio de veracidad (no se sabe bien de que), legitimidad y de lo “políticamente correcto”. Quien no está con la república está afuera de todo. Una falsedad y una trampa. De cual república hablan? Porque hay más de una posible. No lo aclaran, esa es la trampa.

Y hay que saber, que esta república a la que se refieren, la liberal, la  de la democracia burguesa y representativa,  se forjó en la Revolución Francesa hace 230 años, que está desgastada, que no responde a las necesidades de los pueblos y que es refugio de pequeñas minorías que bajo su manto hacen el negocio de detentar las tomas de decisiones, cuando, en el siglo XXI, estas debieran estas en formas orgánicas que garanticen la participación colectiva en las mismas y en sus ejecuciones.

Cuando uno escucha a dirigentes que son en esencia, artículos de museo por su concepción, decir la república y repetirlo infinidad de veces, es porque está presente el engaño de preservar el sistema que niega la participación del Pueblo.

El sistema de partidos políticos es su cobertura legal, sino se adhiere al mismo se está afuera y cualquier planteo es mal llamado “utópico”, recordando que para los griegos utópico era lo que aún no tenía lugar, no lo irrealizable. Esto último como afirmación es verdadera estafa, porque los republicanos conocen perfectamente la verdadera acepción de la palabra.

Se les propone a ellos y a quienes los escuchan un simple ejercicio. Preguntarse: ¿Que le hubiese dicho un noble francés a un republicano en 1789? Que su propuesta de revolución era irrealizable y que lo “políticamente correcto” era la monarquía. Sin embargo con la Revolución Francesa terminó una etapa en los sistemas políticos de la humanidad al caer las monarquías, los nobles perdieron unas cuantas cabezas, la revolución triunfó y de eso han pasado ya más de dos siglos. Ahora, se terminó, ya fueron. Ya hicieron lo suyo y la humanidad se hunde en la pobreza y la desigualdad. Es otra hora, la de los pueblos, al decir de Perón.

  

Razón de supervivencia

Así es como está planteada la cuestión cultural en la Argentina. O somos lo que debemos ser o vamos camino de ser cualquier cosa totalmente desvinculados de nuestra historia, nuestra idiosincrasia, nuestro modo de sentir, de ser y de nuestro destino. De ser verdaderamente felices. De todo lo que nos hace continuadores de la cultura hispanoamericana, es decir de la síntesis de lo hispánico confundido con lo autóctono de los pueblos originarios de América.

“Somos indios, somos españoles, somos latinos, somos negros, pero somos lo que somos y no queremos ser otra cosa”, es el decir de un gran argentino como Manuel Ugarte (18)  y que se transforma en una guía para la tarea que debemos hacer. Es el trazado de un curso de acción. Del resultado de toda esa fusión deriva la ética de lo que somos. Pero, a condición de que pongamos la voluntad de cumplirla. Por si sola no habrá de consumarse.

Si nos vamos a dejar condicionar, como ocurre en el presente, por la contracultura de la muerte, del egoísmo y del individualismo liberal burgués, capitalista y su derivación progresista, las consecuencias están a la vista. Es la voluntad de cambiar y de resucitar como dice del Papa Francisco  lo que producirá el cambio de rumbo. Nada nos será regalado. Sin nuestra propia intervención, no hay destino que se cumpla.

  

El presente y el porvenir inmediato

Pareciera que la comunidad argentina hubiese “tocado fondo”, pero esto no es así ya que siempre se puede estar peor. La historia de la humanidad lo demuestra.

En rigor, si el panorama es ciertamente desolador, no podemos dejar de advertir que el poder internacional del dinero y la contracultura apunta a dar pasos extremos que comprometen nuestra supervivencia como Nación. Consumada la disgregación social, la partición territorial es una amenaza cierta. Quien no crea en esta posibilidad, debe repasar la geografía política del planeta en los últimos 150 años y tratar de encontrar dos mapas iguales con diferencias de 20 ó 30 años.

La exhortación y el vaticinio del Gral. Perón sobre lo que puede suceder de aquí en más, debiera movilizar hasta la última fibra de los argentinos para lo que debe ser una misión nacional.

Esa advertencia es:

“Debemos cuidar el agua dulce y los recursos naturales fósiles y renovables, porque los imperios vendrán por ellos, con nosotros o sin nosotros.

