EL RENUNCIAMIENTO DE EVITA A
LA CANDIDATURA
A VICEPRESIDENTE
DE LA NACIÓN
22 de Agosto de 1951
Cabildo Abierto del Movimiento Peronista
Av. 9 de Julio-Ciudad de Buenos Aires
31 de Agosto de 1951
Mensaje por la Cadena Nacional de Radiodifusión
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Evita pronunciando su discurso en la Avda. 9 de Julio
de la Ciudad de Buenos Aires
22-08-1951
Vista del palco sobre la Avda. 9 de Julio y la calle Moreno de la
Ciudad de Buenos Aires
Este singular, dramático y trascendente hecho ha sido analizado y caracterizado de distintas formas y ha sido sujeto de diversas interpretaciones. Una amplia mayoría de estas responden a sectores no peronistas o directamente antiperonistas. Descargan los mismos, una visión teñida por distintas taras, desviaciones, falacias y odios derivados de prejuicios e intereses políticos. El resultado: aparecen muy lejos de la verdad.
La propuesta de nuestro estudio es examinar e investigar el cuadro de situación en el que ocurre el renunciamiento, quienes participaron del Cabildo Abierto, las consecuencias y sobre todo el testimonio de Evita, principal protagonista de un hecho de esta magnitud que lo acerca a uno de los más grandes gestos de desprendimiento humano y político, y también de democracia directa.
Precisamente el testimonio de Evita recogido de su discurso en la Av. 9 de Julio y de su mensaje por la Cadena Nacional de Radiodifusión, es soslayado sistemáticamente por quienes para explicar el hecho quieren encontrar razones donde no existían o si las hubiese habido no contaban para la decisión tomada, pero que en realidad, lo que necesitan es justificar sus propias teorías.
Para nosotros es capital hacer pie en ese testimonio, porque no es posible ignorar lo que dice la propia Evita de este trascendental hecho histórico.
Las elecciones presidenciales de 1951
El primer periodo presidencial de Perón habrá de concluir el 4 de junio de 1952. Por esta razón fue que se programaron las elecciones presidenciales para el 11 de noviembre de 1951.
Los partidos, entre ellos el Partido Peronista, deben elegir sus candidatos.
Para el caso que nos ocupa el Movimiento Peronista en su conjunto, ha dispuesto la realización de un gran acto a realizarse el 22 de agosto de ese año en la Avda. 9 de Julio de la ciudad de Buenos Aires.
Cabildo Abierto del Peronismo. ¿Por qué?
El acto que se proyecta es para elegir su fórmula presidencial y ha sido denominado Cabildo Abierto del Movimiento Peronista y cabe preguntarse por que razón no se fue a un procedimiento eleccionario del Consejo Superior del Partido y/o congreso partidario, aunque hubiese habido una sola fórmula y si se recurrió a la realización de este evento con esa característica.
La razón es una sola. Porque el Peronismo es la continuidad histórica y culminación de siglos de prácticas de distintas formas de democracia directa como las que pueden hallarse, primero en la cultura hispánica y luego en la hispanoamericana.
Desde el siglo VIII en adelante y en razón de que la invasión del Islamismo a la Península Ibérica había generado en el norte del territorio el poblamiento por pequeñas comunidades que practicaron desde entonces la reunión del común, es decir de todos y a favor de que eran microcomunidades y podían congregarse, sesionar en asamblea y tomar decisiones colectivas, la cultura hispánica fue incubando primero y arraigando después ese tipo conciencia. Es el nacimiento de la democracia directa, de los concejos, de las asambleas, luego de los ayuntamientos o cabildos y dentro de estos los cabildos abiertos.
Este conjunto de orgánicas con profundo desarrollo en las comunidades hispánicas entre los siglos VIII y XV va a ser transvasado a América en la conquista y colonización. Serán incorporados junto a la conciencia que los sustenta y que los promueve hacia adelante en la nueva cultura hispanoamericana. Este proceso cultural tendrá el mismo desarrollo que la colonización y la mestización en los continentes centro y sur americano.
El Peronismo, como hemos dicho, es la culminación de todo este proceso al promover y ejecutar la orgánica que posibilita la más acabada organización para la democracia directa y para el ejercicio de la libertad real y profunda conocida hasta ese momento en Latinoamérica, la del Movimiento Peronista con sus tres grandes ramas y que no será la última porque, a su vez, no es perfecta, tendrá su desgaste y se proyectará hacia delante en algo todavía superior como es el proyecto de la Comunidad Organizada.