Van a venir por nuestros recursos naturales. Por nuestros minerales, por el petróleo, por el agua, por la comida. Para lograr eso nos necesitan débiles y para lograrlo nos quieren indefensos, que ellos sean nuestros financistas y que seamos cada vez menos” (19) Cualquier semejanza con el presente no es ninguna casualidad y se están cumpliendo esos designios. No tenemos fuerzas armadas con mínima capacidad de defensa; estamos entrapados en una deuda eterna, irreal, ilegítima, desconocida y odiosa, y estamos despoblados en relación a la enorme geografía de nuestro territorio, con la política internacional del aborto abatiéndose sobre nosotros. Es decir, sin defensa, hipotecados al infinito y siendo pocos para el territorio que tenemos, el imperio nos dice que no seamos más.

La contracultura apuntala todas estas políticas y algunos argentinos   “operados mentalmente” están dispuestos a justificar esta tragedia de mil modos, refugiados en la siniestra idea de salvarse a sí mismos despreciando cualquier emprendimiento colectivo y obviamente contribuyendo a incrementar nuestra debilidad.

Sin embargo la realidad, que es ineluctable, nos está indicando lo extremadamente vulnerables que somos en todos los terrenos de nuestras vidas, paradójicamente en la medida que nos encerramos puertas adentro. Ejemplo, la pandemia del Covid-19.

Todo esto va a seguir sucediendo y profundizándose, a menos que seamos capaces de torcer el rumbo.

  

Proyecto Nacional  

Estamos en mora

Hace cuarenta y siete años, el 1º de mayo de 1974 el Gral. Perón en su discurso de apertura a las sesiones ordinarias del Congreso Nacional, adelantaba una propuesta que iba a realizar al Pueblo Argentino. Se trataba del Modelo Argentino para el Proyecto Nacional, el que luego se conocería completo y con el formato de libro en varias ediciones.

Desde aquel entonces hasta el presente el trabajo no pasó más que de ser conocido bajo el modo mencionado, pero de ninguna forma fue puesto a consideración de la comunidad argentina para su formulación definitiva y ejecución.

Es sabido que una nación que se precie de tal deberá contar, no solo con un pasado histórico y presente que lo ameriten, sino también con el grado de conciencia necesario para que, deteniendo las urgencias políticas del momento, saber formular un proyecto que contenga a todos, o al menos a la inmensa mayoría de su pueblo en grandes coincidencias por encima de sus diferencias, las que deberán quedar en  un segundo plano.

No es otra cosa lo que tienen las naciones que lo son, aún sin grandes definiciones escritas o teóricas, pero sí con una conciencia profunda y compartida de cual son los intereses nacionales y las necesidades de su pueblo.

Lo cierto es que aquella grandeza del Gral. Perón ha sido desoída  durante todos estos años y no casualmente. En su propuesta está contenida una reforma política donde deben tener cabida en las tomas  de decisiones y en la ejecución de las acciones,  las organizaciones libres del pueblo además de los mecanismos conocidos en los partidos políticos. Esto, entre muchos otros ítems del trabajo, sería desde ya un gigantesco paso, no definitivo aún, hacia la Comunidad Organizada e implicaría un desafío hacia la constitución de una verdadera nación, la que por la definición liberal está acotada solo a la organización del estado. Se entiende entonces porque el horizonte político de la partidocracia demoliberal y socialdemócrata, incluyendo por supuesto al Partido Justicialista, no ha querido comprometerse en formular un proyecto nacional poniendo a consideración el modelo propuesto por el Gral. Perón. Prevaleció el egoísmo, la miopía y la descompuesta y atrasada concepción de que el sistema político se sostiene solo con los partidos políticos, los que en rigor de verdad vienen a resultar a esta altura del partido un artículo de museo. Vivencian y sienten la propuesta como una amenaza a sus intereses, lo que es cierto en el sentido de que caminamos hacia una democracia directa y más participativa, sin percatarse que son la contracultura del atraso.

Y de remate el progresismo desintegrador y fracturista afirma por boca de Cristina Kirchner, “Vamos por todo”, (20) cuando debió haber dicho vayamos por todo, involucrando de ese modo a la mayor cantidad de argentinos posible tal cual lo hace el Gral. Perón en su propuesta y no solamente a su secta.

Deben entender de una vez por todas que cabalgamos sobre la evolución y esta indica que las decisiones en el porvenir deben estar en manos de todos. Estamos en mora y es tiempo de avanzar hacia una democracia social, orgánica y directa.

  

Crisis y oportunidad

Como hemos afirmado, han pasado en estas décadas múltiples oportunidades para levantarnos sobre nuestra declinación.

Cada una de las crisis político económicas que hemos sufrido en esas mismas décadas dejaron ver por encima de las explosiones sociales que acompañaron a cada una de ellas una carencia profunda, tal cual es la de no contar con un proyecto común que nos involucre a todos, al menos a la inmensa mayoría.

Después de terminada la dictadura cívico militar de 1976-1983, todos los gobiernos hablaron y enunciaron supuestas políticas de estado. Mintieron. Lo que debieron decir fue que esas supuestas políticas de estados eran en realidad, sus propias políticas. Pero de ningún modo lo que supone una política de estado en cuanto a su aprobación y consenso por la mayoría del pueblo. Esto se obtiene mediante la formulación de un proyecto nacional, según lo hemos apuntado anteriormente. No hay política de estado de otro modo. Y no hay proyecto integrador y revolucionario para la comunidad sino somos capaces de formular ese proyecto nacional, transitorio hacia la Comunidad Organizada.

Esta carencia fundamental en la vida de nuestra Nación, conllevó y se retroalimentó con la decadencia que hemos apuntado en forma detallada anteriormente.

  

Tiempos de pandemia y tiempos para tener

“Un plan para resucitar”, Papa Francisco (21)

Pareciera que la oportunidad tantas veces desperdiciada por los argentinos se presenta nuevamente, esta vez asociada con la necesidad de resucitar, tal como lo plantea nuestro Papa Francisco. Es que la crisis y decadencia mundial también ha llegado a un punto en cual, que de seguir en avance,  la transformación necesaria sería de una complicación más que formidable, cosa que ya lo es ahora.

La pandemia del COVID 19 azuza la inteligencia humana y la pone descarnadamente frente a un nuevo escenario. Imperioso e ineludible por razones de supervivencia.

Creada o no; desde alguno de los bandos en pugna, China o USA, es un arma política devastadora destinada a controlar la población, lo mismo que el aborto, el hambre y las guerras convencionales.

Es muy previsible que la humanidad se enfrente con más pandemias hoy desconocidas, excepto por los poderosos que las mantienen en sus laboratorios, pero que casi inexorablemente las van a diseminar por el mundo. Estar preparados para enfrentar las mismas, es igual que decir que nos debemos refundar como nación o resucitar en el lenguaje de Francisco en su última propuesta.

Esto también es lo mismo que pensar, formular y poner en acción un Modelo Argentino donde se encaren sin vueltas diez, doce, quince grandes políticas que contengan a todos los argentinos y que permitan continuar viviendo en un país, en principio y en un continente luego, que merezcan ser vividos.

El aporte del Papa es más que significativo y oportuno. Estamos en la crisis de la crisis y la humanidad se debe a si misma un “plan para resucitar” con el objetivo de salvar a la especie y al planeta.

A propósito, leemos en un reciente documento/separata de la revista Hechos e Ideas lo siguiente:

“…Las decisiones a nivel global se operan desde un universo virtual, que busca la rentabilidad sobre cualquier consideración. Se utilizan para estos fines el poder militar, el monopolio a nivel global de los recursos estratégicos y el despliegue de los medios de comunicación masiva como una usina ideológica. Sobre esta base no puede asombrarnos que se abandonen los roles reguladores mínimos del Estado y se avance en la destrucción sistemática de la vida humana y del entorno natural.

Este es el marco que condiciona la respuesta a la pandemia a escala planetaria. Consideramos que muestra una crisis terminal del sistema y la necesidad de inicio de una etapa que implica no sólo nuevos comportamientos sociales, sino que instala nuevos paradigmas del pensamiento y la acción….”

Y pensamos, si esta es la situación planetaria, la nuestra no es muy diferente por idénticas razones. ¿Cual es hoy la razón para no ponernos de pie?

  

Convocatoria

“Retomemos nuestra misión con mayor decisión no perdamos la esperanza”.

La unidad continental

Nuestro plan para resucitar debe estar contenido, como ya hemos dicho anteriormente, en la formulación de un Modelo Argentino para el Proyecto Nacional y de la Patria Grande.