Así las cosas y situados en 1951, el Peronismo va a desarrollar este gigantesco acto, que es una gran asamblea, donde se ejercita la más pura democracia directa, como veremos más adelante, sin intermediarios entre los jefes Perón y Evita y el Pueblo que interviene decididamente en él, no solo asistiendo sino que dialoga con Evita y le expresa su sentir, por momentos un auténtico y dramático reclamo.
Orgánica del Movimiento Peronista
La misión de Evita
La conducción táctica
Para poder comprender mejor los motivos del renunciamiento de Evita a su candidatura a vicepresidente de la nación, es preciso penetrar en la orgánica del Movimiento Peronista, sus fundamentos y la misión de sus jefes.
*Diseño gráfico realizado por María Margarita Maffeis
Referencias:
P.P.F.: Partido Peronista Femenino.
P.P.M.: Partido Peronista Masculino.
F.E.P.: Fundación Eva Perón.
C.G.T.: Confederación General del Trabajo
V: Vanguardia
G: Grueso
R: Retaguardia
Orgánica del Movimiento Peronista
Descripción y fundamentos
Tres ramas o columnas de marcha. Cada una de ellas provee del espacio político y social para que cada persona elija libremente donde participar en la toma de decisiones y en la ejecución de las acciones. Es por lo tanto, un espacio para ejercer la libertad profunda.
Preserva la identidad y la especificidad de cada uno. Así, los trabajadores tienen su espacio, la mujer el propio y el hombre otro tanto. Son ajustados a cada condición y están articulados con los otros dos.
Es el espacio donde se resuelven no antagónicamente las contradicciones entre hombre-mujer; trabajador-empresario y adulto-joven colocando por delante de ellos un objetivo común: la liberación nacional. Inversamente, los partidos no permiten el desarrollo de espacios propios según cada condición, convirtiendo en antagónicas las contradicciones.
Cada uno responde a una táctica particular de la rama, ejercida por su Conducción Táctica, a la que encontramos en la vanguardia del dispositivo, pero vinculada estrechamente a la Conducción Estratégica. Evita es la Conducción Táctica en los sindicatos y en la C.G.T., en el P.P.F. y además conduce la F.E.P. Es absolutamente leal a Perón porque no tiene fines propios, sino los del conjunto que interpreta y ejecuta en su espacio político táctico.
Las tres ramas responden a la estrategia del conjunto, impartida y conducida por el conductor estratégico, Perón, a quién encontramos por detrás del dispositivo, porque es la posición que le permite al conductor visualizar todo el conjunto. Simultáneamente está por delante del dispositivo porque es el que preside el gobierno y el estado.
Es la superación de la forma partido, a la que contiene como parte y le asigna una finalidad específica: la de ser la herramienta electoral. La ficción y el simulacro de democracia que el demoliberalismo promueve con sus partidos políticos, quedan atrás con la creación de Movimiento Peronista donde se practica la democracia directa.
La forma orgánica movimiento es abarcadora y aglutinante, contrariamente a la del partido que divide, y reúne detrás de un objetivo común a grandes masas populares, que ya dejan de ser masa porque participan de una orgánica.
Es un diseño de ingeniería social que encuadra a la mayoría del Pueblo Argentino, pero no a su totalidad. El tiempo hará menester replantearla y concebir un nuevo espacio donde participen de las decisiones y del cogobierno más sectores de la comunidad aunque no fuesen peronistas.
Es el tránsito hacia la Comunidad Organizada.
Ahora bien, repasando el gráfico anterior podemos analizar, cuales son los espacios de Perón y de Evita en el mismo.
A Evita la encontramos conduciendo tácticamente en el terreno de operaciones, a la rama sindical, a la organización de la mujer desde el Partido Peronista Femenino y a la Fundación Eva Perón, que es en el periodo, nada menos que el máximo organismo no gubernamental, de ejecución de la justicia social para el pueblo: esa es su misión.
Recordemos que el conductor táctico, es el que está en uno o más sectores del propio terreno de la acción y esos son los lugares donde la encontramos a Evita.
También recordemos, que los conductores tácticos no tienen objetivos propios desvinculados de los objetivos generales que determina la conducción estratégica.
La misión de Evita es entonces, la de ser una conducción táctica absolutamente leal a la conducción superior, Perón y a los propósitos generales del movimiento. Este es el enorme e inmenso valor de Evita. (Ver en “La Razón de mi Vida” de Evita, el capítulo “Vocación y destino”)
El Gral. Perón es a su vez:
a) El conductor estratégico, es decir el que conduce el conjunto del encuadramiento del Movimiento Peronista y por eso lo ubicamos en el gráfico atrás del dispositivo, porque el conductor estratégico debe tener una visión de 180 grados, es decir de la totalidad del conjunto y no puede estar en el terreno de la acción táctica, salvo en excepcionales ocasiones. Para esa misión están los conductores tácticos.
b) Es además el presidente de la nación y de la organización administrativa de la misma, es decir del estado, por eso también lo ubicamos al frente del dispositivo de movimiento.
Esta franja del estado, es a su vez nutrida con el aporte de funcionarios elegidos por el poder ejecutivo y por las personas elegidas en los cargos electivos legislativos, tanto en el orden nacional, provincial como municipal, todos ellos provenientes de las tres ramas del Movimiento Peronista.
Digamos para cerrar este punto que, la cuestión clave, en nuestra opinión, es la absoluta lealtad de Evita, respecto del Gral. Perón, su amigo, esposo y conductor, en conservar y defender el lugar que ella misma eligió libremente y porque es donde la conducción estratégica y el pueblo más la necesitan.
Este es el punto crítico del renunciamiento, como veremos ahora, al relatar los hechos y al analizar que intereses de la interna peronista están presentes.
22 de Agosto de 1951-Cabildo Abierto del Movimiento Peronista
Antes de analizar los hechos, ubiquémoslos en tiempo y espacio, y como dijimos previamente, estamos en agosto de 1951 y al año siguiente debe renovarse el mandato presidencial, porque termina el período iniciado por seis años en 1946. El Gral. Perón es presidente y el vicepresidente es Hortensio Quijano, radical incorporado al peronismo.
La reforma constitucional de 1949, habilita para reelegir al presidente por un segundo mandato.
Los partidos deben elegir sus candidatos, porque en noviembre de ese año serán las elecciones generales presidenciales.
El peronismo, organiza un gran acto en la avenida 9 de Julio de la ciudad de Buenos Aires y a propuesta especialmente de la C.G.T., se impulsa la fórmula Perón-Evita.
Al acto se lo denomina Cabildo Abierto del Peronismo y concurren al mismo centenares de miles de personas.
Pero, ¿Que es un Cabildo Abierto?
Como ya hemos dicho y reiterando conceptos, Cabildo Abierto era, en tiempos de la colonización española, una forma ampliada de toma de decisiones, donde se convocaba para casos de excepcional importancia a los vecinos de la ciudad para que tomaran una decisión en conjunto, aparte de los funcionarios del Cabildo que eran nombrados por la corona española.
Es decir que, era una forma con elementos de democracia directa diferente al sistema del Cabildo cerrado a la voluntad popular y reducido solamente a las decisiones de unos pocos funcionarios. ¿Era totalmente democrático?, no. Porque para ser convocado en calidad de vecino, había que cumplir determinados requisitos de reconocimiento social. La totalidad del pueblo no era convocada. Pero aún así, con esta limitación, es un paso importante hacia formas abiertas de participación directa y así es que el peronismo lo reconoce como antecedente histórico.
Recordemos que la Revolución de Mayo de 1810, comienza con un Cabildo Abierto el día 22.
El 22 de agosto de 1951, no había ningún requisito que cumplir para ir al acto, solo la voluntad de concurrir. Resultado: una multitud jamás vista en la Avenida 9 de julio.
El peronismo había perfeccionado aquella forma limitada de mayo de 1810, y el conjunto de esa enorme masa popular, iba a tomar una decisión de conjunto, en un mismo lugar y al mismo tiempo, por eso no se recurre a una elección interna. Es un acto absolutamente revolucionario y una forma entre otras de democracia directa.
El acto comienza con un discurso de Evita, en el que no acepta ser candidata a vicepresidente y a continuación se produce un extenso y superlativamente dramático diálogo entre Evita y la multitud. ¿Es posible un diálogo en esas condiciones? Sí, en el peronismo sí es posible, así fue lo que ocurrió.
El Pueblo insiste para que acepte y Evita explica que ella se siente más útil en el terreno de la lucha que ha elegido y no ocupando un cargo. Continúa el diálogo. Hay una contradicción evidente entre lo que se le pide y lo que Evita reclama conservar: la misión asumida en el movimiento. La presión de la multitud para que acepte, crece y por momentos es extrema. Evita dice, en tono de ruego: “compañeros, por el cariño que nos une, no me hagan hacer lo que no quiero hacer” y más tarde afirma “Yo no renuncio a la lucha, renuncio a los honores”.