Sería inexcusable, después de tantas y tantas oportunidades desperdiciadas, volver a dejar transcurrir el tiempo como si nuestra situación como nación y como personas, no nos demandase que lo hiciésemos finalmente.

Proponemos concretamente avanzar primeramente hacia la constitución de una asamblea que tenga por objetivo primario, el de crear un Consejo/Concejo para el diseño, formulación y convocatoria a toda la comunidad de un modelo como el que hemos definido, sin exclusiones y pensando que lo que debe unirnos son aquellas cosas en las que coincidimos, dejando en un segundo plano las diferencias políticas secundarias.

Es el desafío que las actuales generaciones nos debemos a sí mismas, hacer una verdadera Revolución Cultural.

Finalmente, extender la convocatoria a todos los organismos y asociaciones de carácter continental donde tengan cabida el sentir y la acción de los pueblos hermanos. No habrá ningún éxito asegurado si el emprendimiento nacional, no está contenido en uno continental, el de la Patria Grande.

Notas

(1) La sentencia citada como subtítulo es del por entonces Tte. Cnel. Hugo Chávez Frías y estuvo referida al futuro inmediato de Venezuela después de una derrota militar para tomar el poder el 04-02-1992 y que lo tuvo como partícipe, y que luego se cristalizó en una rotunda victoria a partir de contar con el concurso de la mayoría de su Pueblo. Conocemos los hechos y el destino que le auguró ganando las elecciones y modificando con el voto popular la Constitución de Venezuela. Supieron salir del pozo y de la tristeza de la miseria, aunque el presente tenga muy poco que ver con aquello.
Podemos adoptarla diciendo “esto sigue así, por ahora”, pero a condición de ejecutar las acciones colectivamente.
(2) Fiorentino, Norberto .
(3) Zampetti, Arturo-La Sociedad Participativa
(4) Perón, Juan D.
(5)Frente al advenimiento del Peronismo-Conversación entre Alejandro Álvarez y Roberto Maffeis – https://historiadelperonismo.com/?p=3201
(6 ) Perón, Juan D. –Discurso del 12-06-74 por la mañana
(7) Coricca, Juan C.
(8) Mensaje de la Virgen María del Rosario de San Nicolás a Gladys Motta
(9) Ibidem
(10) El punto de quiebre de los partidos políticos como forma orgánica es el 06-09-1930, cuando la U.C.R. no puede hacer nada que imposibilite la caída de Hipólito Yrigoyen. Su propia naturaleza se lo impide.
(11) Perón, Juan D. – Grabación enviada desde Madrid, 1971
(12) Kissinger, H. – Memorandun de Seguridad Nacional Nº 200/1974
(13) En los discursos de Néstor y Cristina Kirchner: la Justicia Social ausente.
(14) Olmos, Alejandro – Demandante por la deuda externa. El 13-07-2000 el juez Jorge Ballesteros, emitió su fallo en la causa iniciada por Olmos en 1982 contra los que contrataron la supuesta deuda externa en tiempos de la dictadura militar. En dicho fallo el juez afirma en las conclusiones que “inexistentes resultaban los registros contables de la deuda externa” (SIC). Esto después de 18 años de investigación.
«La deuda había ocasionado más muertes que los 30.000 desaparecidos de la dictadura», según Alejandro Olmos Gaona, hijo del demandante por la deuda externa en carta enviada a la entonces presidente Cristina Kirchner en 2012.
El gobierno kirchnerista, en 2014 o sea 14 años después del fallo del juez Ballesteros y mediante la ley Nº 26.984, creó la Comisión Bicameral Permanente de Seguimiento de la Deuda Exterior. Se desconoce alguna conclusión y/o resolución.
(15) Secretaria de Finanzas, Gobierno de Cristina Kirchner, 09-12-2015 (un día antes de entregar el gobierno y habiéndola ocultado desde 2014)
(16) Ministerio de Seguridad de la Nación
(17) Perón, Juan D., su testimonio sobre los dichos de Roberto Pettinato-Grabación citada.
(18 ) Ugarte, Manuel Baldomero, 1912
(19) Perón, Juan D., 1974
(20) Kirchner, Cristina-Rosario, 27-02-2012
(21) Papa Francisco-Un plan para resucitar, Revista Vida Nueva, España, 17-04-2020

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