Y esto es así, porque si hubiese aceptado ser candidata y seguramente, elegida vicepresidente de la nación, es muy difícil que el sobrepeso burocrático de tal cargo electivo, le hubiese permitido estar las 15 a 18 hs. diarias que le dedicaba a su misión.
Simplemente, aceptar ser vicepresidente, restaba su presencia del terreno de la acción para la justicia social donde era virtualmente irremplazable. Era ella, la que personalmente entregaba un bien, una herramienta o un subsidio a un argentino humilde y era ella la que relevaba “in situ”, por ejemplo, la necesidad de un nuevo policlínico en algún lugar de la Argentina, controlando además, que se hiciera en el tiempo y forma previstos. Era ella la que tendía un “puente de amor” entre el pueblo y Perón. No era imaginable todo este vértigo de justicia social desde la vicepresidencia.
Pero además, hay una segunda cuestión, un segundo factor presente ese día en la avenida 9 de Julio: ¿A quién beneficiaba su llegada al aparato del estado en la vicepresidencia? Obviamente al sector sindical, por lo menos a la cúpula de la C.G.T. encabezada por José Espejo como secretario general, que se veía a si misma detrás de la vicepresidencia aumentando su espacio de poder político con más cargos.
Esto es así porque hay que entender que el sindicalismo del novel peronismo por estos años, es de una generación de dirigentes que vienen todos ellos de una anterior experiencia sindical anterior liderada por ideas y partidos de izquierda, esto es el socialismo, el comunismo y en mucho menor medida el trotskismo y el anarquismo. Es decir el peronismo tiene la edad que tiene en 1951, muy reciente y con poca historia aunque grandiosa (por caso el 17 de octubre de 1945) y sus dirigentes sindicales llevan muy pocos años de peronismo.
Un elemento que permanece subyacente en muchos de esos dirigentes es la tendencia a controlar el estado en todo lo más que se pueda. Este pensamiento está, obviamente emparentado con las ideologías sindicales anteriores a la experiencia peronista y que mostraban precisamente la idea del partido de los trabajadores, asimilable ya durante el peronismo al mayor control del estado por la dirigencia sindical. Esto es lo que está en juego el 22 de agosto de 1951.
Y algo más y determinante: se cuestionaba seria y frontalmente al Gral. Perón, porque era obvio que contradecía su conducción estratégica.
Durante el acto y en un momento en que Evita, pide a la multitud, unas horas para poder responder al reclamo para que acepte la candidatura, Espejo, que se encuentra a su lado en el palco, le reclama a viva voz y perfectamente audible en los registros de grabación que no, que debe responder ¡¡¡ ahora, ahora, ahora ¡¡¡
Esto en política es simplemente un apriete, en este caso un dramático e inadmisible apriete.
Honda preocupación y angustia de Evita frente al reclamo de su pueblo durante el segundo discurso en horas de la noche en el Cabildo Abierto del Peronismo el 22-08-1951.
Fotograma de la película de Leonardo Favio “Perón sinfonía del sentimiento”, Secretaría de Adoctrinamiento, Partido Justicialista, Lomas de Zamora y Producciones 101
Desde luego esa dirigencia no tuvo en cuenta, ni los deseos de Evita, ni las necesidades que respecto del conjunto del movimiento, tenía la conducción superior, es decir Perón, por cuanto de haber aceptado, se hubiese producido un gran desequilibrio entre los sectores del movimiento y una pérdida difícil de reemplazar en el terreno de la acción de Evita, concretamente de la ayuda social, de la justicia social.
Sí tuvieron en cuenta sus propias necesidades y desafortunadamente para todos, marcaron una fisura en el movimiento.
Evita resiste ante tanta presión y finalmente después de un segundo discurso de Perón y de Evita el acto termina sin que la cuestión sea dirimida.
Nueve días más tarde, el 31 y por la cadena nacional de radiodifusión, Evita comunica al pueblo, su decisión irrevocable y definitiva de renunciar a la candidatura a vicepresidente de la nación.
Afirma en ese mensaje, que transcribiremos a continuación de este punto, que lo hace con “total y absoluta libertad” y que prefiere seguir estando junto al pueblo en su puesto de lucha y no ser vicepresidente.
Sin embargo, después de tanta claridad y contundencia, a menudo surgen interpretaciones siempre distintas y cuestionando su propia palabra. En realidad siempre dirigidas a enfrentar a Evita con Perón, porque entre otras cosas, afirman: “Perón no se lo permitió porque amenazaba su propio poder”, “estaba enferma”, “los militares se opusieron”.
¿Perón no se lo permitió? Casi seguramente Perón haya conversado con ella sobre lo que estaba en juego, pero la decisión final fue de Evita.
¿Estaba enferma? Sí, estaba enferma desde fines de 1949 y Perón conocía perfectamente que se trataba de un cáncer de útero y es muy posible que Evita, sin conocer el detalle preciso de su enfermedad, supiera que se trataba de algo gravísimo. Pero, ¿Esa puede ser la razón de su renunciamiento? En rigor estaba tan enferma para ser vicepresidente como para continuar con su misión en el movimiento según la hemos descrito.
Paradójicamente, o no, quien fue electo como vicepresidente en su reemplazo fue Hortensio Quijano, actual vicepresidente de la Nación al momento del renunciamiento y lo notable fue que era un hombre mayor con riesgo cierto de no sobrevivencia dada su edad y tal fue lo que pasó, porque luego de ser electo de nuevo como vicepresidente falleció el 3 abril de 1952 a los 68 años (debe tenerse en cuenta el promedio de edad para ese momento) y antes de asumir a la vicepresidencia por segunda vez, lo cual anula la presunción de cualquier especulación de Perón sobre la sobrevida tanto de Evita como de Quijano.
¿Los militares se opusieron? Seguramente algún militar haya hecho escuchar su voz en contra de la candidatura, pero seguramente no pasó de ser minoritaria frente a la mayoría de las fuerzas armadas y no se vincula con la cuestión central que estaba planteada.
Los que así interpretan el hecho son habitualmente, politólogos, historiadores, sociólogos, dirigentes políticos, directores de cine, novelistas, entre otros, en su enorme mayoría no peronistas y expresión de la contracultura. Todos interesados en demostrar consciente o inconscientemente, una fractura entre los jefes del movimiento.
A su turno, algunos peronistas repiten, muchas veces desaprensiva e interesadamente, otras irreflexivamente y algunos faltos de información, estas explicaciones “de afuera”, como válidas.
No conocemos una sola prueba documental, que avale alguna de las teorías que mencionamos antes. En cambio, si conocemos el testimonio de Evita.
Creemos que cualquier persona puede y debe tener el derecho a opinar en la dirección que prefiera y creer en lo que más le guste. Lo que les reclamamos a todos es que, antes de hacerlo, lean y escuchen la palabra de la principal protagonista de este extraordinario acontecimiento político.
Finalmente, y para abonar el hecho de que se había producido una fisura en el dispositivo, la oposición a Perón que está atenta y entiende lo acontecido, el 28 de septiembre, menos de un mes después del renunciamiento, provoca por medio de uno de sus sectores más recalcitrantes y gorila, un intento de golpe, alzando un minúsculo grupo de militares, encabezado por el Gral. retirado Luciano B. Menéndez, que rápidamente es sofocado en muy pocas horas.
Si bien fue una “chirinada”, es decir un movimiento militar de poca monta y significación, habían partido de un dato cierto: en el peronismo había dificultades.
Explica Alejandro Álvarez que el golpe que iría a derrocar a Perón y al peronismo en 1955 había comenzado el 22 de agosto de 1951, porque la fisura en el Movimiento Peronista fue tan seria que ya no hubo paz política y el proceso comenzó a acelerarse rumbo a junio y septiembre de 1955 con el desenlace conocido: la tragedia llamada Revolución Libertadora.
Imagen de la Avda. 9 de Julio en horas del atardecer
Fuente Youtube
Los asistentes al Cabildo Abierto
700.000 personas
Habitualmente se maneja un número aproximado a 2,0 millones como asistentes al gran evento. Creemos que es inexacto, porque tomando la superficie ocupada por la multitud, es decir la que surge del rectángulo que va desde la Avda. Corrientes hasta la calle Moreno por el ancho de la Avda. 9 de Julio con sus dos calles laterales y aún considerando que en las transversales el pueblo peronista también ocupó enormes espacios, aquel número de asistentes simplemente no cabe en esta superficie.
Creemos más realista el número de 700.000 personas, teniendo en cuenta la superficie resultante y multiplicándola por cuatro personas por metro cuadrado.
No obstante esta discrepancia con la cifra históricamente manejada, hay que decir de todas maneras que el número más realista que proponemos es formidable y resulta ser una enormidad de gente puesta en un solo tiempo y espacio considerando la población del país en ese año: 17,5 millones. Algo desconocido en la Argentina y que resultó ser el hecho político con más concurrencia jamás reunida hasta entonces.
Mensaje del 31 de Agosto de 1951
L.R.A. y la Cadena Nacional de Radiodifusión
Evita hablando por LRA
La trascripción que sigue es el texto completo del mensaje que, por la cadena nacional de radiodifusión, diera Evita en esta fecha y que consideramos la verdadera de su renunciamiento.
Nos permitimos subrayar algunos párrafos o palabras, especialmente aquellos que hacen a la total y absoluta libertad de acción y pensamiento que tuvo Evita en esta decisión, creyendo que al hacerlo ayudamos a su comprensión, aunque es de una claridad que no deja lugar a dudas sobre las causas de su proceder.
Ya en aquella misma tarde maravillosa, que nunca olvidarán ni mis ojos ni mi corazón, Yo advertí que no debía cambiar mi puesto de lucha en el Movimiento Peronista por ningún otro puesto.
Desde aquel momento, después de aquel diálogo entre mi corazón y mi pueblo, he meditado mucho en la soledad de mi conciencia y reflexionando fríamente he tomado mi propia decisión en forma irrevocable y definitiva, presentada ya ante el Consejo Superior del Partido Peronista y en presencia de nuestro jefe supremo el Gral. Perón.
Ahora quiero que el Pueblo Argentino, conozca por mí misma las razones de mi renuncia indeclinable.
En primer lugar y poniendo estas palabras bajo la invocación de mi dignidad de mujer argentina y peronista y de mi amor por la causa de Perón, de mi patria y de mi pueblo, declaro que esta determinación surge de lo más íntimo de mi conciencia y por ello es totalmente libre y tiene toda la fuerza de mi voluntad definitiva.
Yo, que he vivido varios años, los mejores de mi vida, junto al Gral. Perón, mi maestro y amigo, he aprendido de él a pensar y a sentir y a querer, teniendo como únicos ideales la felicidad del pueblo y la grandeza de la nación.
La felicidad del pueblo, se concreta en el bienestar de trabajadores y en la dignificación de los humildes y en la grandeza de la patria que Perón nos ha dado y que todos debemos defender como la más justa, la más libre y la más soberana de la tierra.
Yo invoco en este momento el recuerdo del 17 de octubre de 1945, porque en aquella fecha inolvidable me formulé Yo misma y ante mi propia conciencia, un voto permanente y por eso me entregué entonces al servicio de los descamisados, que son los humildes y los trabajadores.
Tenía una deuda casi infinita que saldar con ellos, que habían reconquistado a Perón para la patria y para mí.
Yo creo haber hecho todo lo que estuvo en mis manos para cumplir con mi voto y con mi deuda.
No tenía entonces, ni tengo en estos momentos, mas que una sola ambición. Una sola y gran ambición personal: que de mí se diga cuando se escriba este capítulo maravilloso que la historia seguramente dedicará a Perón, que hubo al lado de Perón una mujer que se dedicó a llevarle al presidente las esperanzas del pueblo, que Perón convertía en hermosas realidades y que a esta mujer el pueblo la llamaba cariñosamente Evita. Nada más que eso.
Evita quería ser cuando me decidí a luchar codo a codo con los trabajadores y puse mi corazón al servicio de los pobres, llevando siempre como única bandera el nombre del Gral. Perón a todas partes.
Si con ese esfuerzo mío, conquisté el corazón de los obreros y de los humildes de mi patria, eso ya es una recompensa extraordinaria que me obliga a seguir con mis trabajos y con mis luchas. Yo no quiero otra cosa que este cariño.
Aceptar otra cosa, sería romper la línea de conducta que le impuse a mi corazón y darle la razón a los que no creyeron en la sinceridad de mis palabras, que ya no podrán decir jamás que lo todo lo hice guiada por mezquinas y egoístas ambiciones personales.
Yo sé que cada uno de los descamisados que me quiere de verdad, ha de querer también que nadie tenga el derecho a descreer de mis palabras y ahora, después de esto, nadie que no sea un malvado podrá dudar de la honradez, de la lealtad y de la sinceridad de mi conducta.
Estoy segura que el Pueblo Argentino y el Movimiento Peronista que me lleva en su corazón, que me quiere y que me comprende, acepta mi decisión porque es irrevocable y nace de mi corazón. Por eso ella es inquebrantable, indeclinable y por eso me siento inmensamente feliz y todos les dejo mi corazón.”